La Junta de Andalucía traslada a los ancianos enfermos que cuidaba un alcalde de un pueblo de Cádiz
El regidor de Alcalá del Valle y cuatro concejales atendían la residencia después de que más de 38 mayores infectados se quedaran desatendidos al enfermar los empleados
Un anciano encaramado a un balcón clama por no marcharse de la residencia en la que vive. Más de una decena de guardias civiles custodian la puerta del centro municipal, ubicado en Alcalá del Valle (Cádiz). Un autobús y varias ambulancias aguardan a los 28 mayores que quedan en las instalaciones, la mayoría infectados por coronavirus, para trasladarlos a otra localidad. El alcalde que ha estado cuidándoles después de que enfermaran casi todos los empleados, Raf...
Un anciano encaramado a un balcón clama por no marcharse de la residencia en la que vive. Más de una decena de guardias civiles custodian la puerta del centro municipal, ubicado en Alcalá del Valle (Cádiz). Un autobús y varias ambulancias aguardan a los 28 mayores que quedan en las instalaciones, la mayoría infectados por coronavirus, para trasladarlos a otra localidad. El alcalde que ha estado cuidándoles después de que enfermaran casi todos los empleados, Rafael Aguilera, se queja ante los periodistas presentes. En medio de toda esta tensión televisada en directo, la Junta de Andalucía ha comenzado el traslado de los abuelos de este centro que ya suma 58 afectados: 20 trabajadores y 38 residentes, dos de ellos fallecidos.
Los 28 ancianos han recorrido más de dos horas de camino desde este pueblo –de 5.100 habitantes ubicado en la Sierra de Cádiz– hasta la residencia de tiempo libre que tiene la Junta en La Línea de la Concepción. La administración andaluza ha tomado unilateralmente esta decisión después de que este pasado lunes el alcalde hiciera una rueda de prensa en la que denunció que él y otros cuatro concejales habían pasado todo el fin de semana en la residencia de ancianos Dolores Ibarruri La Pasionaria ayudando y “poniendo lavadoras”.
El regidor se quejó de que, pese a que el viernes solicitó ayuda a la Junta –institución competente de las residencias en esta crisis sanitaria–, nadie se había hecho cargo de los ancianos que quedaban en el centro, después de 18 fuesen trasladados a hospitales cercanos en Villamartín y Ronda (Málaga) para recibir atención sanitaria ante el agravamiento de la sintomatología provocada por el virus. Aguilera buscaba que dotaran a su residencia –de gestión pública y municipal– con personal y medios como oxígeno. “¡No voy a permitir que nuestros mayores se mueran en nuestra residencia!”, llegó a exclamar desesperado.
Sin embargo, la decisión de la Junta –confirmada por José Repiso, director general de Cuidados Sociosanitarios, en la televisión pública andaluza– ha sido trasladar a los mayores lejos del pueblo de Alcalá del Valle, donde el foco de la residencia la ha convertido en el punto de mayor concentración de casos de la provincia de Cádiz. “Esto es un ejemplo palpable de la incompetencia y de las decisiones a salto de mata (…). Hemos ofrecido alternativas en otros edificios del pueblo, cumpliendo las condiciones necesarias. Pero actuar con torpeza, incompetencia y soberbia lo único que provoca es daño”, ha criticado Aguilera en conversación telefónica con EL PAÍS. La administración andaluza cargó este lunes contra el alcalde al que acusó de “generar alarmismo” y aseguró que el edil había renunciado a las competencias de las instalaciones municipales.
Los mayores serán reubicados en una de las residencias que la Junta de Andalucía tiene para vacaciones de trabajadores, ubicada cerca de la playa de El Burgo de La Línea. El traslado ha generado incertidumbre y nerviosismo entre los familiares de algunos de los ancianos, como es el caso de Carmen Rodríguez, nieta de un anciano de 80 años que ha dado positivo en coronavirus y que en la mañana de este martes se preguntaba inquieta cómo sería la atención en este nuevo espacio. Por ahora, la Junta de Andalucía no ha aclarado si recurrirá a la concesión de una empresa que gestione los cuidados a los residentes, en su mayoría infectados.
La situación en la residencia municipal de Alcalá del Valle comenzó a descontrolarse a partir del jueves de la semana pasada. Primero, fueron dos los trabajadores que dieron positivo en la prueba de coronavirus y la cifra creció hasta confirmarse una veintena de empleados afectados –de un total de 33– que tuvieron que dejar de acudir al centro, al igual que aquellos asalariados y sus familiares que quedaron en cuarentena por posibilidad de contagio. La situación obligó a la intervención de los efectivos de la Armada Española y de la Unidad Militar de Emergencia (UME). El domingo se confirmó que 38 mayores de los más de 45 que estaban en la residencia había dado positivo. De ellos, han fallecido ya dos a causa del virus y aún se espera la confirmación del origen de la muerte de un tercer muerto, según apuntan fuentes cercanas a la Junta.
Ante la importante y elevada concentración de casos en el municipio de una provincia que por ahora suma 245 afectados, Aguilera ha solicitado el aislamiento total de la localidad y que se realice a los vecinos pruebas aleatorias para confirmar si el virus se ha extendido más allá de la residencia. “El pueblo es uno de los focos más importantes de Andalucía. Si con el caso de la residencia esto ha sido un desastre y una barbaridad, qué es lo que va ocurrir si esto se extiende”, ha remachado, indignado, el regidor.
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