América Latina es una película con nombre de mujer
El premio de la Cooperación Española en la 69ª edición del Festival de San Sebastián fue para ‘Noche de fuego’, de la directora salvadoreña Tatiana Huezo, una película que trata sobre los feminicidios en México
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Si hay un lugar en el mundo donde violencia contra las mujeres se expande vertiginosamente, este es México, en donde el narco se ha apoderado de grandes porciones de territorio geográfico y social, incluido el cuerpo de mujeres y niñas, en un desgarrador fenómeno que va en aumento: solamente en 2021, los feminicidios han aumentado un 7%. Hay regiones de México en donde no sirven los alaridos, ni la ley, ni el llamado a la solidaridad, por eso las madres recurren a desesperadamente a tapar a sus hijas, afearlas e incluso hacerlas vivir en refugios bajo tierra.
Esto es lo que cuenta la película Noche de fuego (México, Alemania, Brasil, Qatar), de Tatiana Huezo, que viene de ganar el premio de la Cooperación Española en la 69ª edición del Festival de Cine de San Sebastián, que otorga la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a la producción iberoamericana que mejor contribuya al desarrollo humano, la erradicación de la pobreza y el pleno ejercicio de los derechos humanos.
El galardón se dio a conocer en la gala de clausura del sábado, junto al resto del palmarés del festival y, entre las motivaciones de la elección, el jurado destacó “la sensibilidad y el rigor con el que Noche de Fuego trata un tema doloroso y vigente como es el de la violencia contra las mujeres en su transición de la infancia a la edad adulta”. Podían optar al premio de AECID —dotado con 10.000 euros— las películas latinoamericanas, españolas y portuguesas presentes en la sección oficial, Nuev@s Director@s y Horizontes Latinos. En esta séptima edición, fueron ocho los títulos en liza, procedentes de México, Uruguay, Argentina, Brasil, Colombia y Costa Rica.
Y quizá llame menos la atención la procedencia de los títulos, con una preeminencia de filmes mexicanos, como el hecho de que, de las siete películas restantes, cuatro llevan el nombre de una mujer en sus títulos: la argentina Camila saldrá esta noche (Argentina), de Inés Barrionuevo, que procedía de la Sección Oficial; Amparo (Colombia, Suiza, Alemania, Qatar), de Simón Mesa Soto; Aurora (Costa Rica, México, Panamá), de Paz Fábrega, y Madalena (Brasil), de Madiano Marcheti, presentes en Horizontes Latinos. Las otras tres son: El empleado y el patrón (Uruguay, Argentina, Brasil, Francia), de Manuel Nieto Zas; La caja (México, EEUU), de Lorenzo Vigas; y Una película de policías (México), de Alonso Ruizpalacios.
Cuatro películas con nombre de mujer hablan de reconquistar territorios, en un continente en el que las mujeres no se quedan inmóviles ante el sufrimiento, sino que están encabezando luchas por vivir y por emanciparse que son ejemplares para el resto del mundo. Es incontestable la fuerza para resistir que exhiben las mujeres latinoamericanas, desde el movimiento #Niunamenos a las madres centroamericanas que han perdido de vista a sus hijos en las jaulas de la frontera norteamericana, pasando por la efectiva performance de las chilenas que denunciaban la justicia machista y que dio alas a sus hermanas, al otro lado del planeta.
Cuatro películas con nombre de mujer hablan de reconquistar territorios, en un continente en el que las mujeres no se quedan inmóviles ante el sufrimiento
Quizá restituyendo identidades, dándoles nombres y apellidos, y narrando sus historias de heroicidad cotidiana, el cuerpo de las mujeres vuelva a ser respetado como un territorio inexpugnable. En esta selección de películas se habla de la defensa irrestricta de la capacidad de decidir, de las luchas por el uso de la tierra —en un subcontinente en el que se mata para seguir deforestando y plantando soja—, pero también de maternidades subrogadas y del parapeto que construyen las mujeres en tiempos de guerra.
Lo que sucede en Guerrero
Noche de fuego, la ganadora, es la primera película de ficción de la directora salvadoreña Tatiana Huezo y ya pisa fuerte en los festivales más importantes del mundo; de hecho, viene de hacerse con una mención especial en la sección Un certain regard de Cannes. Huezo abonó antes el cine documental y también en ese territorio destacó con Tempestad (2016), que representó a México en los premios Óscar y en los Goya.
Esta vez eligió contar una porción de la realidad mexicana, con el foco puesto en las niñas del estado de Guerrero, a unos pocos kilómetros del paraíso vacacional de Acapulco. El punto de partida de la historia es la novela Ladydi, de Jennifer Clement, una escritora norteamericana que, de niña, veraneaba en Acapulco y un día descubrió con horror los estragos del narcotráfico y el ejército en el estado de Guerrero, tan cerca de donde ella había pasado sus vacaciones infantiles.
En un pueblo rodeado de montañas, en Guerrero, hoy hay niñas que corren tanto riesgo de ser vendidas y violadas por los capos de la droga que sus madres las protegen hasta donde les alcanzan las fuerzas, disfrazándolas de varones, cortándoles el pelo y cavando escondites bajo tierra. A las madrigueras defensivas de ese pueblo solitario, donde el aire huele a insecticida para las plantaciones, no llega ninguna humanidad y ni siquiera una pizca de ley o justicia. Pero la alegría es patrimonio de la infancia y las tres niñas que protagonizan el film se escapan para disfrutar de la subversión de la vida siendo mujeres. Correr peligro es parte del proceso de crecer y en esa aventura vital se internan los adultos, con el corazón en la boca.
El premio de la Cooperación Española, instituido por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en alianza con el Festival de Cine de San Sebastián, se otorga desde 2015, con la finalidad de impulsar nuevos talentos y contribuir a la comercialización e internacionalización de las películas. El jurado específico de esta edición lo integraron Elena González González, jefa del Departamento de Cooperación y Promoción Cultural de la AECID; Ainhoa Gainberri, técnica en la dirección de Cooperación Internacional en el Departamento de Cultura, Cooperación, Juventud y Deportes de la Diputación Foral de Guipuzkoa, y la cineasta Ione Hernández.
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