Asturias reclama el estado de alarma y cierra perimetralmente Oviedo, Gijón y Avilés
Barbón: “Hemos defendido el toque de queda, que es una restricción al movimiento nocturno”
Asturias pide el estado de alarma para aplicar el toque de queda. La incidencia del coronavirus en el Principado, aunque inferior a la de otras comunidades, mantiene su escalada y ha provocado la intervención drástica del Gobierno regional. La situación sanitaria preocupa particularmente en la zona de Gijón (270.000 habitantes), cuyo hospital de Cabueñes se encuentra prácticamente desbordado. La incidencia acumulada ronda los 300 casos por 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, más de un centenar menos que la Comunidad de Madrid, pero muy por encima de las cifras que estableció el área...
Asturias pide el estado de alarma para aplicar el toque de queda. La incidencia del coronavirus en el Principado, aunque inferior a la de otras comunidades, mantiene su escalada y ha provocado la intervención drástica del Gobierno regional. La situación sanitaria preocupa particularmente en la zona de Gijón (270.000 habitantes), cuyo hospital de Cabueñes se encuentra prácticamente desbordado. La incidencia acumulada ronda los 300 casos por 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, más de un centenar menos que la Comunidad de Madrid, pero muy por encima de las cifras que estableció el área de Salud del Ejecutivo asturiano como límite tolerable antes de intervenir con rotundidad. La semana pasada el presidente regional, Adrián Barbón (PSOE), insistió en que no dudaría en solicitar la fórmula del estado de alarma si los contagios proseguían aumentando. Entonces ya se decidió regresar a una “fase 2 adaptada” en la que se limitaban los encuentros sociales y los aforos para intentar contener una ola que ha desbordado los diques de contención. Además, el Gobierno asturiano ha ordenado el cierre perimetral de Oviedo, Gijón y Avilés a partir de este viernes.
Barbón ha confirmado esta tarde que ha solicitado el estado de alarma: “Nos va a suponer la respuesta jurídica necesaria a una situación sin precedentes en nuestra historia”. Este sistema otorga “todos los instrumentos jurídicos” para intentar combatir la pandemia. “El estado de alarma lo tiene que declarar el Gobierno, se lo he comunicado al presidente y firmaré la solicitud para que se declare”, ha añadido Barbón. El estado de alarma, a su juicio, es “vital” para que sea la “percha” de la que cuelguen “decisiones muy duras”. El mandatario ha anunciado el cierre perimetral de las ciudades de Oviedo, Gijón y Avilés ante el aumento de contagios. “Hemos defendido el toque de queda, que es una restricción al movimiento nocturno”, ha comunicado el presidente asturiano, que ha defendido la “decisión tomada”, que se ha hecho llegar al Tribunal Superior de Justicia autonómico para que haga una “valoración jurídica”.
“Son medidas duras, drásticas y contundentes”, ha admitido Barbón, que ha destacado el compromiso de su Ejecutivo para anticiparse “y no llegar a límites de otras comunidades”. Asimismo, ha emplazado al tejido empresarial del Principado a fomentar el teletrabajo para limitar el contacto social. “El objetivo es volver a controlar la curva en una gran situación de estrés; trabajamos para no tener que confinarnos y apelo a la responsabilidad de cada uno”, ha rogado Barbón, que ha insistido en la complicidad de los asturianos para acatar estas instrucciones. Rafael Cofiño, director de salud pública de Asturias, ha explicado que la realidad epidemiológica actual se asemeja a la de abril y ha destacado que la incidencia del 2 de octubre era de 122 casos por 100.000 habitantes, mientras que apenas tres semanas después se ha triplicado.
Uno de los grandes temores en este territorio radica en el hospital de Cabueñes, donde se ha instalado este viernes un hospital de campaña para intentar mitigar la saturación. Una sobrecarga de estas instalaciones con pacientes que sufran la covid-19 dificultaría la atención ordinaria de otras urgencias e incidencias. Este mismo viernes Asturias ha alcanzado un nuevo registro máximo de infecciones, con 323 nuevos casos. La región cuenta con la población más envejecida de España, por lo que los responsables sanitarios han optado siempre por una postura de máxima prudencia. La semana pasada se habían detectado indicios de transmisión comunitaria, lo que significa que pese a la labor de los rastreadores para localizar y aislar focos de covid-19, hay positivos que extienden el virus entre otros grupos. La tasa de positividad comunicada este viernes alcanzó el 6,8%, tras efectuarse 4.739 pruebas en la jornada anterior. Los criterios sanitarios establecen que la situación es preocupante si rebasa el 5%.
Este mismo viernes se han reunido el consejo de gobierno para estudiar el panorama epidemiológico del Principado. La portavoz ha admitido una “realidad muy preocupante”. Los registros del Principado apuntaban a que la principal fuente de contagios procedía del ámbito del ocio y la hostelería, áreas sobre las que se instauraron las restricciones en la anterior intervención autonómica. La apuesta por el toque de queda limitará la movilidad nocturna, uno de los grandes problemas para controlar el virus. El epidemiólogo Daniel López-Acuña, uno de los especialistas que asesoran al Gobierno asturiano, defiende una “decisión muy acertada que muestra claridad y liderazgo” y defiende estas “medidas atinadas".
Luis Hevia, director del Hospital Universitario Central de Asturias, ubicado en Oviedo, informa de que en este momento se está habilitando una “planta covid” con capacidad para 22 pacientes. Esta mañana se estrenó un sistema de “autocovid pediátrico” en previsión de brotes escolares.
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