10 fotos

La Casita trans de La Paz: un refugio y punto de reunión para la comunidad LGBTIQ+ en Bolivia

Abierta en 2022, ofrece almuerzos solidarios, albergue temporal y tiene habilitado un espacio como salón de belleza que ayuda a financiar parte del proyecto

Tras la pandemia se crearon varias casas en Bolivia para dar apoyo a las mujeres transgénero que no tenían recursos. Hoy se han convertido en un referente para este colectivo, que encuentran en ellas un refugio y un lugar de reunión. En la Paz, la Casa trans Pamela Valenzuela, conocida por las mujeres que acuden allí como La Casita, empezó a funcionar en febrero del 2022 y está financiada por el Fondo Mundial, que paga el alquiler, a través del PNUD, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Lleva el nombre de la activista Pamela Valenzuela, la primera persona trans en cambiar su identidad en sus documentos personales en Bolivia. Antonio López Díaz
Cada día acuden a comer más de una decena de mujeres trans a La Casita. La organización les cobra un precio simbólico de 5 bolivianos, poco más de cincuenta céntimos de euro. Siempre preside la mesa Luna Humérez —activista y directora de la Organización de Travestis, Transgéneros y Transexuales Femeninas de Bolivia (Otraf)—, la organización que gestiona el proyecto. Ella ha impuesto unas normas muy estrictas en La Casita, que en poco tiempo les ha llevado del rechazo a la aceptación del vecindario. Hace unos meses que no quedan fondos para el sueldo de la cocinera. Ahora, las chicas se turnan de forma voluntaria el trabajo en la cocina. Hoy le toca a Débora: "Es una forma de devolverle a la casita y a la comunidad el apoyo que nos han dado".Antonio López Díaz
La Casita tiene habilitado un espacio como salón de belleza que ayuda a financiar parte del proyecto. Laura Libertad es una activista trans que ahora trabaja en la oficina del defensor del pueblo en El Alto, una ciudad a 30 kilómetros de La Paz. Muchas de las mujeres trans, ante la falta de oportunidades, se han visto obligadas a dedicarse al trabajo sexual. Libertad afirma que algunas lo han hecho como una opción personal. En Bolivia, los datos oficiales del Observatorio de Personas Trans Asesinadas hablan de 25 asesinatos entre 2008 y septiembre de 2024. La legislación boliviana no reconoce el “transfeminicidio” ni los “crímenes de odio” como categorías legales; estos casos se consideran asesinatos y homicidios. Libertad muestra en la fotografía de la derecha las cicatrices en su piel de algunos de los ataques sufridos durante su vida.Antonio López Díaz
La Casita cuenta también con un espacio habilitado como vivienda donde las mujeres trans que se encuentran sin recursos y sin apoyos pueden pasar tres meses hasta estabilizarse. Como Kelly, que llegó hace un par de meses a La Paz sin apenas nada. En su vida, "todo es temporal", y por ello guarda su ropa en maletas al lado de su cama. Antonio López Díaz
Casi ninguna mujer trans de las que acoge La Casita puede permitirse seguir un tratamiento hormonal monitorizado por un especialista. Lo habitual es que se automediquen y compartan sus experiencias con los fármacos más baratos y asequibles en el mercado. Kelly se hormona con anticonceptivos y espirnolactona. Una de las ventajas de este medicamento es que hace que no le crezca el vello. Antonio López Díaz
Kantuta viene de una familia muy conservadora de la Amazonia boliviana. Su madre emigró a Europa tras divorciarse. Su promesa de llevarla con ella se rompió al pensar que era un chico homosexual; lleva diez años sin verla. Antonio López Díaz
Una vez al mes algunas de las mujeres de la comunidad trans de La Paz realizan el espectáculo "Cabaret Trans" en el local La Virgen de los Deseos de La Paz, para financiar sus proyectos. En la fotografía aparece Humérez en una de estas funciones. Antonio López Díaz
Humérez, a la derecha, es la directora de Otraf. Ha estudiado Derecho y durante la carrera cuenta que sufrió discriminación por parte de sus compañeros y los cargos de la universidad. El día de su graduación acudió con un vestido rojo y en compañía de la ministra de presidencia, María Elena Prada, que sería su madrina en la ceremonia. Antonio López Díaz
Algunas mujeres de la comunidad trans esperaban a Humérez a la salida del acto de graduación para festejarlo.Antonio López Díaz
El padre de Humérez habla de lo orgulloso que se siente de su hija tras la comida de graduación. Junto a ella está su esposo Luis. Humérez se siente afortunada por tener el apoyo familiar, algo poco frecuente en el resto de las mujeres de la comunidad trans de Bolivia. “Mi padre al principio lo pasaba mal porque sabía que iba a sufrir por mi nueva condición”, explica. Antonio López Díaz