El síndrome del sabio: ¿existen los ‘savants’?
El término se utiliza para referirse a personas con dificultades cognitivas, pero que poseen un talento excepcional
El término savant (sabio) se utiliza para referirse a personas que tienen dificultades cognitivas graves, que también es una característica que suele aparecer en muchas otras personas del espectro autista, pero que, además, poseen un talento excepcional. Este talento maravilloso suele ser en campos como matemáticas, memoria visual, arte, etcétera. Se asocia con el espectro autista porque hay un porcentaje de esas personas identificadas como savants que han sido diagnosticadas con autismo...
El término savant (sabio) se utiliza para referirse a personas que tienen dificultades cognitivas graves, que también es una característica que suele aparecer en muchas otras personas del espectro autista, pero que, además, poseen un talento excepcional. Este talento maravilloso suele ser en campos como matemáticas, memoria visual, arte, etcétera. Se asocia con el espectro autista porque hay un porcentaje de esas personas identificadas como savants que han sido diagnosticadas con autismo.
En el pasado se pensaba que era muy, muy raro. ¿Cuántas personas con autismo son savants? Antes se decía que aproximadamente una de cada diez, pero investigaciones más recientes sugieren que pueden ser una de cada tres. Aunque lo cierto es que no se sabe.
Y no se sabe porque, en realidad, ¿qué consideramos un talento excepcional? Se trata de un término un poco abstracto, ya que no existe una línea a partir de la que podamos decir que algo es indiscutiblemente excepcional.
Además, creo que también asociamos el autismo con los savants por lo que hemos visto en las películas o en las series. Hay una serie actual que refleja esto: The good doctor, cuyo protagonista es un cirujano que tiene autismo y es un savant que piensa con imágenes. O la película Rain Man, de 1988, que muestra también a una persona autista con habilidades excepcionales en matemáticas y dificultades de comunicación y cognitivas. O Stephen Wiltshire al que se ha apodado como la “cámara humana” por su gran memoria visual y su talento excepcional para replicar con un dibujo preciso lo que ve con tal solo observarlo una vez. Son personas con estos talentos.
Una gran parte de ellos están dentro del espectro autista, pero no tienen por qué. Puede haber otros que tengan algún otro tipo de trastornos del desarrollo. Ni todas las personas del espectro autista son savants, ni todos los savants están en el espectro autista.
El autismo es una condición que engloba muchas manifestaciones. Es un síndrome que tiene una gama muy amplia que incluye a personas con un cociente de inteligencia altísimo, pero también a gente con incapacidad intelectual muy severa. O gente que tiene muchas dificultades con el lenguaje y otros que no tienen ninguna. Pero siempre hay características comunes: como dificultades a la hora de comunicarse y relacionarse y comportamientos repetitivos. Esas serían las características más asociadas al autismo, aunque lo más visible es que es muy heterogéneo.
Lo que ocurre con el autismo es que es difícil de diagnosticar. No hay un análisis de sangre u otra prueba médica que nos permita diagnosticarlo, sino que se diagnostica mediante cuestionarios que evalúan el desarrollo y la conducta. Hasta ahora, la mayoría de los diagnósticos de autismo han sido en varones. Pero es que los cuestionarios que se utilizan para esos diagnósticos se han desarrollado basándose en los varones. Antes se pensaba que era una enfermedad que afectaba mayoritariamente a los niños y que esas eran sus características. Ahora se ha visto que hay muchas niñas con autismo, pero el síndrome es un espectro tan amplio que en las niñas suele tener otras características. A ellas se les diagnostica mucho más tarde porque, además, las niñas autistas suelen tener una gran capacidad para imitar comportamientos y entonces, si están en el patio del colegio, las ves interactuar con otros, aunque lo hacen solo por imitación. La apariencia es que, a primera vista, no cuadrarían dentro de lo que se asocia como principales características del autismo.
Pero volviendo a los savants, no se sabe qué lo provoca. Hay alguna hipótesis que defiende que lo que ocurre es que hay una parte del cerebro afectada, que suele ser la izquierda, y entonces se produce una compensación en el lado derecho, y eso es lo que hace que tengan estas capacidades. Sabemos que eso ocurre también con los sentidos. Por ejemplo, las personas ciegas desarrollan mucho más el oído. Pues esto sería lo mismo, pero con el cerebro. Y ocurre también con muchas otras personas del espectro autista que no llegan a ser savants, pero sí tienen habilidades especiales. Se piensa que también en ellas puede ser una compensación del cerebro.
Alba Gutiérrez Sacristán es doctora en Biomedicina, investiga el autismo en el Departamento de Informática Biomédica de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).
Pregunta enviada vía email por Dayana Sánchez Leal
Coordinación y redacción: Victoria Toro
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