Un estudio concluye que hasta el 20% de las mujeres con cáncer de mama pueden ser tratadas sin quimioterapia
El trabajo se ha centrado en pacientes posmenopáusicas ya operadas con ganglios afectados y cambia una pauta de más de 25 años
La sola mención de la quimioterapia trae pesadillas a muchas personas con cáncer. La efectividad de estos tratamientos ha hecho que sea muy utilizados a falta de otra opción a pesar de sus indeseables efectos adversos (puede afectar al bienestar sexual, emocional, familiar y social de la paciente). Un estudio presentado el jueves en el 43º Simposio de Cáncer de Mama en San Antonio (Texas, EE UU) puede librar de esa terapia a aproximadamente un ...
La sola mención de la quimioterapia trae pesadillas a muchas personas con cáncer. La efectividad de estos tratamientos ha hecho que sea muy utilizados a falta de otra opción a pesar de sus indeseables efectos adversos (puede afectar al bienestar sexual, emocional, familiar y social de la paciente). Un estudio presentado el jueves en el 43º Simposio de Cáncer de Mama en San Antonio (Texas, EE UU) puede librar de esa terapia a aproximadamente un 20% de las mujeres con este tipo de patología, afirma Emilio Alba, del Grupo Español para la Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), que ha participado en el trabajo junto a centros de investigación de Estados Unidos, Canadá y Francia.
Hace 25 o 30 años que se empezó a tratar con quimioterapia a mujeres de más de 50 años operadas con entre uno y tres ganglios afectados para evitar recaídas. Esa medicación se combinaba con otra específica para el tipo de tumor (hormonas en este caso). Ahora se ha visto que la supervivencia no disminuye si se elimina la quimio. “Son más de 5.000 mujeres cada año solo en España”, explica el oncólogo contento por liderar un trabajo “que ha demostrado que se puede obtener lo mismo, con menos”, porque se trata de dejar de dar un fármaco que tenía “un elevado coste para la paciente y, en segundo lugar, para el sistema”.
El cáncer de mama es el tercero en casos en España (33.000 al año), por detrás del colorrectal (44.000) y el de próstata (35.000), y el primero en mujeres, según la Sociedad española de Oncología Médica. Aunque en verdad no se debe hablar de cáncer de mama en general. Al ser uno de los tumores más frecuentes ha sido también de los más estudiados, y se ha subdividido a grandes rasgos en tres grupos, cada uno con múltiples subdivisiones. Son los que tienen células con el receptor HER2 sobreexpresado (alrededor del 25%), los que tienen receptores hormonales (un 65%) y el resto, los más difíciles de tratar, afortunadamente minoritarios (menos del 15% del total), que no tienen ninguna de esas características celulares (por eso llamados triple negativos), de acuerdo con la Asociación Española Contra el Cáncer. Esas diferencias determinan el tratamiento, ya que se han desarrollado medicamentos específicos para cada uno de esos receptores.
Pero esa diferenciación, que llevó hace más de dos décadas al desarrollo de lo que se ha considerado el primer tratamiento personalizado en cáncer de mama, el trastuzumab dirigido a pacientes con sobreexpresión de receptores HER, llegó después de que se estableciera el patrón de tratar con quimio después de operar, explica Alba. Más de un cuarto de siglo después un ensayo, el Rxponder, cuyos resultados están aún pendientes de publicar –se espera el artículo para el primer trimestre de 2021, dice Alba–, va a permitir cambiar el protocolo. El estudio sí ha tenido en cuenta los más avanzados estudios sobre agresividad del cáncer, el análisis de 21 genes mediante la tecnología Oncotype. Se consideraron candidatas al estudio a las que daban menos de 25 en la esa escala de valoración del sistema, que va de 0 a 100.
En el trabajo se ha estudiado a 5.015 mujeres, de las que 792 eran españolas, y a la mitad se le retiró la quimio; a la otra mitad se le mantuvo el tratamiento tradicional. “La supervivencia a cinco años, que es como se mide el efecto de los tratamientos en oncología, fue la misma en ambos grupos”, afirma Alba, “de cerca del 90%”.
“Hemos utilizado recursos propios para financiar este estudio porque consideramos que la relevancia del mismo para estas pacientes lo justificaba”, señala Miguel Martín, presidente de Geicam. “Además, que un grupo de pacientes pueda evitar la quimioterapia adyuvante [después de la cirugía] es particularmente importante en una época como la actual, marcada por la pandemia de la covid-19, en la que reducir tanto las visitas a hospitales como los tratamientos inmunosupresores es esencial”, afirma.
En este caso se ha ensayado con mujeres con el tipo de cáncer susceptible a las hormonas, uno de los tres grupos de cáncer de mama, pero ya hay proyectos para probar con los que tienen receptores HER, señala Alba, quien confía en que la quimioterapia tradicional vaya dando lugar a formas menos agresivas.