Los investigadores del ‘caso Villarejo’ suman indicios contra la cúpula de Interior del PP

La pieza BBVA vincula de nuevo al partido conservador con maniobras irregulares en la policía

Ignacio Cosidó saluda a Fernández Díaz, en 2018 en el Senado.Emilio Naranjo (EFE)

Los dedos que apuntan a la cúpula del Ministerio del Interior en la etapa de Jorge Fernández Díaz (PP) se multiplican a medida que avanza la instrucción del caso Villarejo. Con la pieza BBVA, que ha revelado una reunión del banco con el exsenador Ignacio Cosidó antes de que la entidad presentara una denuncia de forma anónima, se suman nuevos indicios a los acumulados en las pesquisas sobre el espionaje a Luis Bárcenas y en la guerra sucia contra Podemos.

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Los dedos que apuntan a la cúpula del Ministerio del Interior en la etapa de Jorge Fernández Díaz (PP) se multiplican a medida que avanza la instrucción del caso Villarejo. Con la pieza BBVA, que ha revelado una reunión del banco con el exsenador Ignacio Cosidó antes de que la entidad presentara una denuncia de forma anónima, se suman nuevos indicios a los acumulados en las pesquisas sobre el espionaje a Luis Bárcenas y en la guerra sucia contra Podemos.

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La llamativa escena se produce durante el interrogatorio de la Fiscalía a Francisco González, expresidente del BBVA, el pasado 18 de noviembre. Anticorrupción le pregunta por una reunión que mantuvo en 2015 en el complejo policial de Canillas (Madrid) con Cosidó, entonces director general de la Policía y posterior portavoz del PP en el Senado. La cita, calificada por González como “una comida institucional”, levanta las sospechas de los investigadores, ya que la entidad financiera presentó solo unos días después, a través del comisario José Manuel Villarejo, una denuncia anónima contra Ausbanc y su presidente, Luis Pineda, por supuesta extorsión. Quieren saber si esa maniobra se gestó en ese almuerzo y qué papel jugó el exdirigente popular.

 —¿La comida no tiene por objeto ver cómo canalizar esa denuncia? —le pregunta el fiscal.

 “¿Pero usted cree que en una comida donde está el director general de la policía y supongo que comisarios muy importantes se habla de esas cosas? ¿Y que yo como presidente del banco voy a hacer eso?”, le replica indignado González, que no se esperaba la envolvente de Anticorrupción, que le saca un documento elaborado por uno de sus directivos, Eduardo Ortega, donde dejó por escrito que ese tema se abordó. Entonces, se hace el silencio durante casi un minuto, hasta que el exbanquero admite: “A lo mejor se habló, pero son detalles técnicos”. “Pero no era el objeto en absoluto de la comida”.

Este detalle, que después refrendó el representante del BBVA, Adolfo Fraguas, en la declaración del banco como imputado —donde confirmó el encuentro y que Ortega dijo que el asunto de la denuncia “se trató” y que “la policía tomo conciencia”— apunta otra vez a la cúpula política de Interior en la etapa de Fernández Díaz, según recoge el sumario del caso. Y no es la primera vez que se le vincula a maniobras irregulares.

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Varios documentos, los testimonios de dos altos mandos de la Policía —entre ellos, el número dos del cuerpo con el PP, Eugenio Pino— y el relato del propio Villarejo ya han puesto sobre la mesa tres nombres (Cosidó, Fernández Díaz y Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad) en tres líneas distintas de investigación: la pieza BBVA, la guerra sucia contra Podemos y el espionaje a Luis Bárcenas.

Villarejo, epicentro de la trama, fue el primero en disparar hacia arriba. Por ejemplo, acusó al ex director general de la Policía de encargarle directamente la operación contra el extesorero. Un despliegue donde usaron fondos reservados que, según dos comisarios —Pino y Enrique García Castaño—, autorizó Martínez, ya imputado por ello hace dos semanas. De hecho, constan recibos con su firma.

Pero el antiguo secretario de Estado, además, rubricó un permiso de residencia a un confidente utilizado en la guerra sucia de Podemos. Una trama que también señala al exministro, ya que un alto mando de la policía viajó a Nueva York para captar a un exministro chavista para que le facilitara datos contra Pablo Iglesias. Lo hizo, según consta en un audio, por “mandato” de Fernández Díaz, que ya fue grabado en su despacho discutiendo con el jefe antifraude catalán estrategias para arruinar la imagen de los nacionalistas catalanes difundiendo supuestas corruptelas, y de Mariano Rajoy. Además, según Pino, el exministro también intercedió a favor de Villarejo en otra ocasión y le dijo que no lo “tratara mal”. Según añadió Pino al juez, Fernández Díaz habló en esa ocasión en nombre de Rajoy.

Aunque Cosidó, Fernández Díaz y Martínez han negado siempre cualquier ilegalidad, el PP los apartó progresivamente. El pasado enero, el juez decidió imputar al exsecretario de Estado en un salto cualitativo de la instrucción, que señaló así por primera vez a un político. Habrá que ver si es el último.

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