Soccer Mommy, uno de los grandes valores del ‘indie’ actual

Sophie Allison se sincera en un nuevo disco, en el que aborda temas como la pérdida y el cambio.

Sophie Allison, la creadora detrás de Soccer Mommy.ZHAMAK FULLAD

Las etiquetas que aparecen para definir el cuarto trabajo de Soccer Mommy, Evergreen, resultan más que ilustrativas: Lofi, Bedroom Pop, Alternative y Chill, entre otras. Da la impresión de que Sophie Allison, su verdadero nombre, se encuentra cómoda en esa maraña de sonidos que intentan abrir un hueco entre la placidez y la inquietud. Allison ha utilizado las canciones de Soccer Mommy como un medio para ordenar los pensamientos y experiencias que inevitablemente surgen con la realidad de crecer.

La de Nashville, de 26 años, ha sido capaz de crear en este último disco un universo compositivo rico, melancólico, donde el recuerdo de un ser querido aún está latente. “Quería que el álbum capturara una sensación amplia que es compleja”, dice sentada en las oficinas de su discográfica en Madrid. “Cuando pierdes a alguien, experimentas un gran cambio en tu vida, a menudo puedes sentirte atrapado entre quién eras y lo que tienes que ser ahora. No quieres avanzar, pero tampoco puedes quedarte atrás”.

Para la realización del disco ha contado con Ben Allen, el hombre detrás del discurso sonoro de joyas como Merriweather Post Pavilion, de Animal Collective; Within and Without, de Washed Out, o Halcyon Digest, de Deerhunter, entre otros. “Había tanta energía creativa, y tuvimos tantas ideas increíbles, que realmente ha influido en cómo sonaba el álbum”, apunta de una obra que fue creada en el estudio casero de Allen, en Atlanta.

Su música puede conectar fácilmente con la de otros nombres que han modelado la nostalgia y el paso del tiempo, como Cat Power, Lana del Rey o Joni Mitchell. Aunque prefiere destacar a figuras como Emmylou Harris, Lucinda Williams y Elliott Smith. “Son autores a los que he escuchado últimamente mucho”, comenta la autora de Circle the drain, cuyo vídeo lleva dos millones de visionados en YouTube, y que habla sobre sentirse desconectada y agotada. Otras canciones, como Your dog, con 45 millones de escuchas en Spotify, se sumergen en las dinámicas de control y sumisión de una relación tóxica. Resulta llamativo escucharla reflexionar sobre este tipo de situaciones mientras sonríe y toma un café. “Empecé a escribir canciones cuando tenía cinco años. Era el tipo de cosa que nunca pensé en dejar de hacer”, cuenta sobre su evolución, que la ha llevado a convertirse en una de las voces más sinceras y evocadoras de la música indie. Evergreen continúa ese viaje íntimo, un recorrido por los rincones más oscuros y luminosos de la experiencia humana.

Melancolía pop

Steve Jennings/Getty Images (Getty Images)

En la trascendencia. Mucho más que una voz que susurra a la concurrencia, Clairo (1998) es uno de los mejores ejemplos surgidos en el enjambre del indie americano.

Katie Collins / Alamy Stock Photo / CORDON PRESS

Poesía visceral. Entre la introspección y lo poético, la obra de Mitski Miyawaki (1990) toca temas como la soledad, el amor o el profundo desarraigo.

Christopher Polk/Variety/Getty Images

Confesiones al otro lado. Julien Baker (1995), con tres trabajos hasta la fecha, ha sabido condensar la indefensión que sufren aquellos jóvenes perdidos en nuestro presente.

Nina Westervelt/Billboard/Getty Images

Marejada sentimental. Blondshell, el nombre artístico de Sabrina Teitelbaum (1997), navega por las aguas del conocimiento propio.

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