Cuando los jóvenes franceses dan un vuelco ecológico
Treinta jóvenes de entre 18 y 35 años explican en un libro cómo han cambiado radicalmente de vida por fidelidad a sus convicciones verdes
Basculons! (Demos un vuelco, en español) es el título de esta obra colectiva que se publicó en Francia el pasado mes de abril por la editorial Actes Sud y que en verano empezó ya a reimprimirse. Su éxito reside en recoger las experiencias de 30 jóvenes militantes ecologistas franceses que han pasado de las palabras a los hechos.
A través del recorrido personal de cada uno de los protagonistas, el lector descubre cómo tomaron conciencia del “desastre ecológico” y de qué manera se comprometieron en la “lucha” para garantizar la habitabilidad del planeta. El libro, que se presenta como un cuaderno militante, lleva por subtítulo Dans un monde vi(v)able, una expresión que hace un juego de palabras. Se puede traducir por “en un mundo vivable” si se conserva la “v” o “En un mundo viable” sin la “v”.
La edición ha sido coordinada por Tanguy Descamps y Maxime Ollivier. Descamps es un joven de 25 años, licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. Mientras cursaba un máster en Gestión empezó a interesarse por las energías renovables y leyó un libro que le abrió los ojos. Se trata de La guerra de los metales raros. La lectura le hizo comprender que no habría solución puramente tecnológica para la crisis ecológica ni crecimiento infinito en un mundo de recursos finitos.
La toma de conciencia le produjo vértigo, ansiedad y un sentimiento de soledad hasta que se unió al movimiento La Bascule, que se puede traducir por “punto de inflexión”, y que es un colectivo ciudadano que actúa en favor de la transición ecológica y social. Desde entonces, Descamps dedica su vida a la militancia. En La Bascule conoció a Maxime Ollivier, y ambos a cuatro manos cocieron la idea de Basculons!
¿El objetivo del libro? Es doble. Según explica Descamps, por un lado quieren legitimar las voces de jóvenes como ellos que han “dado el vuelco” y también dar ganas a otros jóvenes que se plantean las mismas cuestiones, para que se comprometan a fondo con la ecología porque es “la urgencia del momento”.
El libro quiere reunir a la “generación clima” con sus padres y abuelos, y en ningún caso ahondar en una posible fractura generacional, asegura uno de sus autores
Julie Pasquet es un caso entre los 30 reseñados. Esta joven de 24 años pasó los últimos seis en la universidad y hoy es doblemente licenciada por la Escuela de Negocios de Toulouse y por la Facultad de Ciencias Políticas de Toulouse. Y aun así ha renunciado a trabajar en una empresa que le ofrecía un contrato indefinido. Se ha dado de alta como autónoma para continuar con su vida de militante ecologista. Ella cuenta que vio la luz estando en la calle con las manifestaciones alrededor del movimiento de Greta Thunberg. No procede de una familia militante. No había nunca bajado a la calle para protestar hasta ese momento. Hoy en día es la presidenta de una asociación, Together for Earth, que reúne a 60 organizaciones francesas de estudiantes.
Además de dar cara y voz a esos jóvenes que han cambiado de chip, Basculons! busca crear un diálogo con la generación precedente. Por ello, el libro acoge también las impresiones de 17 actores de la transición ecológica. En este caso se trata de personas más mayores y comprometidas desde hace más tiempo y que aportan su mirada sobre la que consideran la “generación vuelco”. Encontramos voces consagradas como las de Delphine Batho, Pablo Servigne y Dominique Bourg, quienes aportan consejos para los jóvenes y también esbozan posibles caminos para el encuentro intergeneracional.
Descamps deja claro que el libro quiere reunir la “generación clima” con sus padres y abuelos, y en ningún caso ahondar en una posible fractura generacional. Es más: la acción ecológica exige para Descamps que todos los implicados, viejos o jóvenes, asuman su parte puesto que estamos todos subidos al mismo barco.
Alguien podría aducir que el testimonio de 30 jóvenes en un libro no pesa mucho. La realidad es que estos últimos años en Francia son más y más los casos de jóvenes sobradamente preparados que hacen pública su renuncia a una vida de carrera ascendente y de pingües beneficios para bajarse de la escalera de poder y cuidar la Tierra. Y hacen incluso un llamamiento a desertar, como fue el caso de la ceremonia de entrega de diplomas de AgroParis Tech el pasado mes de mayo. En un discurso coral muy políticamente incorrecto, los flamantes ingenieros anunciaron que renunciaban a su prometedora carrera. Lo mismo sucedió en la graduación de HEC en junio pasado. ¿Quiénes serán los siguientes?
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