Estos son los primeros españoles que se pondrán la vacuna contra la covid

Al menos 270 trabajadores transfronterizos de Gibraltar serán inmunizados en pocos días con las primeras dosis de Pfizer, aprobada ya en el Reino Unido

Gibraltar -
José Antonio Villanueva, trabajador en Gibraltar y uno de los primeros españoles que se vacunará contra la covid-19.PACO PUENTES (EL PAÍS)

El termómetro, como el sol, aún no se ha levantado y Jose Antonio Villanueva ya se ha encontrado con sus compañeros de trabajo en la frontera de Gibraltar. El primer café al frío amanecer de las siete de la mañana es de lo poco de vida social que le queda desde que arrancó la pandemia. El gaditano trabaja como técnico de mantenimiento en residencias de ancianos del Peñón y es bien consciente de que cualquier relajación puede ser fatal. Desde que supo que él será uno de los primeros en vacunarse de Gibraltar y, en consecuencia...

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El termómetro, como el sol, aún no se ha levantado y Jose Antonio Villanueva ya se ha encontrado con sus compañeros de trabajo en la frontera de Gibraltar. El primer café al frío amanecer de las siete de la mañana es de lo poco de vida social que le queda desde que arrancó la pandemia. El gaditano trabaja como técnico de mantenimiento en residencias de ancianos del Peñón y es bien consciente de que cualquier relajación puede ser fatal. Desde que supo que él será uno de los primeros en vacunarse de Gibraltar y, en consecuencia, de España no ve la hora de que el momento llegue: “Iré a trabajar más tranquilo”.

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Villanueva forma parte del primer grupo de ancianos y empleados que trabajan con ellos a los que la colonia inglesa destinará su primera remesa de vacunas de Pfizer, después de que el Reino Unido aprobase su distribución la semana pasada. El Gobierno de Gibraltar aseguró el pasado miércoles que recibirá 35.000 dosis —cada persona necesita dos para inmunizarse— que debían comenzar a llegar al Peñón “a finales” de semana. Con ellas, el plan es vacunar a mayores de 80 años y al personal de los Servicios de Residencia para la Tercera Edad (Elderly Residential Services, ERS), la Agencia de Servicios Sociales (Care Agency) y sus empresas subcontratadas, como es el caso del técnico de mantenimiento.

Oficialmente el Peñón no ha informado de a cuántas personas de sus 33.718 habitantes llegará esta inicial remesa de vacunas, pero sí da por hecho que una parte de ellas irá para algunos de los más de 9.200 trabajadores transfronterizos españoles, empleados en la ciudad británica. “Vamos a vacunarnos incluso antes que muchos gibraltereños. Pero es una política muy acertada”, tercia Antonio Sánchez, español y cuidador en un centro de menores que también será de los primeros. Tanto los ERS como la Care Agency dan empleo directo a 708 personas, de las que 273 son españolas, según datos estadísticos del Gobierno de Gibraltar publicados en 2018 y que no incluyen a empleos indirectos ni a ancianos de origen español que son residentes en el Peñón. La Administración tampoco ha detallado con exactitud cuándo comenzará el proceso de vacunación y puede que no lo llegue a hacer “por seguridad”, según afirman fuentes gibraltareñas.

Sin embargo, a Sánchez ya le han confirmado que él será uno de los escogidos: “Soy de los primeros. La subcontrata para la que trabajo ya nos ha dicho que, con toda probabilidad, nos empiezan a vacunar la semana que viene [por esta semana]”. Y él, al igual que Villanueva, tiene claro lo que responderá cuando le ofrezcan ponérsela: “Prefiero arriesgarme a una vacuna que no pueda ser 100% efectiva para evitar cuanto antes un riesgo y poder volver a la vida normal”. Aunque a Sánchez, cuidador de dos menores con necesidades especiales en un centro de tutelados y mujeres maltratadas, también le prima la responsabilidad con las personas que dependen de su atención: “Trabajo con gente que es más vulnerable, personas a las que hay que proteger. ¿Cómo le explicas las nuevas normas a un niño autista profundo?”

José Antonio Villanueva conoce el compromiso que implica su empleo. Cada jornada, como la de este pasado sábado en el que le ha tocado trabajar, entra en decenas de habitaciones de ancianos para atender cualquier necesidad de mantenimiento que pueda haber en la estancia. “Estamos en contacto con gente que no sale, si lo cogen es por gente de fuera y eso es algo que tenemos muy presente”. La necesidad de ese cortafuegos entre la covid-19 y las personas de salud delicada ha sido una de las máximas de Gibraltar desde que comenzó la pandemia que ya suma 1.048 positivos y que cuenta ahora con 57 casos en activo. El Gobierno inició una campaña de test masivos que lleva realizadas más de 95.700 pruebas y hasta ahora ha conseguido que solo se produzcan cinco fallecimientos en su territorio. Pero a nadie se le escapa que ni las dos PCR que le hacen a la semana a trabajadores de residencias como Villanueva son suficientes para evitar un brote de coronavirus.

Los dos trabajadores afirman que entre sus compañeros de trabajo, mayoritariamente españoles, el anuncio de su vacunación ha tenido buena acogida. La mayoría se mueve entre el sí y la duda, según asegura el técnico de mantenimiento. “Algunos son negacionistas, al igual que ocurre en el resto de la sociedad, pero la tónica general es que están esperando la vacuna como agua de mayo”, apunta también el cuidador de menores. Y algo similar ocurre con el entorno familiar y de amistades que rodea a Sánchez: “Mi mujer es un poco más aprensiva, pero yo no. Entiendo que puede haber errores humanos, pero estoy seguro de que han puesto la mejor voluntad para que no ocurran”.

Pandemia con el Brexit en los talones

Gestionar una pandemia como la del coronavirus es un reto para el que no estaba preparada ninguna Administración en el mundo. Hacerlo además con el inminente fin de las medidas transitorias posBrexit en un territorio inglés con frontera terrestre con la Unión Europea es ya puro malabarismo. Durante la primera ola, Gibraltar se libró del cierre radical de fronteras que experimentaron otros pasos fronterizos españoles con terceros países, aunque en la práctica solo circulaban por ella trabajadores transfronterizos y personas con causa justificada, dadas las limitaciones de tránsito en España.

La desescalada —algo más gradual que la de España—, las limitaciones de movimientos —también más suaves— o el uso de la mascarilla —solo obligatoria en circunstancias puntuales— han supuesto un verdadero reto para el Peñón, dada la cercanía con la comarca del Campo de Gibraltar. Hasta ahora, la colonia ha fiado buena parte de la comedida incidencia de la pandemia en su territorio —suma 1.048 positivos desde el inicio de la pandemia de sus 33.718 habitantes y hoy apenas tiene 57 casos en activo— en el refuerzo de sus servicios sanitarios y en la realización de constantes test. En la primavera ya anunció un testeo masivo de la población y por ahora ya suma 95.754 pruebas realizadas.

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