¿Está la sostenibilidad muerta casi antes de empezar? Regeneración es el nuevo mantra

Hemos deteriorado tanto el medio ambiente y las desigualdades sociales son tan profundas, que la sostenibilidad se queda corta. Algunos ejemplos de empresas y multinacionales que están marcando un nuevo camino

Imagen promocional de Hemper, una empresa española que produce en Nepal con impacto positivo hacia la sociedad y el medio ambiente.Hemper

Muchos de nosotros, empresas e incluso organismos públicos estamos empezando a entender lo que significa la sostenibilidad; sostenibilidad de triple balance que incluye no solo el impacto medioambiental, sino el impacto social y dónde la sostenibilidad económica y los beneficios de la empresa se convierte en un medio para conseguir el fin de tener un planeta y una sociedad saludable.

El problema es que a estas alturas la sostenibilidad se nos queda corta. Hemos deteriorado tanto el medio ambiente, y las desigualdades sociales son tan profundas en algunos casos, que no nos sirve con preservar lo que tenemos (sostenibilidad) sino que tenemos que trabajar en regenerar lo que hemos destruido, y restaurarlo de forma permanente.

Por desgracia, según IPBES, el 75% de la tierra ya está degradada socavando además el bienestar de 3.200 millones de personas. El 75% del planeta que nos mantiene con vida se ha convertido en desierto, está contaminado o ha sido deforestado y destinado a la producción agrícola. Si esta tendencia continúa, el 95% de las áreas terrestres podrían degradarse para 2050. Lo que además obligaría a cientos de millones de personas a migrar, y colapsaría la producción de alimentos. ¡Un desastre social de dimensiones incalculables!

Igual que un bosque es un ecosistema en equilibrio y se regenera a sí mismo, es necesario aprender cómo se pueden diseñar programas con el medio ambiente como base para su diseño

La diferencia clave entre los programas regenerativos y sostenibles es ser proactivo versus reactivo. La sostenibilidad frenaría la destrucción y permaneceríamos en el 75%, la regeneración busca revertir esta tendencia. La naturaleza es nuestra maestra para diseñar los programas regenerativos. Igual que un bosque es un ecosistema en equilibrio y se regenera a sí mismo, es necesario aprender cómo se pueden diseñar programas con el medio ambiente como base para su diseño.

Por suerte, la regeneración ya está calando, y empresas tan grandes como Wallmart, la empresa minorista más grande del mundo después de Amazon, tan relevantes como Patagonia, o incluso la española Hemper, están marcando el camino.

Una de las primeras empresas en hablar de regeneración fue Patagonia, estableciendo ya en 2017, el programa Regenerative Organic Certified ™. Una certificación de agricultura integral que incorpora prácticas agrícolas que aumenten la materia orgánica del suelo a lo largo del tiempo, consideran el bienestar animal basado en los pastos, o actuaciones que proporcionen estabilidad económica a largo plazo para los agricultores y ganaderos y creen ecosistemas y comunidades resilientes.

Según The Carbon Underground, cada hectárea de tierra agrícola regenerada genera una reducción anual de tres toneladas de carbono. Con 5.000 millones de hectáreas de tierras agrícolas en todo el mundo, en 20 años podríamos reducir el carbono atmosférico a niveles preindustriales. Generando además mejor aire, más biodiversidad, ríos más saludables, o menor riesgo de cáncer y enfermedades respiratorias.

Con 5.000 millones de hectáreas de tierras agrícolas en todo el mundo, en 20 años podríamos reducir el carbono atmosférico a niveles preindustriales

En 2016, Walmart anunció su compromiso de obtener de manera sostenible 20 productos básicos clave, como aceite de palma, madera, soja, o carne para 2025. Sobre esta base, en 2020, dio un paso más para convertirse en una empresa regenerativa, comprometiéndose a proteger, administrar o restaurar al menos 50 millones de acres de tierra y un millón de millas cuadradas de océano para 2030, trabajando con sus proveedores y socios para desarrollar formas tangibles de avanzar hacia estos objetivos. Con miles de proveedores en todo el mundo, el poder de transformación que Wallmart es enorme, siendo capaz, además, de influir y cambiar las acciones de todos los grupos de interés a su alrededor.

La empresa aún enfrenta serias dudas sobre su impacto y ha sido acusada de greenwashing (lavado verde de imagen). Seguro que no es oro todo lo que reluce y que le quedan muchas aristas que pulir, pero los compromisos están y los programas en marcha.

En España también nos sumamos a la regeneración del planeta. Hemper, empresa que produce en Nepal con impacto positivo hacia la sociedad y el medio ambiente, hace del uso del cáñamo en sus productos la bandera de su apuesta por la regeneración del planeta. El cáñamo es una fibra natural que no precisa de pesticidas ni herbicidas, duradera, que requiere 10 veces menos agua que el algodón y cuyas capacidades regenerativas enriquecen los suelos en los que crecen, manteniendo los ecosistemas. Hemper desarrolla además una propuesta que regenera el valor de la cultura ancestral del cáñamo en Nepal, generando un impacto social positivo tanto en las comunidades que lo cultivan en lo más alto del Himalaya como en los tejedores y sastres de sus mochilas.

Los programas de sostenibilidad son una base sólida para programas regenerativos y un gran progreso, pero tenemos que dar un paso más. Un paso sólido y fundamentado. No podemos volver a cometer los mismos errores. Un número creciente de empresas, periodistas y profesionales han comenzado a usar el término “regenerativo”, así como “restaurador”, “sostenible”, “ético”, y otros, casi indistintamente, sin un sentido claro de lo que estamos hablando. No tenemos tiempo de perdernos en batallas lingüísticas, es tiempo de actuar y regenerar de verdad el daño que hemos causado a nuestro planeta, a nuestra sociedad y a nuestra existencia.

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