Pérez Dorao: “A las niñas se las educa para portarse bien y estar calladitas”

Las niñas pueden ser lo que quieran, pero no siempre tienen referentes. Para motivarlas ha nacido Inspiring Girls, una asociación dirigida en España por Marta Pérez Dorao

Sofía Moro

En la Universidad se matriculan más mujeres que hombres –ellas suponen el 54,84%, según el Ministerio de Educación–. Sin embargo, en la rama de arquitectura e ingeniería, el porcentaje cae hasta situarse en un 24,8%.

La presencia femenina minoritaria en empresas tecnológicas también es una realidad. En sus equipos directivos, ellas solo ocupan un 2,34% de los puestos, según una encuesta realizada por la consultora Grant Thornton en 35 países.

Para contribuir a revertir esta situación, y que las niñas cuenten con referentes cercanos, nació hace cuatro años en Reino Unido Inspiring...

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En la Universidad se matriculan más mujeres que hombres –ellas suponen el 54,84%, según el Ministerio de Educación–. Sin embargo, en la rama de arquitectura e ingeniería, el porcentaje cae hasta situarse en un 24,8%.

La presencia femenina minoritaria en empresas tecnológicas también es una realidad. En sus equipos directivos, ellas solo ocupan un 2,34% de los puestos, según una encuesta realizada por la consultora Grant Thornton en 35 países.

Para contribuir a revertir esta situación, y que las niñas cuenten con referentes cercanos, nació hace cuatro años en Reino Unido Inspiring Girls. Esta asociación internacional ha creado un voluntariado para que mujeres con capacidades de liderazgo de distintos ámbitos profesionales impartan charlas de una hora en los colegios. “Siempre me ha parecido una gran iniciativa, porque durante años he impartido cursos de formación en habilidades directivas para mujeres, y, muchas veces, cuando te diriges a jóvenes ejecutivas ya llegas tarde”, explica Marta Pérez Dorao, directora de lnspiring Girls España.

P. Tarde, ¿en qué sentido?
R. A esas edades la mentalidad ya está conformada. Hay muchos comportamientos y actidudes que son difíciles de cambiar. Por eso hay que empezar antes, es una cuestión de educación.
P. ¿Qué aspectos influyen en la visión que las niñas tienen de sí mismas en el entorno académico?
R. Para empezar, los estereotipos. Las etiquetas que nos ponen, y que acaban estando presentes en todos los ámbitos. Hasta en las camisetas. Para ellas, con palabras como pretty o princess (guapa o princesa); para ellos, brave, genius (valiente, genio). Con ese tipo de mensajes, a las niñas se las educa para portarse bien y estar calladitas, y a los niños para que afronten riesgos. Luego, a ello se une la pérdida de autoestima que se produce en la adolescencia y la falta de referencias de mujeres que ejercen profesiones tradicionalmente reservadas a los hombres.
El antecedente del ‘ebook’, el libro mecánico, lo inventó una maestra gallega en plena posguerra, y es algo que no se sabe”
P. ¿Hasta qué punto es importante que las niñas sepan que pueden ser pilotos de caza o astrofísicas?
R. Es esencial. Necesitamos que las científicas, las profesionales de la tecnología y las mujeres con responsabilidades de liderazgo, entre muchas otras, se vuelvan visibles. Que aparezcan en la televisión, en los libros de texto. El antecedente del ebook, el libro mecánico –formado por una serie de carretes que contenían distintas asignaturas –, lo inventó la maestra Ángela Ruiz Robles en plena posguerra, y es algo que no se sabe.
P. ¿Cuáles son las claves para promover la igualdad de oportunidades?
R. El lenguaje es una de ellas. Es importante asegurarse de que no estás perpetuando estereotipos negativos con el discurso. Y, por supuesto, estimular positivamente. El efecto pigmalión existe. Una vez hicimos un experimento en el que, antes de hacer un examen, un grupo de alumnas escuchaba a unos profesores decir que las matemáticas se les daban mejor a los chicos. Se comprobó que las que habían estado expuestas a esa conversación sacaban peores notas que las que no lo habían estado.
P. ¿Qué les dicen en las charlas a las niñas para que trabajen su autoconfianza?
R. Las animamos a que, sean lo que sean, aspiren a un poquito más. Que se esfuercen siempre por llegar más alto. Sobre todo, porque, como decía antes, hay momentos especialmente sensibles. La adolescencia es uno de ellos. Una etapa en la que no te sientes cómoda en tu propia piel y te crees peor de lo que eres. Por eso hay que insistir en que, aunque ciertas carreras no son fáciles para nadie, con esfuerzo todo se puede conseguir.
P. Y a las jóvenes directivas, ¿qué mensaje les lanza?
R. Que se encuentran en un mundo laboral hecho por hombres y para hombres. Así que es necesario adquirir una serie de capacidades para progresar en él: desde aprender a decir que no, a negociar bien nuestros salarios o comprender la importancia del networking.
P. ¿Cuál es su gran referente femenino?
R. Aunque suena a tópico, mi madre. Somos seis hermanos (tres chicos y tres chicas), y ella, a pesar de provenir de un entorno conservador, consiguió educarnos en igualdad.

Son lo más

Desde que se puso en marcha el año pasado en España, Inspiring Girls ya ha organizado charlas con unas 1.890 niñas, y 53 colegios se han inscrito a la iniciativa. Entre las 612 voluntarias que han cedido una hora de su tiempo se  encuentran:

María Blasco. Directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

Fuencisla Clemares. Directora General de Google para España y Portugal.

Rocío González. Primera mujer española piloto de combate.

Rosa Menéndez. Doctora en Químicas y primera mujer presidenta del CSIC.

Jennifer Miranda. Boxeadora, ocho veces Campeona de España. Licenciada en INEF.

Alhambra Nievas. Ingeniera y árbitro de rugby internacional.

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