España va por detrás de Europa en establecer medidas nacionales

Alemania cerró la hostelería de todo el país con menos de la mitad de la incidencia de nuestro país

Ambiente en las terrazas de los bares de la plaza de Cascorro, en Madrid, en el puente de Todos los Santos.Luca Piergiovanni (EFE)

Alemania decidió cerrar la hostelería de todo el país el 2 de noviembre, con menos de la mitad de la incidencia acumulada que tiene España ahora. Con algo más de la mitad de los contagios de España, Irlanda decretó el confinamiento el 22 de octubre. Boris Johnson ...

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Alemania decidió cerrar la hostelería de todo el país el 2 de noviembre, con menos de la mitad de la incidencia acumulada que tiene España ahora. Con algo más de la mitad de los contagios de España, Irlanda decretó el confinamiento el 22 de octubre. Boris Johnson impuso también un mes de confinamiento severo en el Reino Unido el pasado día 5 con una incidencia similar a que tenía España ese día. Varios países de nuestro entorno han tomado medidas a escala nacional para tratar de frenar el rápido crecimiento de los contagios en el continente. Establecer comparaciones, sin embargo, no es fácil. Los países toman decisiones en función de más indicadores, como la ocupación de sus camas hospitalarias y de UCI, el ritmo de crecimiento de la epidemia, o evaluando la situación concreta de cada territorio, si tiene ciudades grandes, su movilidad...

Italia lo ha hecho así. Con una incidencia acumulada (626 casos por 100.000 habitantes) solo un poco superior a la española (602), según el último dato del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), ha establecido el confinamiento domiciliario desde el viernes, pero lo ha hecho solo en las regiones más afectadas, las del norte, donde la situación está fuera de control. Allí estudian 21 parámetros para decidir qué medidas tomar y el Gobierno ordena a las regiones acatarlas. En Lombardía, Piamonte, Calabria y Valle d’Aosta no se puede salir de casa salvo por un motivo justificado, aunque se permiten los paseos breves y hacer deporte de forma individual. En el resto del país se mantienen otras restricciones, como el toque de queda y la educación a distancia para los mayores de 14 años.

Toques de queda, cierres de la hostelería, prohibición de vender alcohol a partir de determinada hora, restricción del número de personas que pueden reunirse… Y finalmente, el confinamiento, ya sea como recomendación o de forma obligatoria. Los países europeos han ido aprobando medidas cada vez más restrictivas a medida que sus contagios aumentaban a lo largo del mes de septiembre y, sobre todo, de octubre. La mayoría lo ha hecho mucho antes de que sus sistemas sanitarios se vieran comprometidos, en un intento de evitar que los hospitales vuelvan a convertirse en centros monográficos para tratar el coronavirus y, por tanto, tengan que dejar de lado otras patologías y cancelar cirugías y consultas programadas. Como en España, muchos países han tomado medidas locales o regionales antes de imponer restricciones a escala nacional, lo que también dificulta comparar las respuestas.

Así ocurrió, por ejemplo, en Francia, donde a finales de septiembre había grandes diferencias en la expansión del virus. Con una incidencia media de 223 casos por 100.000 habitantes, Marsella, la segunda urbe del país, cerró todos sus bares y restaurantes. En otra decena de ciudades se endurecieron las condiciones de aforos y de reuniones en espacios públicos y la restauración empezó a cerrar a las diez de la noche. Pocos días después, el 6 de octubre, con una incidencia de 248, se ordenó cerrar los bares de la capital. El 23 de octubre, con 489 casos por 100.000, llegó el toque de queda en 54 departamentos (con 46 millones de franceses). El Gobierno de Macron no quiso esperar los 14 días para evaluar si han funcionado. El 30 de octubre, el presidente francés decretó el confinamiento nacional. La incidencia era ya de 706. La ocupación de las UCI rozaba el 60%. El viernes pasado estaba ya en el 85%. Actualmente hay un 30% de camas UCI ocupadas por pacientes de coronavirus en España.

Alemania empezó con restricciones locales y mucho más tempranas que otros países. Con una incidencia media de 44 casos por 100.000 habitantes, Berlín restringió el ocio nocturno el 10 de octubre (cierre a las 23.00). En solo una semana la incidencia subió a 72 y la canciller Angela Merkel recomendó a la población no salir de casa. Finalmente, el 2 de noviembre cerraron todos los bares y restaurantes del país, que permanecerán así un mes. Ese día la incidencia era de 206 y la positividad del 5%, justo en el límite a partir del cual la Organización Mundial de la Salud considera que se pierde el control de la epidemia. En esa fecha España doblaba esa positividad.

En España se habían tomado medidas quirúrgicas, pero la primera a escala nacional fue declarar el estado de alarma el 25 de octubre y, con ella, el toque de queda nocturno (con diferente horario entre comunidades). La incidencia era de 394. Bares y restaurantes siguen abiertos en la mayoría del país. Cataluña los cerró el 16 de octubre (incidencia nacional de 312 y de 272 en esta comunidad). Le siguieron Melilla y Navarra. Ante la negativa del Gobierno a establecer confinamientos domiciliarios, el lunes se sumó Asturias y el martes, Castilla y León, que cerró también los centros comerciales. La incidencia acumulada en España era el viernes, según los datos de Sanidad, de 526, pero con grandes diferencias por regiones. Aragón y Navarra superan los 1.100. La Comunidad Valenciana está en 250, Baleares en 236 y Canarias en 73.

Irlanda fue de los primeros países en poner restricciones. El 18 de agosto, ante la subida de los contagios (23 casos por 100.000 habitantes), el país limitó a seis personas las reuniones tanto en público como en las casas y cerró cafés y restaurantes a las 23.30. Las autoridades recomendaron a los mayores de 70 limitar sus interacciones sociales y evitar el transporte público. Los bares, pubs y casinos ya estaban cerrados. El 22 de octubre, con una incidencia de 282, Irlanda fue el primer país europeo que decretó el confinamiento.

Las comparaciones son complicadas también por el significado de las medidas. Por ejemplo, el confinamiento irlandés o el francés son distintos de los que estos países impusieron en marzo. Los centros educativos siguen abiertos, así como los lugares de trabajo (aunque se recomienda el teletrabajo). Pero tampoco los confinamientos de marzo fueron iguales en todas partes. El de España fue muy estricto, con la prohibición, bajo amenaza de multa, de salir de casa salvo para actividades esenciales. Cuando un español oye la palabra confinamiento lo que le viene a la cabeza es eso, pero en la mayoría de países se refieren al cierre de la hostelería y el comercio no imprescindible. Holanda, por ejemplo, impuso el 14 de octubre lo que llamó “confinamiento parcial”, que simplemente consiste en el cierre de bares y restaurantes (salvo comida para llevar) y la restricción del número de personas que pueden reunirse. Cuando lo hizo tenía una incidencia de 412.

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