Una emisora de radio móvil lleva la esperanza a las comunidades desplazadas del este de Congo
Radio Communautaire de Sake se tuvo que trasladar a un campamento de desplazados tras la escalada de violencia en este país africano. Ahora, informa y sensibiliza sobre la guerra a miles de congoleños
El mundo de Amina Lucie se derrumbó cuando su hijo de cinco años desapareció mientras jugaba cerca del campo de desplazados internos de Lushagala, en Goma, la capital de Kivu del Norte, al este de la República Democrática de Congo (RDC). Hacía poco que Lucie había llegado al campamento, adonde había huido después de que las milicias del M23 tomaran en mayo Rubaya, la ciudad minera en que nació, situada a unos 50 kilómetros de Goma.
En una habitación compartida del campamento, tras haber perdido su hogar y su medio de vida, la desaparición de su hijo abrumaba de dolor a Lucie. “Las primeras noches fueron las peores”, cuenta en una entrevista con este diario realizada en el campo de desplazados. “Perdí la noción del tiempo y no podía pensar en nada más”. Semanas después de la desaparición, Lucie escuchó por casualidad el nombre de su hijo en una radio cercana, Radio Communautaire de Sake, en un programa en el que intentan que personas perdidas se reencuentren con sus familiares. “No me lo podía creer”, dice.
Los enfrentamientos renovados entre el grupo armado M23 [rebeldes apoyados por Ruanda] y las fuerzas progubernamentales en el este de la RDC han empujado en los últimos tiempos a miles de personas a huir a Goma. Antes, la ciudad tenía una población de alrededor de 1,5 millones de habitantes, pero durante los últimos dos años de conflicto, 900.000 personas más se han refugiado allí.
Radio Communautaire de Sake, una emisora que originalmente tenía su sede a 27 kilómetros de distancia, en el territorio de Masisi, una zona situada en la línea del frente de la guerra entre las fuerzas armadas de la RDC y los rebeldes del M23, se trasladó a Goma en febrero para escapar de la violencia indiscriminada. El equipo, compuesto por siete periodistas desplazados por el conflicto, reanudó sus operaciones en el campamento de desplazados internos de Lushagala en mayo, poco antes de la llegada de Lucie.
Actualmente, la programación diaria de la emisora llega a más de 100.000 desplazados internos de la región. Estos días, Radio Sake trata de sensibilizar a la población sobre la mpox o viruela del mono, una emergencia sanitaria internacional de la que RDC es epicentro. “Intentamos en la medida de lo posible concienciar sobre la mpox en los campamentos para que otros desplazados sepan qué medidas tomar para evitar la propagación del virus”, afirma Faustin Balezi, director de programación.
Otro de los segmentos de la emisora está dedicado a anunciar los nombres de los desplazados recién llegados al campamento con la esperanza de reunirlos con sus seres queridos. Gracias a este informe diario, Lucie, que casi había perdido la esperanza, se reencontró con su hijo.
Educar e informar
Desde su relanzamiento en Goma, la emisora de radio trata de fomentar la coexistencia pacífica entre los desplazados internos en el norte de Kivu, sensibilizar sobre la explotación de las mujeres y los niños en la guerra, y ofrecer programas culturales, deportivos y políticos para educar e informar a la población del campamento.
Ismaël Matungulu, director de Sake FM, explica que en Masisi los trabajadores de la radio recibían amenazas de muerte, y muchos de sus equipos fueron objeto de vandalismo. No tuvieron más remedio que buscar refugio en Goma. “A pesar de las muchas dificultades a las que nos enfrentamos, decidimos continuar con nuestro trabajo”, continúa. “Llevábamos mucho tiempo sirviendo a nuestros oyentes antes de que estallara la guerra, y ahora no es el momento de abandonar la causa”. En Goma, donde los medios tradicionales siguen prevaleciendo entre la población local, esta emisora ofrece un refugio vital a miles de congoleños desgarrados por el conflicto.
No es la primera iniciativa de este tipo. Radio Interactiva por la Justicia (IRFJ por sus siglas en inglés) tendió un puente entre las víctimas de la República Democrática del Congo y la Corte Penal Internacional (CPI), educando a las comunidades sobre sus derechos, capacitando a las víctimas para participar en los procesos de justicia internacional y exigir responsabilidades por delitos graves. Radio Okapi, un proyecto de Naciones Unidas, surgió en febrero de 2002 en un momento de agitación en la RDC, cuando diversos conflictos asolaban la nación. “Radio Okapi ha contribuido en gran medida a la reunificación y la pacificación de la RDC, con un tratamiento justo y profesional de la información”, afirma Kadhy Ndeye, representante de este canal de la ONU, en una conversación telefónica. “Da voz a todos, fomentando la equidad y la imparcialidad”. La emisora, afirma, se ha convertido en una fuente de información de confianza en Goma, al proporcionar “noticias oportunas y veraces”. “A lo largo de los años, ha ido adquiriendo más importancia a la hora de desmentir la desinformación en la sociedad congoleña”. Radio Okapi sigue emitiendo, pero la IRFJ se disolvió en 2012 por falta de financiación.
Confianza en la radio
“La mayoría de la gente de la RDC solo se fía de las noticias si las ha escuchado en la radio”, afirma Fidèle Kitsa, periodista e investigadora en medios de comunicación afincada en Goma. “Es uno de los medios más importantes y desempeña un papel fundamental en la educación, la información y el entretenimiento. También contribuye a fomentar la solidaridad comunitaria y a construir la paz”.
El impacto de Sake FM no se limita a Lushagala, sino que se extiende a los campamentos vecinos, como el de Bulengo. “Me alegro de que estos periodistas nos hayan traído la radio a los campamentos”, señala Enoch Mugabo, un oyente desplazado. “Ofrece mucha información, y dependemos de ella para las noticias sobre la guerra en nuestro país”. Rita Mirasana, otra oyente, encuentra consuelo en los programas de la emisora. “La radio proporciona una especie de normalidad a nuestros hijos, que se entretienen siempre que la escuchan”, afirma. “Creo que esto les ayuda a sobrellevar los retos del desplazamiento”.
Debido a la escasez de recursos, la programación de Sake FM ha tenido que reducirse considerablemente. “Cuando estábamos en Sake, teníamos varios programas sobre muchos temas sociales y políticos, pero ahora no es así”, explica Faustin Kabumba, director de programación de la emisora. “No podemos emitir tantos programas porque solamente podemos estar en antena cuatro horas al día, a causa de los problemas económicos y logísticos”.
Antes de la guerra, Sake FM emitía 20 horas al día, pero ahora la emisora tiene que luchar para mantenerse en antena. El equipo depende de la ayuda que recibe en el campamento para comprar combustible y así cumplir su misión de “servir y apoyar a su comunidad en medio de la adversidad”.
“Contamos con un generador, pero no tenemos combustible para mantenerlo en marcha indefinidamente”, explica Matungulu. “También tenemos las baterías que nos ha proporcionado Reporteros Sin Fronteras, pero no bastan para que podamos funcionar todo el día”.
A pesar de su popularidad, los locales de la emisora han sido objeto de vandalismo y les robaron el equipo. El personal vive en condiciones precarias en el campamento, pero estos retos no disuaden a Matungulu ni al resto del equipo. “Con nuestras emisiones queremos devolver la alegría a los desplazados, la mayoría de los cuales ya no esperan nada”, remacha Matungulu.
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