Hacia un futuro con periódicos... y sin periodistas

Datos sobre cómo va a asaltarnos la inteligencia artificial, recogidos por algunos de los mejores rivales de EL PAÍS RETINA.

Miremos hacia adelante, hasta 2100, e imaginémonos mirando al pasado (si es que estamos vivos todavía). Hay un 50% de posibilidades de que nos demos cuenta de que durante el siglo que acabaría de terminar, la inteligencia artificial fue el principal desarrollo. Y después le daremos la orden a un robot para que escriba un post sobre el asunto.

Hay un 50% de posibilidades de que en 45 años la IA sea capaz de llevar a cabo mejor que nosotros todas las tareas que ahora desempeñamos l...

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Miremos hacia adelante, hasta 2100, e imaginémonos mirando al pasado (si es que estamos vivos todavía). Hay un 50% de posibilidades de que nos demos cuenta de que durante el siglo que acabaría de terminar, la inteligencia artificial fue el principal desarrollo. Y después le daremos la orden a un robot para que escriba un post sobre el asunto.

Hay un 50% de posibilidades de que en 45 años la IA sea capaz de llevar a cabo mejor que nosotros todas las tareas que ahora desempeñamos los humanos, según una encuesta llevada a cabo a 352 investigadores de este campo llevado a cabo por las Universidades de Oxford y de Yale. Ya en los próximos 10 años vamos a ver cómo nos adelantan en la traducción de idiomas (2024), escribiendo ensayos para estudios universitarios (2026), conduciendo camiones (2027), escribir un bestseller (2049 y trabajar como un cirujano (2049).

La artificial es una forma extraña de inteligencia, pero, al final del día, la inteligencia consiste en resultados”.

Gary Kasparov

Entonces, si los humanos ya no somos las criaturas más inteligentes del planeta… ¿no deberíamos replantarnos parte de nuestra vida? No son pocos los que se preguntan esta cuestión. Sobre todo después de que AlphaGo haya derrotado al mejor jugador de Go que hay sobre la faz del universo. Así las cosas, deberíamos dejar de plantearnos que, al igual que tras Copérnico dejamos de considerarnos el centro del universo, ahora que no somos los más listos de la clase podremos discernir mejor cuál es el futuro del trabajo. Y parece algo claro: la inteligencia artificial no se va a poder controlar.

De este tipo de derrotas sabe mucho el legendario Garry Kasparov, excampeón del mundo y primer derrotado con honores por una máquina en 1997 (en su caso no fue Google, al que le faltaba un año para fundarse, sino IBM). Kasparov acaba de publicar un libro llamado Deep Thinking: el futuro humano y la inteligencia artificial en el que habla de todo un poco, pero sobre todo de máquinas. “El ajedrez no es una partida de póker, pero siempre ha habido un elemento psicológico. Con una máquina (no sé cómo llamarla, él, ella) una imprecisión significa se acabó. Pierdes todas las ventajas que has acumulado durante 50 movimientos. Tienes que movilizar todos los recursos para evitar la derrota. Es una forma extraña de inteligencia, pero, al final del día, la inteligencia consiste en resultados”.

Porque la inteligencia artificial da resultados y va a alcanzar los aspectos más insospechados. Desde doblar la ropa gracias al exclusivo Foldimate hasta entender el lenguaje humano o entrenar atletas. Y volver a cambiar, una vez más, el futuro de los periódicos: ¿harán falta periodistas para sacar un diario? No necesariamente, al parecer.

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