Vídeo | Vivir con TOC, la enfermedad de la duda: “Por mi nivel de inseguridad dudaba de si había cerrado la puerta y me creaba mucha angustia”
Antonio Fermoso lleva medio siglo conviviendo con un trastorno obsesivo-compulsivo que lo ha abocado a hacer comprobaciones constantes en su vida diaria
La duda y la incertidumbre ha condicionado la vida de Antonio Fermoso, de 72 años, desde hace más de medio siglo: padece un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), una dolencia caracterizada por un patrón de miedos y pensamientos no deseados (obsesiones), que provocan comportamientos repetitivos (compulsiones). “Lo llaman también la enfermedad de la duda: tengo un nivel de inseguridad, que dudo. [Durante una época], dudaba de si había cerrado la puerta bien y lo comprobaba, me iba, pero me preguntaba otra vez si estaba seguro de que había cerrado bien y volvía a comprobarlo. Así varias veces hast...
La duda y la incertidumbre ha condicionado la vida de Antonio Fermoso, de 72 años, desde hace más de medio siglo: padece un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), una dolencia caracterizada por un patrón de miedos y pensamientos no deseados (obsesiones), que provocan comportamientos repetitivos (compulsiones). “Lo llaman también la enfermedad de la duda: tengo un nivel de inseguridad, que dudo. [Durante una época], dudaba de si había cerrado la puerta bien y lo comprobaba, me iba, pero me preguntaba otra vez si estaba seguro de que había cerrado bien y volvía a comprobarlo. Así varias veces hasta que, al final, me iba, pero, aun así, me quedaba la duda de si había cerrado bien o no”, relata. La duda no le ha dado tregua ni en su etapa de estudiante, ni en el trabajo, ni siquiera cuando iba a comprar el periódico: “Iba a comprar un periódico y dudaba si lo había pagado o no. Y eso me creaba mucha angustia”.
“Es un problema de miedo, mucho miedo, complejo, inseguridad y poca autoestima. Lo pasé muy mal”, cuenta. Ahora, más recuperado gracias a la terapia y a los grupos de ayuda mutua de la Asociación para la Superación de la Ansiedad y la Depresión (Assadegam), asegura que hay salida. “Tenemos que ser más tolerantes a la inseguridad, la imperfección y la incertidumbre. Hay que vivir así”.
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