Aprender idiomas con el móvil, una forma de sacar más partido al tiempo

El alumno lee, escucha, escribe y habla en inglés durante todo el tiempo que dedica al aprendizaje con una herramienta que suele usar en su día a día para leer, escuchar, escribir y hablar: el móvil

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Los smartphones solo llevan entre nosotros 10 años, desde la aparición del primer iPhone en 2007. Pero, en tan escaso periodo, ya se han convertido en algo indispensable y la mayoría de nosotros no concibe la vida sin esta herramienta. A veces, nuestro móvil casi se convierte en una extensión de nuestra personalidad. Desde que tenemos internet en la punta de los dedos, el tiempo que pasamos online aumenta progresivamente y nuestra capacidad de procesar información se ve indudableme...

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Los smartphones solo llevan entre nosotros 10 años, desde la aparición del primer iPhone en 2007. Pero, en tan escaso periodo, ya se han convertido en algo indispensable y la mayoría de nosotros no concibe la vida sin esta herramienta. A veces, nuestro móvil casi se convierte en una extensión de nuestra personalidad. Desde que tenemos internet en la punta de los dedos, el tiempo que pasamos online aumenta progresivamente y nuestra capacidad de procesar información se ve indudablemente afectada.

Diversos estudios demuestran que pasamos, de media, más de cuatro horas al día interactuando con nuestros móviles y que solemos consultarlos más de 200 veces. El uso de dispositivos inteligentes y redes sociales ayuda a crear una sociedad tan potencialmente eficiente como ociosa y es interesante ver cómo la tecnología también altera la percepción del tiempo en las personas.

El aprendizaje a través del móvil —también conocido como m-learning— nace para potenciar y fortalecer la motivación a través de momentos de estudio más cortos que pueden crearse en cualquier lugar y momento. Esta característica de disponibilidad total e inmediata, el "anytime, anywhere" que ofrecen los móviles, es la que los pedagogos intentamos convertir en oportunidades nuevas para el aprendizaje adaptado a las nuevas tecnologías.

Empresas como ABA English diseñan los contenidos de aprendizaje de inglés para aprovechar situaciones y contextos de aprendizaje como la parada del bus, la consulta del médico o simplemente mientras esperamos y disponemos de ratos muertos. Se crean hábitos de estudio diferentes, adaptados a la nueva realidad y a los nuevos comportamientos.

Actualmente, la educación online ofrece a sus alumnos exactamente los mismos beneficios que la educación tradicional. Pero muchos se preguntan si el rendimiento final de las clases online es el mismo que podemos obtener de las clases presenciales. En este caso, el tiempo juega a favor de la enseñanza digital. La cantidad de conocimientos adquiridos en un mismo periodo de tiempo es superior en la metodología online. Parte de esta ventaja se debe a la posibilidad que tienen los alumnos de pausar o volver a ver las clases, así como de elegir cuándo es el mejor momento del día para estudiar.

Además, hoy sabemos que los dispositivos móviles ayudan al alumno a mejorar sus capacidades para leer y escribir y a identificar cuáles son las competencias que más debe desarrollar. En el caso del aprendizaje de un segundo idioma como el inglés, esta es otra gran ventaja. El alumno lee, escucha, escribe y habla en inglés durante todo el tiempo que dedica al aprendizaje, y con una herramienta que suele usar en su día a día para leer, escuchar, escribir y hablar: el móvil.

Por otra parte, cuando aprendemos un idioma a través de una aplicación móvil, hacemos más de una cosa a la vez: escuchamos textos, hablamos mientras leemos o leemos mientras escuchamos, por ejemplo, cuando miramos un vídeo con subtítulos. Leyendo, también se aprende a escribir. El resultado es que se puede desarrollar más de una competencia lingüística al mismo tiempo, por lo que 10 minutos dedicados al aprendizaje online dan para más que si son dedicados al aprendizaje tradicional.

Los dispositivos móviles también facilitan lo que llamamos aprendizaje exploratorio: el alumno aprende sobre el terreno, explorando, experimentando y aplicando en contextos reales cotidianos lo que acaba de aprender. Poner en práctica en seguida el conocimiento adquirido también ayuda a retener mejor la información a largo plazo. Si convertimos en una tarea provechosa aquellos minutos de nuestra jornada que solemos dedicar a esperar, podremos adquirir y mantener hábitos de estudio diferentes. Y una rutina de cinco minutos al día nos puede dar mejores resultados que cualquier otro curso tradicional.

María Perillo es chief learning officer en ABA English.

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