El Perito Moreno se desmorona

Sólo 40 turistas estaban presentes

Se hizo esperar, pero finalmente se desmoronó. Seis días después de que comenzara a resquebrajarse, el glaciar Perito Moreno, el más turístico de la Patagonia argentina, terminó por partirse ayer a las 11.18 (16.18 hora peninsular) ante 40 turistas. La caída de grandes bloques de hielo al Lago Argentino generó estruendo y griterío del público.

El resquebrajamiento del Perito Moreno, una mole de 200 kilómetros cuadrados y 70 metros de altura, suele ocurrir cada tres o cuatro años y en el verano austral. Esta vez sorprendió al quebrarse en invierno y sólo dos años después de la última vez...

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Se hizo esperar, pero finalmente se desmoronó. Seis días después de que comenzara a resquebrajarse, el glaciar Perito Moreno, el más turístico de la Patagonia argentina, terminó por partirse ayer a las 11.18 (16.18 hora peninsular) ante 40 turistas. La caída de grandes bloques de hielo al Lago Argentino generó estruendo y griterío del público.

El resquebrajamiento del Perito Moreno, una mole de 200 kilómetros cuadrados y 70 metros de altura, suele ocurrir cada tres o cuatro años y en el verano austral. Esta vez sorprendió al quebrarse en invierno y sólo dos años después de la última vez, cuando había 10.000 turistas presentes. El intendente del Parque Nacional Los Glaciares, Oscar Corvalán, atribuyó el inusual fenómeno al calentamiento global y aseguró que desde 1917 nunca antes se había partido en invierno.

En esta ocasión, como era temporada baja, había pocos visitantes en esta zona alejada de Buenos Aires (2.880 kilómetros al sur) y, como la ruptura se produjo al amanecer patagónico, había aún menos frente al glaciar. En el parque nacional no se puede pernoctar.

El glaciar divide el Lago Argentino. Cuando las aguas de ambos lados quedan desniveladas, se resquebraja el dique de hielo que los separa, como sucedió el viernes. Primero se forma un túnel y por debajo corren las aguas de una parte a la otra, lo que termina por derrumbar el puente que se forma. Ayer, el movimiento del propio glaciar, que se desplaza 100 metros por año, terminó por derribarlo.

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