Una esperanza para volver a Cinquera
El documental ‘Para regresar’ narra cómo un municipio de El Salvador y sus comunidades vecinas buscan construirse un futuro tras escombros de la guerra
La esperanza regresó a Cinquera apenas a principio de los noventa. Este pequeño pueblo a 70 kilómetros de San Salvador (El Salvador) se encontraba totalmente destruido y abandonado a causa de la guerra civil que azotó el país durante más de 30 años. Su gente había huido de la violencia y la pobreza, pero decidieron volver a su hogar, con la ilusión de encontrar nuevamente la paz donde ahora reinaba la naturaleza.
Con los años, los habitantes de Cinquera encontraron la fuerza para renacer de entre las cenizas y crear una nueva vida, en colectividad. Estas ganas de emprender son las que se retratan en Para regresar, un documental realizado por Txus San Vicente en 2016 en colaboración con la ONG española El Salvador Elkartasuna de Navarra, que se estrenó este mes y ya puede verse aquí. En él se recopilan los diferentes testimonios de mujeres, jóvenes estudiantes y otros habitantes de la localidad y sus alrededores quiénes comparten anhelos y ganas de salir adelante.
“El lugar transmite la sensación única de aquellos lugares en los que ha pasado algo extraordinario. Y eso deja su huella en los edificios, en el bosque que rodea la población, en los relatos de sus habitantes… Es un sitio único”, cuenta San Vicente vía telefónica desde Pamplona. En la cinta podremos conocer las iniciativas que han abierto nuevas posibilidades a los vecinos del pueblo, especialmente a las generaciones más jóvenes. Como la que impulsó la Asociación de Reconstrucción y Desarrollo Municipal (ARDM) con el apoyo de la ONG El Salvador Elkartasuna. Heidy Gómez, una de las beneficiarias de las becas de estudios para jóvenes de escasos recursos, habla del rol de la juventud: “Puede haber un cambio en la sociedad a través de esos jóvenes, si los ayudas a enfocarse en el deporte, por ejemplo, puede que ellos ya no se metan en la delincuencia”.
A inicios de este año, el presidente Nayib Bukele compartió en Twitter datos de la Policía Nacional en los que destacaba el 2021 como el “año más seguro”, con un total de 1.140 homicidios. No obstante, la gráfica muestra que la disminución de los asesinatos en El Salvador ha sido progresiva desde 2016, siendo el 2015 el año en el que alcanzó la tasa más alta (6.656) de las últimas décadas. Uno de los principales problemas del país es la violencia, sobre todo debido a las pandillas como la Mara Salvatrucha-13, que ha llevado incluso al Gobierno a realizar pactos con estos grupos para evitarla.
La Policía Nacional de El Salvador calificó el 2021 como el “año más seguro”, con un total de 1.140 homicidios; el 2015 se alcanzó la tasa más alta (6.656) de las últimas décadas
“Muchos jóvenes no tienen esa oportunidad de poder estudiar entonces optan por lo más fácil que es entrar a una pandilla, andar en las calles, robar…”, cuenta Eric Vladimir Sánchez, quien entonces con 22 años cursaba la carrera de ingeniería civil en la universidad de El Salvador. Hoy Sánchez ya está graduado y se encuentra preparando su tesis. Según datos de la ONG, desde el inicio del proyecto se han brindado becas de estudios a 70 jóvenes de la zona y este año se están beneficiando a 22 estudiantes (17 mujeres y 5 hombres).
Pero este no es el único proyecto que está transformando Cinquera y los municipios colindantes. En 2003 nacieron los microcréditos para mujeres, un proyecto que brinda apoyo financiero a través de bancos comunales. “Veíamos la necesidad en las mujeres de poder contar con una iniciativa económica que las ayudara a obtener sus propios ingresos y poder desarrollarse a nivel personal y familiar, esto le ayudaba a mejorar su calidad de vida”, explica en el documental Milagros Alvarenga Abrego, miembro de la junta directiva de la asociación Progreso.
En medio de aquellos paisajes llenos de vida, aves tropicales, palmeras y niños están los negocios que han emprendido las que antes eran amas de casa. Desde la preparación de quesillo hasta la habilitación de peceras para la venta de pescado, han encontrado el empoderamiento necesario para ser más independientes y crear lazos entre las 300 mujeres que han obtenido estos microcréditos a través de 10 bancos comunales. “La idea es venderle a las comunidades donde no hay estos mercados”, comenta una de las entrevistadas en el documental.
La esperanza es sin duda la banda sonora de los 23 minutos del cortometraje. Tras la grabación, la historia de sus protagonistas siguió su rumbo y ahora los primeros frutos comienzan a cosecharse. “Todo su conocimiento lo están tratando de poner al servicio de sus comunidades que, como dicen, son las que les han dado la oportunidad de cursar sus estudios y tratar de alcanzar sus sueños. Salen para formarse, siempre con la idea de regresar para devolver a la comunidad, a través de su conocimiento, la oportunidad que les ha dado”, dice el director de la cinta.
Así fue como a pesar de la pandemia, por ejemplo, Heidy Gómez pudo graduarse en el 2021 y obtener su licenciatura en Ciencias de la Educación con especialidad en Educación Física, Deportes y Recreación. Además, es una de las fundadoras del Gimnasio Comunitario San Francisco Echeverría creado con el objetivo de “llevar deporte y salud a la comunidad”.
Como presagio de ese futuro que están logrando construirse, Jazmín González, otra de las becarias, lanza una frase que resume el sentir de los que tienen la oportunidad de estudiar y que podría servir como lección para tantos otros lugares en el mundo con la misma energía que emana Cinquera y los pueblos que lo rodean: “La educación es la única forma que tenemos para salir de la situación en la que estamos”.