¿Qué tiene que ver el desarrollo sostenible con una Gaza en ruinas?

Los objetivos de la ONU para crear un mundo más justo hasta 2030 retroceden a pasos agigantados en Gaza y ponen en la cuerda floja los principios y las aspiraciones más básicas de cualquier sociedad, denuncian expertos en un debate en Madrid

Niños palestinos aguardaban una distribución de comida en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, el 26 de junio.Mohammed Salem (REUTERS)

¿Es ingenuo hablar de reducción de las desigualdades, de energía no contaminante, de educación y agua de calidad u otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, cuando los habitantes de la Franja solo piensan en sobrevivir, el número de muertos supera los 35.000 y la inmensa mayoría de la población roza la hambruna? “Defender el derecho internacional, el desarrollo sostenible y el derecho del pueblo palestino a vivir en paz son una misma cosa”, responde Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.

El responsable fue uno de los participantes en un debate celebrado el lunes en Casa Árabe, en Madrid, sobre la necesidad de seguir dando importancia al desarrollo sostenible en Gaza, sobre todo en este escenario de guerra, aunque a primera vista no parezca una prioridad. “En las zonas de conflicto es donde se produce la mayor deconstrucción de los ODS. Hoy en Gaza no está solo en juego el futuro de la población palestina, sino nuestros principios como humanidad. Si no se aplican los derechos humanos o no se respetan a los organismos jurídicos internacionales, los principios que hemos forjado desde la Segunda Guerra Mundial serán papel mojado”, alertó Raquel Martí, directora ejecutiva del Comité español de UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, que también participó en el acto.

Hoy en Gaza no está solo en juego el futuro de la población palestina, sino nuestros principios como humanidad
Raquel Martí, UNRWA España

Según la responsable, en Palestina no se podrán concretar los ODS mientras sea un territorio ocupado y desprovisto de derechos. “Por eso hay que trabajar por una Palestina libre de ocupación y violencia, a la que se le permita integrar la alianza mundial para el desarrollo”, pidió.

En 2015, los Estados de la ONU aprobaron 17 objetivos para un mundo más justo, más limpio y en paz, que van desde el hambre cero hasta el fin de la pobreza, pasando por la igualdad de género, el trabajo decente o la defensa de la vida submarina, y se dieron un plazo de 15 años para lograrlos. Ha pasado el ecuador de ese tiempo y estos objetivos están lejos de cumplirse debido, entre otros, a la crisis climática, las fluctuaciones económicas, los conflictos y las secuelas de las pandemias. El año pasado, en la Cumbre sobre los ODS en Nueva York, se subrayó que el desarrollo sostenible no puede hacerse realidad sin paz y seguridad y que, a su vez, la paz y la seguridad están en la cuerda floja sin desarrollo sostenible.

“Lo que plantean los ODS no es otra cosa que las condiciones que deben darse para que haya un cumplimiento eficaz de los derechos humanos. Lo que vemos hoy en Gaza no afecta solo al pueblo palestino, prefigura lo que será un mundo donde el derecho internacional haya perdido su fuerza y eficacia, un mundo regido por la violencia, el enfrentamiento y el conflicto”, dijo Bustinduy a este diario, al margen del encuentro. Para él, estos objetivos de desarrollo sostenible “ofrecen un horizonte para construir una alternativa”. “Un mundo donde se hagan efectivos los derechos universales de vivir en paz, sin temer a la guerra o a la enfermedad, en sociedades donde se garantice la libertad y la igualdad de los diferentes pueblos”, agregó el ministro.

La embajadora sudafricana en España, Sankie Mthembi-Mahanyele, cuyo país presentó en diciembre una demanda contra Israel por presunto delito de genocidio en Gaza, estimó que en este tipo de contextos, la simple inacción provoca la erosión del derecho humanitario y de las instituciones multilaterales. La diplomática recordó que los derechos más básicos mencionados en los ODS son inexistentes en este momento en Gaza. “La salud, el agua, la comida, la higiene, la protección de los niños...”, citó. “Por eso, en Sudáfrica no daremos un paso atrás. Porque en Gaza, en Palestina, no se está respetando la vida. Impera un sistema que identifica a la gente en función sus diferencias: religión, lengua, raza, procedencia; e Israel ignora todos los protocolos y la ley internacional. Los que tienen poder discriminan oprimen al más débil, como ocurrió en Sudáfrica, y lo que está en juego es el derecho de los palestinos a existir”, insistió.

Todos los actores económicos deben asegurarse que su actividad no contribuye directa o indirectamente a las violaciones de los derechos humanos que se cometen en Palestina. Es una cuestión de legalidad y de ética.
Pablo Bustinduy, ministro Asuntos Sociales

“En Gaza no solo se asesina de forma indiscriminada a la población civil, sino que se está destruyendo toda la infraestructura para garantizar su vida ahora y en el futuro, cuando se logre un alto el fuego”, opinó Martí. Además, la directora ejecutiva del Comité español de UNRWA lamentó que Israel esté “tergiversando la aplicación del derecho internacional humanitario” y haya líderes y medios de comunicación que lo acepten. “Hablo, por ejemplo, de los ataques a hospitales —que no se pueden agredir bajo ninguna circunstancia—, ataques a instalaciones con bandera de la ONU —que son inviolables—, o de usar la ayuda humanitaria como arma de guerra”, enumeró,

Derechos para blancos de ojos azules

Presente en el debate, el embajador palestino en España, Husni Abdel Wahed, pidió “coherencia” y “universalidad” a la hora de aplicar los derechos humanos recogidos en los ODS. “Este mundo eurocéntrico tiene que ser consecuente con lo que predica porque se defienden valores hermosos, pero luego la práctica no tiene nada que ver. Todo el mundo conoce la respuesta a la gran pregunta y todos la esquivan. ¿Cómo implementar los derechos humanos? Pues implementándolos, para todos por igual”, zanjó.

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, durante el debate en Casa Árabe en Madrid, el 1 de julio de 2024, dedicado al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los derechos humanos en Palestina.Mariscal (EFE)

El diplomático recordó que los europeos “celebran la derrota del fascismo en su territorio, pero lo financian y protegen en otros lugares”. “Hay una incongruencia y falsedad en los valores. Los defendemos para nosotros mismos, pero no para los demás. Entonces no los llamemos derechos universales, sino derechos europeos o derechos de blancos de ojos azules”, lanzó. Además, pidió que el reconocimiento del Estado palestino por parte del Gobierno español “no sea un objetivo, sino un paso previo para que lo que debe de venir después”.

“Efectivamente, el reconocimiento es una decisión importante y valiente, pero es evidente que es un gesto que debe ser dotado de contenido”, respondió Bustinduy. “No hemos reconocido una bandera o un Estado hipotético, sino que nos hemos comprometido con el derecho a la libre autodeterminación del pueblo palestino”,

Hay una incongruencia y falsedad en los valores. Los defendemos para nosotros mismos, pero no para los demás. Entonces no los llamemos derechos universales, sino derechos europeos o derechos de blancos de ojos azules.
Husni Abdel Wahed, embajador palestino

El ministro quiso detenerse en el ODS número 16, que habla de sociedades pacíficas e inclusivas, de facilitar el acceso a la justicia para todas las personas, que deben vivir sin miedo, sea cual sea su raza, religión u orientación sexual. “Este objetivo nos implica a todos: instituciones, gobiernos, empresas... Todos los actores económicos deben asegurarse que su actividad no contribuye directa o indirectamente a las violaciones de los derechos humanos que se cometen en Palestina. Es una cuestión de legalidad y de ética”, subrayó, refiriéndose, sin citarlas, a las inversiones de empresas españolas.

“Todos debemos hacer lo que esté en nuestra mano para detener esta atrocidad que nos va a perseguir durante generaciones”, insistió. “La agenda 2030 quiere dotar a esta época convulsa de un horizonte de paz, justicia e igualdad”.

Pero la igualdad solo figura en el papel, dentro del conflicto entre israelíes y palestinos, subrayó Husni Abdel Wahed. “Israel convierte en ley la discriminación y la segregación”, aseveró el embajador palestino, citando como ejemplo la ley aprobada en 2018 que establece que Israel es un Estado para los judíos, cuando casi el 20% de su población es palestina. “¿Cuál sería la reacción del mundo si esta ley fuera aprobada en otro país?”, preguntó.

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