9 fotos

“Muchas mueren de camino al parto”: el pueblo que salva a las mujeres embarazadas en el corazón de África

En Walikale, en la República Democrática del Congo, las largas distancias y la falta de infraestructuras de transporte suponen una barrera para acceder a la atención prenatal y llegar a tiempo para dar a luz al hospital. Médicos Sin Fronteras creó en 2018 una aldea de acogida para que las futuras madres de estas áreas rurales puedan alojarse temporalmente mientras se preparan para recibir a sus bebés

MARION MOLINARI / MSF
Walikale (República Democrática del Congo) -
Walikale es una localidad situada en la provincia de Kivu del Norte, al este de la República Democrática del Congo (RDC). A pesar de ser la región más extensa de la provincia, con más de 23 kilómetros cuadrados, Walikale se caracteriza por su complejo acceso, ya que las carreteras principales están muy deterioradas. Para las mujeres embarazadas de las aldeas remotas del territorio, las largas distancias y la falta de infraestructuras de transporte suponen una barrera para acceder a la atención prenatal y a los centros sanitarios, algo que desalienta la búsqueda de atención temprana. Como consecuencia, muchas mujeres, sobre todo las que tienen embarazos de alto riesgo o complicados, mueren en el camino o al llegar al hospital. En la fotografía, tomada el 22 de febrero, Séraphin Kikwabantu, que es desde 2021 jefe del departamento de ginecología-maternidad del hospital general de referencia Walikale, apoyado por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF). "Mi madre murió de una hemorragia posparto porque no había hospital donde vivíamos. Eso me dolió mucho. Quería hacer este trabajo para ayudar a las mujeres y contribuir a salvar a esas madres", relata Kikwabantu.Marion Molinari (MSF)
En 2018, MSF creó el 'village d'accueil' o aldea de acogida. Se trata de un lugar dentro del hospital general de referencia de Walikale donde las mujeres embarazadas pueden alojarse temporalmente mientras se preparan para dar a luz. Al proporcionar alojamiento en el período previo y posterior al parto, se pretende disminuir el número de muertes que se producen en pacientes que no han podido llegar antes al hospital debido a la pobreza. Muchas no tienen dinero para cubrir los gastos de transporte. Las largas distancias y la consiguiente falta de seguimiento obstétrico también aumentan el riesgo de fallecimiento para las futuras madres. En la imagen, mujeres y niños caminaban hacia el hospital general de referencia de Walikale, el 21 de febrero. Marion Molinari (MSF)
Además de la falta de medios económicos, el estado de deterioro de las carreteras impide a muchas embarazadas utilizar vehículos motorizados. La mayoría de los desplazamientos se hacen a pie, tanto al hospital de Walikale como a los centros de salud de los alrededores. La única ambulancia del territorio lleva meses fuera de servicio y aún no ha sido sustituida. Las mujeres gestantes que acuden andando al hospital suelen llegar en estado crítico. "A veces perdemos a estas madres porque la distancia que tienen que recorrer es demasiado larga. Si su estado se ha complicado, cuando llegan ya es demasiado tarde", dice el ginecólogo Séraphin Kikwabantu. En la imagen, el matrón Philippe Mbutu Steven, el 22 de febrero en el ala de maternidad del hospital general de referencia Walikale. Marion Molinari (MSF)
Madeleina, de 20 años y embarazada de su primer hijo, en el refugio para embarazadas de Walikale. La imagen fue tomada el 21 de febrero. Los servicios que ofrece la aldea de acogida del hospital son variados: desde consultas gratuitas en la unidad de gineco-obstetricia hasta sesiones de salud mental (tanto para mujeres embarazadas como para víctimas de violencia sexual y de género), en la clínica Tumaini de MSF, que en suajili significa 'esperanza', situada dentro del hospital. También se ofrece asesoramiento a las mujeres para que puedan elegir, si lo desean, entre anticonceptivos de corta o larga duración.Marion Molinari (MSF)
Helena, con sus gemelos recién nacidos, el 22 de febrero en el hospital general de referencia de Walikale. Su refugio acoge a mujeres con embarazos de riesgo, así como a las que sufren complicaciones obstétricas como infecciones del tracto urinario, infecciones de transmisión sexual, tensión arterial anormalmente alta o hemorragias inusuales. Marion Molinari (MSF)
Angela, con su primer hijo, John, recién nacido en el hospital general de referencia de Walikale, en una foto tomada el 22 de febrero. En su ala de maternidad, nacen de media unos 350 bebés al mes, 50 de ellos en partos con complicaciones. Marion Molinari (MSF)
Apolline Uwezo, embarazada de gemelos, posaba el 21 de febrero. Originaria de la localidad de Itebero, tuvo que caminar unos 30 kilómetros (dos días) para llegar al hospital de Walikale, ya que no se podía pagar el transporte. En su anterior embarazo, dio a luz mediante cesárea y perdió al bebé. Esta vez, para evitar complicaciones, el centro de salud local la derivó a la aldea de acogida, donde podrá descansar en un entorno seguro y beneficiarse de un seguimiento médico. "Gracias al seguimiento de mi embarazo, espero dar a luz sin muchas complicaciones", cuenta Uwezo.Marion Molinari (MSF)
La mujer sentada a la derecha de esta fotografía, tomada el 21 de febrero, es Jacqueline Soki, una enfermera encargada de cuidar de las mujeres embarazadas en este refugio. Soki se ocupa de sus necesidades, vigila su estado de salud y está disponible para responder a sus preguntas y ofrecerles consejo. "Hay varios criterios de admisión para que una mujer sea derivada a la aldea de acogida", dice esta enfermera. Todas las mujeres que superan su sexto embarazo son derivadas aquí, así como las que ya han tenido un parto por cesárea.Marion Molinari (MSF)
Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) y del Ministerio de Salud congolés, durante una de las formaciones que ofrecen sobre la lucha contra la mortalidad materna y la prevención de abortos clandestinos en el hospital general de referencia de Walikale, el 21 de febrero. "Estas sesiones son extremadamente útiles, ya que refuerzan nuestros conocimientos y enriquecen lo que hemos aprendido en la escuela", dice Asha Riziki Laurette, matrona de la clínica Tumaini.Marion Molinari (MSF)