Los ministros de Salud europeos apelan a la solidaridad contra el coronavirus y el desabastecimiento
La decisión de Alemania de restringir las exportaciones de materiales médicos como mascarillas levanta suspicacias
Italia ha cerrado colegios y universidades mientras se acerca a los 4.000 contagios. Francia ha prohibido los eventos que congreguen más de 5.000 personas en espacios cerrados. España no ha restringido de momento las grandes concentraciones. En Bulgaria, Chipre y Malta no se ha detectado ningún caso. El impacto del coronavirus y su respuesta por parte de los Gobiernos europeos está siendo desigual y diversa, pero como se han encargado de puntualizar los ministros de Sanidad reunidos en Bruselas este viernes, eso significa que dentro del club comunitario cada país está en una fase diferente, no...
Italia ha cerrado colegios y universidades mientras se acerca a los 4.000 contagios. Francia ha prohibido los eventos que congreguen más de 5.000 personas en espacios cerrados. España no ha restringido de momento las grandes concentraciones. En Bulgaria, Chipre y Malta no se ha detectado ningún caso. El impacto del coronavirus y su respuesta por parte de los Gobiernos europeos está siendo desigual y diversa, pero como se han encargado de puntualizar los ministros de Sanidad reunidos en Bruselas este viernes, eso significa que dentro del club comunitario cada país está en una fase diferente, no que esté fallando la coordinación, la gran palabra, junto a los llamamientos a la solidaridad, que ha sobrevolado la sala del Consejo.
Tres semanas después de su último cara a cara en la capital belga, los responsables de Salud han dejado de percibir al patógeno que causa la enfermedad Covid-19 como una amenaza foránea. “El virus ya está en Europa, hay que asumirlo”, ha dicho el alemán Jens Spahn en un ejercicio de realismo. "La mayoría de infecciones en Alemania ya no están vinculadas a viajes”, añadió aludiendo al aumento de contagios locales. El escenario ha empeorado ostensiblemente desde aquel encuentro. Entonces, apenas había 40 infectados en la UE. Ahora, esa cifra se ha multiplicado por más de 100 hasta superar la cota de los 5.000 enfermos, y sus consecuencias sobre la economía son evidentes.
Durante cuatro horas de reunión, los ministros han compartido sus experiencias con el convencimiento de que hay dos tipos de países: aquellos en los que el coronavirus ya ha iniciado su inexorable expansión, y aquellos en los que lo hará en las próximas semanas. El despliegue ha estado a la altura del desafío: junto a los ministros, intervinieron los comisarios de Salud, Gestión de Crisis y Mercado Interior, así como altos cargos de la Organización Mundial de la Salud y el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
Alrededor de la mesa hubo confianza en que la ayuda mutua contribuya a paliar la crisis, pero también temores a que alguna de las capitales levante muros y haga la guerra por su cuenta. “Tenemos que ser cautos para que ninguna medida nacional unilateral plantee problemas al suministro del mercado europeo", advirtió la comisaria de Salud, Stella Kyriakides. El comentario llega después de que Alemania impusiera a los fabricantes la obligación de pedir permiso para exportar equipos de protección como mascarillas, guantes o ropa de protección. Y de que República Checa tomara medidas similares. “Lituania no es un país productor, es consumidor y quería saber si algún estado ha tomado medidas de restricción a la exportación y qué opina la Comisión de ello”, señalaba inquieto Aurelijus Veryga.
“No es una prohibición. Concederemos permisos de exportación caso por caso”, trató de tranquilizar el ministro alemán. Berlín justifica la medida argumentando que el mercado se ha vuelto ineficiente ante la desmedida subida de precios por la fiebre por las mascarillas, y sin regulación, puede que no siempre lleguen a los lugares más necesitados. Bruselas insiste en la solidaridad, y no lo ve con buenos ojos. “No estamos a favor de medidas que favorezcan a un Estado miembro en detrimento de los demás”, afirmó el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic. Otros países, como Suecia y Bélgica, también se manifestaron públicamente a favor de la libre circulación de materiales médicos.
La Comisión estima que las empresas europeas tienen una amplia capacidad de producción, y constatan que podrían doblarla e incluso triplicarla, pero la alta demanda, que puede verse multiplicada si la crisis se agrava, la ha llevado a tomar iniciativas excepcionales. 20 Estados miembros se han sumado a la licitación conjunta para comprar equipos de protección lanzada por Bruselas. Y ese modus operandi puede repetirse en el futuro para la adquisición de otros materiales médicos. El Ejecutivo comunitario espera recibir el lunes las primeras ofertas. Mientras tanto, ha anunciado una partida extra de 37 millones de euros para financiar el desarrollo de vacunas y tratamientos contra el virus, una tarea que implica a 136 equipos de investigación en la UE.
Crisis transfronteriza
Tras la visita a Italia de expertos del ECDC cuando estalló la crisis de contagios, su próxima misión será en Grecia. El país heleno, pese a no estar en una situación comparable a la de Italia —en su territorio ha habido 32 casos según los registros oficiales— ha reclamado su presencia para recibir asesoramiento sobre cómo actuar. Ante el carácter transfronterizo de la crisis, Alemania y Austria se mostraron favorables a invitar a futuras reuniones de ministros a países cercanos de fuera de la UE como Reino Unido, Suiza o Noruega. “En temas como este no se puede pensar en términos de Brexit sí o no”, pidió el ministro germano.
Cada interviniente dedicó unos cinco minutos a exponer su propia problemática. El ministro de Sanidad polaco, Lukasz Szumowski, recordó la importancia de la vertiente informativa en caso de que se desaten alertas injustificadas. “Es el primer caso donde hay riesgo de epidemia en la era digital, en la era de las redes sociales. Vemos que hay muchas noticias falsas interfiriendo con la política de comunicación oficial. Pueden poner en peligro los sistemas sanitarios”.
El colapso hospitalario es ahora mismo la peor pesadilla para los Veintisiete, por eso, las medidas de contención, aunque en ocasiones solo retrasen lo inevitable, son percibidas como muy relevantes para ganar tiempo a una enfermedad que hacía de las suyas a solo unos metros de donde se encontraban los ministros. Una reunión de embajadores debió suspenderse en la mañana de este viernes debido al positivo de un funcionario. Como medida de precaución, la embajadora croata se mantiene en aislamiento.