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Migrar para sobrevivir a la tierra seca en Etiopía

La falta de lluvia en Etiopía, debido al impacto del cambio climático, destruye las cosechas de una población muy dependiente de la agricultura de subsistencia. Es lo que sucede en la región de Arsi, donde muchos de sus jóvenes deciden migrar en busca de oportunidades

G. J. CARAZO / Ayuda en Acción
Arsi (Etiopía) -
Etiopía, con una población de más de 106 millones de habitantes, es el segundo país más poblado de África y el 14º a nivel mundial. A pesar de los avances en desarrollo que ha experimentado en los últimos años, sigue siendo uno de los más pobres del mundo. Las inundaciones y las sequías prolongadas son cada vez más frecuentes. Apenas hay acceso sostenible a agua potable, saneamiento e higiene y hasta 25 millones de personas no disponen de alimentos de manera regular o adecuada. La agricultura es un sector económico fundamental en Etiopía, pues proporciona medios de subsistencia a unas tres cuartas partes de la población, es decir, a 86 millones de personas.G.. J. CARAZO
En la región de Oromía, en el centro de Etiopía, viven 35 millones de personas (49,98% mujeres). Según una investigación de la Comisión de Planificación y Desarrollo del país, esta fue la cuarta región en índice de pobreza de consumo (23,9%) en 2015/16. En esta superficie, de 286.612 km², existen dos estaciones (lluviosa y seca), y es uno de los lugares del mundo más azotado por el cambio climático. Esto afecta drásticamente a sus habitantes, especialmente a los que se dedican a la agricultura tradicional de supervivencia.G.. J. CARAZO
En Arsi, en el centro del país, viven 3,2 millones de personas (49,98% mujeres). En esta localidad se centra el informe ‘Cambio climático, juventud y movilidad humana’, elaborado por Ayuda en Acción y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). En la investigación, los jóvenes expresaron que sufrían con angustia el intervalo entre las lluvias porque en los últimos años, durante la principal estación húmeda, “pueden llegar una vez a la semana o una vez al mes”. Además, está aumentando el número de animales que caen enfermos por dolencias relacionadas con la subida de las temperaturas. G.. J. CARAZO
Muchas familias intentan sobrevivir de la agricultura y la ganadería, pese a las dificultades. En la fotografía, un niño pastorea cabras en uno de los 'kebeles' (comunidades rurales etíopes) del distrito de Amigna (Arsi) en los que Ayuda en Acción trabaja para generar oportunidades para la población, sobre todo para la juventud. En Etiopía, más del 40% tiene menos de 15 años, alrededor de 50 millones de personas. La juventud necesitará empleo en el futuro para sobrevivir, pero no hay suficiente terreno para que esta se dedique a la agricultura.G.. J. CARAZO
El cambio climático también está afectando a las cosechas. Las variaciones en las lluvias, desde sequías hasta inundaciones, genera que los frutos no lleguen a crecer lo suficiente como para poder ser cosechados y consumidos. En la fecha en que se realizó esta imagen (noviembre, época de lluvias), el maíz que se ve tras estas personas residentes en un 'kebele' de Amigna, debería de haber sido ya cosechado. Sin embargo, las mazorcas no llegan a crecer lo suficiente. La falta de lluvias actual implica que en abril y mayo estarán en una situación crítica.G.. J. CARAZO
Además del cambio climático, desde 2020, el país sufre un violento conflicto en Tigray. Pese a que en noviembre de 2022 se firmó una tregua mediante un acuerdo de paz, la guerra ha provocado más de cinco millones de desplazamientos internos. La crisis también ha exacerbado otros conflictos políticos en el país. En Oromía, donde se encuentra Arsi, la violencia está vinculada a las tensiones entre las autoridades locales y las nacionalistas en sus reivindicaciones de autonomía frente al Gobierno federal. En el centro de estas tensiones se encuentra el Ejército de Liberación Oromo (OLA, por sus siglas en inglés), que protagoniza una insurgencia que parece estar cobrando impulso después de que los partidos Oromo en la oposición boicotearan las elecciones de mediados de junio.G.. J. CARAZO
Ante estas situaciones, buena parte de la población decide migrar para sobrevivir. Según la encuesta realizada para el informe de la ONG, los principales motivos que mencionan los jóvenes para marchar son: no tener ingresos mínimos para sobrevivir (50%) y el fracaso de la cosecha (25%). En el caso de las mujeres jóvenes, estas causas tienen un mayor impacto, ya que el 60% decide migrar por falta de ingresos mínimos y el 28% tras el fracaso de la cosecha.G.. J. CARAZO
El 58% de los participantes en la encuesta de la organización consideraba que sus ingresos eran insuficientes para cubrir sus necesidades básicas diarias, seguidos del 24% que vivía al día. Por ello, las personas que deciden emigrar desde Arsi a otras ciudades cercanas dentro Etiopía con industrias y servicios, y, por tanto, con mayores oportunidades de trabajo. Cuando deciden salir del país, Arabia Saudí es el principal destino, pues recibe entre el 80-90% de la migración laboral etíope. El resto recala en otros países de la zona como Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Qatar. En la fotografía, una de las mujeres que intentan sobrevivir en Arsi tamiza cereal en la vereda de una carretera.G.. J. CARAZO
Para las mujeres, sobrevivir en Arsi no es solo más complicado. Ellas también son más vulnerables a los riesgos de la migración irregular. Principalmente, son víctimas de redes de trata de seres humanos que las someten a trabajos forzados. A menudo sufren explotación sexual y laboral, generalmente como empleadas domésticas. Los migrantes etíopes habitualmente reciben malos tratos durante el proceso de expulsión de países de tránsito o destino, incluso después de estar en esos países durante un período considerable de tiempo. El retorno tampoco es fácil porque deben soportar tensiones en el ámbito familiar, y en el caso de las mujeres, en ocasiones, se ven estigmatizadas por la comunidad debido a la naturaleza del trabajo realizado. En la fotografía, mujeres venden verduras en el mercado de la ciudad de Arsi Robe, al sureste de Oromía.G.. J. CARAZO
Las mujeres sienten más la inseguridad alimentaria porque es en ellas en quienes recae la responsabilidad de alimentar a la familia. Mientras que el 90% de los hombres de entre 31 y 60 años tiene acceso a tierras, solo el 86% de las mujeres adultas, en el mismo rango de edad, lo tiene. En el caso de las personas de entre 16 y 30 años, la diferencia entre hombres y mujeres es del 74% frente al 70%. En periodos de escasez de alimentos, el 71% de las personas solo pueden hacer dos comidas diarias, con un número significativamente mayor de jóvenes (74%) que de adultos (58%). Este problema afecta más a mujeres jóvenes (87%) que a hombres jóvenes (65%).G.. J. CARAZO
La escasez de tierras agrícolas, el acceso limitado a la educación y a otros servicios esenciales, y la práctica ausencia de oportunidades laborales distintas de la agricultura de subsistencia, son otros factores que interactúan en esta situación y que empujan a las personas, especialmente a las y los jóvenes, a abandonar sus lugares de origen. A pesar de esto, una de las entrevistadas en Arsi por la ONG, cree que esto podría cambiar con la ayuda adecuada. "Si se apoya a la juventud para que permanezca y trabaje en sus propias zonas, cambiando diferentes cultivos, puede mejorar por sí misma y sus comunidades a pesar de la escasez de agua y la muerte del ganado”.G.. J. CARAZO