El reto de la descarbonización de la arquitectura
Es necesaria una transformación radical en los procesos de fabricación de los materiales de construcción para conseguir edificios libres de emisiones de carbono en 2050. La edificación provoca más gases de efecto invernadero que el transporte
La Nueva Bauhaus Europea (NBE) es una iniciativa interdisciplinar de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo que conecta el Green Deal europeo (el Pacto Verde) con nuestros espacios y experiencias vitales, queriendo hacer un llamado a imaginar y construir un futuro sostenible e inclusivo. Se trata de que la transición hacia un continente más sostenible aúne innovación y diseño, y otorgue a los profesionales de la arquitectura y las artes el mantenimiento y la potenciación de los valores culturales de nuestro entorno construido, para que la transformación hacia la sostenibilidad —empezando por la descarbonización— se realice desde la inclusión social.
La descarbonización en la arquitectura es un concepto que implica, entre otras estrategias, un cambio radical en los procesos de fabricación de los materiales de construcción. Sin caer en el marketing verde destinado a crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica (greenwashing), es importante tener en cuenta los recursos locales, analizar las propiedades físicas y mecánicas de todos ellos, profundizar en su impacto en el entorno, y a la vez, saber aplicarlos con ingenio para desarrollar su transformación, de manera que no solo se trabaje con la circularidad y reducción de huella de carbono, sino que también se resalte el impacto en salud del resultado final.
La arquitectura y el cambio climático son términos que están unidos bajo el concepto de descarbonización
Dada la urgencia para alcanzar los objetivos de neutralidad climática en 2050, el pasado 17 de noviembre, el Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (COAC) y el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) juntaron fuerzas en Barcelona propiciando la jornada “Descarbonizando la arquitectura”; un encuentro nacional donde se escenificó un compromiso histórico para liderar una transformación real en el campo de la arquitectura. Cabe destacar que ambas instituciones persiguen y buscan impulsar un cambio de visión en el sector a partir de la transposición de la nueva versión de la Directiva Europea de Eficiencia Energética de los Edificios, que actualmente es un debate constante en el Parlamento Europeo. Y, con el Horizonte del 2026, cuando Barcelona será la Capital Mundial de la Arquitectura y acogerá el Congreso de la UIA, ambas organizaciones quieren visibilizar la arquitectura y los profesionales del sector como agentes de cambio para construir una sociedad libre de emisiones, más saludable y sostenible.
Jornadas como esta son claves para establecer metas reales, debatir el futuro del sector e incentivar la colaboración para fomentar soluciones innovadoras hacia entornos sostenibles ambientalmente. En la jornada se trataron desde temáticas muy amplias —como el rol de las agendas globales o las claves y estrategias para impulsar la rehabilitación— hasta temáticas muy concretas, como el registro digital del edificio y el pasaporte de renovación del mismo, o el reto de la descarbonización de los materiales constructivos.
La edificación supera al transporte, en emisión de gases de efecto invernadero.
Asimismo, la jornada ‘Descarbonizando la arquitectura’ ha servido para reunir el compromiso de doce instituciones de ámbito catalán y español en la construcción de la Agenda 2026 a través de la firma de la ‘Declaración de Barcelona’ junto a más de 400 profesionales. Este documento reconoce la descarbonización como “el desafío más importante que ha asumido nuestra sociedad” y recuerda que los y las arquitectas son agentes decisivos en la edificación. Algunas de las organizaciones y personas que la han firmado son la International Union of Architects (UIA), el diputado del Parlamento Europeo, Marcos Ros; las direcciones generales de Vivienda y Suelo y de Arquitectura y Agenda Urbana del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), Green Building Council España (GBCe) y el Instituto Tecnológico de Cataluña (ITeC).
Cabe destacar que a nivel global, el sector energético provoca más del 73% de las emisiones de efecto invernadero, principal contribuidor al cambio climático. Dentro de la mención “energía” se incluyen: industria (24,25%), edificación (17,5%), transporte (16,2%) y otras emisiones (15,3%). Y es en este sentido donde la arquitectura y cambio climático van de la mano, puesto que la edificación supera al transporte, en emisión de gases de efecto invernadero.
La crisis energética que atraviesa Europa y el resto del mundo desde hace varios meses es también una crisis medioambiental. Pero no debemos olvidar que la arquitectura y el cambio climático son términos que están unidos bajo el concepto de descarbonización. Es crucial tomar consciencia de ello y favorecer un cambio radical en todos los niveles. De hecho, solo si se plantifica y se diseña pensando en una reducción potencial de la huella de carbono se lograrán resultados inmediatos. Por ello, es necesario enseñar, practicar y transmitir este mensaje tanto a clientes, estudiantes y otros profesionales para que se introduzcan en los proyectos estos requisitos básicos y así, cumplir los objetivos de la última cumbre de acción climática para llegar al 100% de edificios descarbonizados en el año 2050.
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