Carta del director

Feliz 2021, el año de la recuperación de los placeres analógicos

Los vaticinios de los expertos del Observatorio Retina para 2020 iban en la buena dirección, pero la pandemia hizo que se quedaran cortos

Madrid -

Hace un año, a finales del lejanísimo 2019, los expertos del Observatorio Retina vaticinaron las tendencias tecnológicas que nos traería 2020. Cabría suponer que sus pronósticos para un año tan imprevisible se los habría llevado volando el huracán de la covid. Sin embargo, leídos con detenimiento, fueron predicciones en labuena dirección. Simplemente, se quedaron cortas.

En el ámbito de la innovación la pandemia no ha alterado la senda de los acontecimientos: sí ha acelerado su llegada. 2020 ha sido...

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Hace un año, a finales del lejanísimo 2019, los expertos del Observatorio Retina vaticinaron las tendencias tecnológicas que nos traería 2020. Cabría suponer que sus pronósticos para un año tan imprevisible se los habría llevado volando el huracán de la covid. Sin embargo, leídos con detenimiento, fueron predicciones en labuena dirección. Simplemente, se quedaron cortas.

En el ámbito de la innovación la pandemia no ha alterado la senda de los acontecimientos: sí ha acelerado su llegada. 2020 ha sido horrible, pero hubiera sido peor sin Internet. Las redes nos han conectado y han mantenido vivas las actividades económica y docente. Y ese impulso del teletrabajo, de la educación online o del comercio electrónico es probablemente el futuro que nos aguardaba a la vuelta de cinco o diez años.

Sin embargo, junto a su enorme poder, la tecnología también ha mostrado sus limitaciones. Las clases a distancia han puesto en valor la escuela presencial. El teletrabajo ha hecho añorar las ideas geniales que surgían junto a la máquina de café.

Robots y aplicaciones se han quedado en modesto complemento de la distancia social, las mascarillas y la labor de los sanitarios de carne y hueso.

Gracias, tecnología; has evitado la parálisis total del mundo. Y quienes sepan utilizarte saldrán antes y mejor de esta crisis. Pero, una vez superemos el peligro, permítenos entregarnos a actividades que poco tienen que ver contigo: ¿han tenido alguna vez más ganas de viajar, de tomar el vermú en un bar, de reunirse con amigos, con la familia, de ir al cine, de perderse en una librería o, simplemente, de dar un abrazo? Feliz 2021, el año de la recuperación de los placeres analógicos.

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