MSF suspende sus actividades en uno de los últimos hospitales del sur de Jartum por “ataques violentos” contra pacientes y médicos

La ONG explica que su presencia en este centro médico sudanés es “insostenible” y que tomó esta decisión “devastadora” después de que combatientes armados amenazaran en repetidas ocasiones al personal sanitario para ser atendidos rápidamente

Nubes de humo en el cielo de Jartum durante enfrentamientos entre las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y el ejército en la capital sudanesa, el 26 de septiembre de 2024Stringer (REUTERS)

La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha decidido dejar de prestar apoyo sanitario en el Hospital Universitario de Bashair, en Jartum, capital de Sudán, en una zona controlada por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), debido a los incidentes frecuentes registrados en el centro médico, al que entraban combatientes armados y “amenazaban al personal médico” para obligarles a atenderles antes que a otros pacientes.

“Nuestro equipo, el personal del hospital y los voluntarios han trabajado incansablemente en condiciones muy difíciles para proporcionar atención médica. Pero sin las garantías para operar de forma segura, y cuando las vidas de nuestro personal y pacientes están amenazadas, la continuación de nuestras actividades se ha vuelto insostenible”, afirma Claire San Filippo, coordinadora de emergencias de MSF, en un comunicado de la ONG.

La devastadora guerra que libran desde hace más de un año y medio el ejército regular de Sudán, las Fuerzas de Apoyo Rápido y grupos armados aliados de uno y otro bando ha provocado la mayor crisis humanitaria del mundo. El conflicto está causando cientos de miles de bajas, entre muertos y heridos. Pero a estas se suman víctimas de abusos generalizados, como la violencia sexual y las torturas. Desde el inicio de la guerra, más de 8,7 millones de personas han huido de sus hogares en busca de lugares más seguros, y más de 3 millones han cruzado a países vecinos como Egipto, Chad, Sudán del Sur y Libia. Además, 24 millones de personas —la mitad de la población— se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria.

El Hospital de Bashair, que ofrece atención médica gratuita, es uno de los últimos que funcionan en el sur de Jartum. A pesar de que las partes en conflicto se habían comprometido a proteger el trabajo sanitario, los ataques han ido en aumento. MSF cita, por ejemplo, que el 11 de noviembre de 2024 varios atacantes mataron a tiros a un paciente dentro del hospital y el 18 de diciembre, hombres armados dispararon dentro de la sala de urgencias y amenazaron directamente al personal médico.

Desde finales de septiembre, el centro ha registrado además un aumento de los pacientes, debido a la intensificación de los combates. Por ejemplo, el pasado 5 de enero, 50 personas llegaron a urgencias —12 de ellas ya fallecidas— tras un ataque aéreo que había tenido lugar a un kilómetro del centro. “Es devastador dejar de apoyar la atención médica que salva vidas en este hospital, especialmente ante unas necesidades médicas tan grandes y crecientes. Cada vez que una organización se ve obligada a suspender sus actividades, los pacientes tienen menos acceso a una atención médica que necesitan desesperadamente”, subraya San Filippo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que entre el 70% y 80% de centros sanitarios situados en las zonas del país más afectadas por los combates están cerrados o funcionan parcialmente, mientras que en otras partes del país son alrededor de la mitad. Desde el inicio de la guerra, la OMS ha podido documentar más de 120 ataques contra instalaciones, servicios y personal médico, aunque la cifra real se considera que es mucho mayor.

“El sufrimiento que presenciamos en Jartum es enorme. La violencia es intensa y extrema y se repite a diario. La escasez y el bloqueo de alimentos, suministros y ayuda humanitaria obligan a la gente a luchar por sobrevivir. Las necesidades médicas son abrumadoras. Las heridas suelen ser terribles. Los incidentes con un gran número de víctimas se han convertido casi en rutina”, enumera la responsable de MSF.

La ONG, que sigue trabajando en 11 Estados de Sudán, estaba presente en este hospital de Jartum, reabierto por voluntarios y médicos, desde hace 20 meses. Entre mayo de 2023 y diciembre de 2024, el centro atendió a 25.585 pacientes en urgencias, más de 9.000 de ellos por causas violentas, realizó 3.700 intervenciones quirúrgicas y asistió casi 3.800 partos. Además de la emergencia vinculada a la guerra, otras crisis igualmente urgentes requieren atención sanitaria en Sudán como los brotes de cólera, paludismo y dengue.

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