CC OO calcula que hacen falta 165.000 profesores más para que todos los alumnos vuelvan a las aulas
Asegurar que todos los estudiantes vayan a clase a diario cumpliendo las normas de distancia exige aumentar un 33% la plantilla de la red pública, con un coste de 5.100 millones, según el sindicato
Conseguir que todos los alumnos vuelvan a clase a diario en septiembre guardando dos metros de distancia va a costar mucho dinero, porque el número de alumnos por clase tendrá que reducirse a un máximo de 15 en un aula de tamaño estándar (ahora llega a haber 28 en primaria y 40 en Bachillerato), lo que exigirá un gran aumento de docentes y espacios. Media docena de comunidades, como mínimo, están ...
Conseguir que todos los alumnos vuelvan a clase a diario en septiembre guardando dos metros de distancia va a costar mucho dinero, porque el número de alumnos por clase tendrá que reducirse a un máximo de 15 en un aula de tamaño estándar (ahora llega a haber 28 en primaria y 40 en Bachillerato), lo que exigirá un gran aumento de docentes y espacios. Media docena de comunidades, como mínimo, están ya haciendo cálculos de cuántos recursos necesitarán para que regresen al menos todos los alumnos de Infantil y de Primaria, para quienes el modelo de enseñanza online o mixto (a distancia y presencial) resulta poco o nada eficaz. Comisiones Obreras ha presentado este jueves la primera estimación, que abarca el regreso diario a sus centros de la red pública no solo de las primeras etapas, sino también de los de ESO, Bachillerato y Formación Profesional: harían falta 165.191 docentes, cuando ahora hay 504.000, lo que supondría aumentar la plantilla un 33% y un coste anual de 5.151 millones de euros.
CC OO, el sindicato mayoritario en enseñanza, ha tomado el actual número de unidades (clases) en las distintas comunidades autónomas con sus ratios reales y ha calculado cuánto costaría reducirlas a un máximo de 15 alumnos. Su conclusión es que harían falta 87.543 unidades más que las actuales. Para estimar el coste que ello implicaría en profesorado, ha tenido en cuenta los salarios anuales de cada comunidad autónoma y las cotizaciones sociales. La inversión tendría que ser asumida, señala Comisiones, por el conjunto de las Administraciones que tienen competencias educativas.
El gasto educativo global en España asciende ahora a unos 49.000 millones de euros, en torno al 4,2% del PIB. El Gobierno se ha comprometido a aumentarlo hasta el 5% del PIB al final de la legislatura para situarse en la media de la UE y en el porcentaje que rozó hace 11 años, antes de los recortes aplicados durante la anterior crisis.
Pelea presupuestaria
Según el responsable de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras, Francisco García, se trata de un cálculo “moderado” y acorde a las necesidades de la “emergencia educativa” que vive España. Para cuando llegue septiembre, la inmensa mayoría de los 8,2 millones de alumnos preuniversitarios habrá pasado medio año sin pisar un centro educativo. En realidad, incluso las comunidades más ambiciosas, que aspiran a que todos los días vuelvan todos los alumnos desde infantil a Bachillerato, buscarán fórmulas de reducir el coste. Para ello barajan medidas excepcionales como reducir el horario a las asignaturas troncales y reconvertir a profesores de otras especialidades, como Música o Plástica, en maestros generalistas durante los meses que dure la pandemia. En todo caso, la pelea en público y dentro de cada Gobierno para ver cuántos fondos se destinan a paliar la tremenda crisis educativa desencadenada por el coronavirus ha empezado.
Ordenadores y obras
El informe de CC OO, titulado Desescalada y medidas educativas, contempla otras inversiones educativas que el sindicato considera necesarias para afrontar el nuevo curso que viene. Entre ellas figura un plan de obras en los centros para permitir los desdobles (aunque García señala que harán falta más espacios fuera de los centros para alojar esas 87.543 clase adicionales) que ascendería a 572 millones de euros. Un programa de refuerzo educativo y de becas que costaría 1.010 millones. Preparar al sistema educativo público desde el punto de vista informático para el supuesto de que la pandemia fuerce un nuevo cierre escolar (proporcionando un ordenador a cada profesor; 119 millones; mejorando los equipos de los centros, 26,5 millones; y dando recursos a los alumnos desconectados así como mejorando las plataformas virtuales, 368,4 millones) costaría 514 millones. Y mejorar la formación del profesorado con un plan de choque, otros 136 millones. En total, sumando la contratación de los nuevos profesores, la factura estimada por el sindicato asciende a 7.385 millones de euros.
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