El Gobierno de Gales impone un confinamiento total durante dos semanas

La medida aumenta la presión sobre Boris Johnson para que ordene un cierre en todo el país

Una mujer con pantalla facial protectora camina por el centro de Cardiff, en Gales.GEOFF CADDICK (AFP)

El Gobierno autónomo de Gales, parte del Reino Unido, ha decidido ordenar a sus más de tres millones de ciudadanos que vuelvan a encerrarse en sus casas. La medida entrará en vigor a partir de las seis de la tarde (siete de la tarde en horario peninsular de España) del próximo viernes, hasta el lunes 9 de noviembre. El territorio autónomo, que tiene control sobre su propio sistema público de salud, teme que el fuerte ritmo al que está propagándose de nuevo el coronavirus desborde en pocas semanas sus plazas hospitalarias. La ciudad de Cardiff, con más de 330.000 habitantes, registró el pasado ...

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El Gobierno autónomo de Gales, parte del Reino Unido, ha decidido ordenar a sus más de tres millones de ciudadanos que vuelvan a encerrarse en sus casas. La medida entrará en vigor a partir de las seis de la tarde (siete de la tarde en horario peninsular de España) del próximo viernes, hasta el lunes 9 de noviembre. El territorio autónomo, que tiene control sobre su propio sistema público de salud, teme que el fuerte ritmo al que está propagándose de nuevo el coronavirus desborde en pocas semanas sus plazas hospitalarias. La ciudad de Cardiff, con más de 330.000 habitantes, registró el pasado viernes una incidencia acumulada de 270 casos cada 100.000 personas (en el promedio de los últimos siete días, que es el modo en que se está midiendo en el Reino Unido). Las cifras son mucho más elevadas en el sur y el norte de la región. Su zona central mantiene una incidencia por debajo de 50. La cifra promedio en todo Gales, a finales de la semana pasada, era de 130. Unas 2.500 personas se están infectando diariamente.

Desde el próximo viernes hasta el 9 de noviembre, los residentes de Gales no podrán reunirse con personas de otros domicilios ni en interiores ni en exteriores. El Gobierno ha pedido que nadie salga de sus casas y se reanude el teletrabajo. Las únicas excepciones serán las de los llamados trabajadores esenciales (policía, bomberos, personal sanitario...) o aquellos trabajos que solo puedan realizarse de modo presencial. Bares, pubs, restaurantes y comercios no esenciales deberán cerrar sus puertas. Centros públicos como polideportivos o bibliotecas volverán a ser clausurados y las iglesias y lugares de culto solo podrán ser utilizados para funerales o bodas, con aforo restringido.

El periodo de confinamiento coincide en parte con las vacaciones escolares bimestrales conocidas como half term, que suelen durar una semana. Durante ese tiempo los colegios permanecerán cerrados y en la segunda semana solo regresarán a las aulas los alumnos de primaria y los de los cursos 7º y 8º (6º de primaria y 1º de la ESO en España). Las universidades mantendrán su combinación actual de clases online y presenciales, pero los alumnos procedentes de otras zonas no podrán regresar a sus hogares durante la semana de descanso.

El Gobierno galés apuesta por la idea conocida ya como “confinamiento-cortocircuito”, la imposición de medidas de restricción más estrictas durante un periodo limitado de tiempo que sirva para frenar el avance del virus y ayude a controlar sus consecuencias. Y que logre salvar, en cierta medida, el periodo económico navideño. “No vamos a ver los beneficios de esta decisión el mismo 9 de noviembre. No se fijen en las cifras de entonces. Es una medida destinada a lograr una mejora en las semanas posteriores”, ha explicado el ministro principal galés, Mark Drakeford, en la comparecencia en la que ha anunciado la decisión de su Ejecutivo.

La decisión de Gales añade nueva presión al Gobierno de Boris Johnson, que se resiste hasta ahora a modificar su estrategia regional y a imponer un confinamiento nacional, como le han pedido sus propios asesores científicos y reclama la oposición laborista. Downing Street se ha visto inmerso en un duro enfrentamiento político con la ciudad de Manchester y su región colindante. Políticos tanto laboristas como conservadores se han opuesto a elevar el nivel de riesgo en la zona a “muy alto”, a pesar de las altas cifras de infectados, mientras el Gobierno de Johnson no se comprometa a aumentar la ayuda financiera a desempleados, empresas y comercios. Manchester exige que no se utilice a su población como “conejillo de indias” y que la estrategia del Gobierno central se aplique por igual en todo el país.

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