El cólera ama la pobreza: el caso de Nigeria

¿Qué hacer para detenerlo? Algo básico: tener agua potable y saneamiento adecuado. Pero millones de personas carecen de ello y la enfermedad abunda en zonas paupérrimas, sobre todo, en África

Una anciana llena bidones con agua en la comunidad de Agboyi, en Lagos, Nigeria.TEMILADE ADELAJA (Reuters)

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Nigeria ha registrado miles de casos de cólera en lo que va de este 2021. Entre las zonas afectadas se encuentran los estados del norte Bauchi, Gombe, Kano, Plateau y Zamfara. Esta enfermedad diarreica aguda, causada por la bacteria Vibrio cholerae, se transmite por las heces a través de la contaminación de alimentos, bebidas o entornos antihigiénicos, y provoca deshidratación severa. La persona infectada puede morir si no se trata rápidamente mediante rehidratación oral.

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Antes, las infecciones de cólera eran habituales en muchos países del mundo. Ahora se concentran en regiones en vías de desarrollo, porque están asociadas a unas malas condiciones de nutrición, de calidad del agua y de saneamiento. La proporción de gente que mueren a causa del cólera continúa siendo más alta en África que en cualquier otro sitio. En Nigeria se registraron grandes brotes en 1991, 2010, 2014 y 2018. En este último año se registraron 43.996 casos y 836 muertes, lo que representa una tasa de mortalidad del 1,90%.

Bacteria a través de las heces

La vulnerabilidad al cólera se asocia con factores demográficos y socioeconómicos, como la edad o el estado de nutrición. La desnutrición favorece la transmisión y la gravedad, y la deficiencia de vitamina B12 y la gastritis son factores que incrementan el riesgo de infección. La bacteria que causa el cólera se expulsa por las heces unas dos semanas después de la infección. De este modo, se esparcen en el medio ambiente y afectan a otra gente.

La falta de acceso a agua potable y la mala higiene personal y medioambiental son factores fundamentales que facilitan la expansión del cólera. Las personas también se infectan cuando comen o beben algo que ya contiene la bacteria. Una prueba realizada durante un brote de 1995 a 1996 en el estado de Kano reveló que un deficiente lavado de manos antes de las comidas y la venta de agua desempeñaron un papel importante en la transmisión.

El cólera se conoce como la “enfermedad de la pobreza” porque los factores de riesgo social desempeñan un papel fundamental en la transmisión

La concentración demográfica es otro factor que favorece su expansión, por ejemplo, por la migración a regiones comerciales como Kano. Y también puede ocurrir cuando las catástrofes humanitarias obligan a los desplazados a vivir en campamentos, donde a menudo tienen un suministro de agua inadecuado y hay dificultades para llevar a cabo buenas prácticas sanitarias. Alrededor de 2,9 millones de personas viven en la actualidad como desplazados en el noroeste de Nigeria. En 2018 se registraron al menos 10.000 casos de cólera y 175 muertes en los estados de Yobe, Adamawa y Borno, sobre todo en campamentos cuyos residentes están hacinados.

Las condiciones de habitabilidad de los suburbios urbanos y periurbanos incrementan que se disemine la enfermedad, porque estos no disponen de suministro regular de agua y de instalaciones sanitarias adecuadas. Solo el 26,5% de la población de Nigeria utiliza fuentes de agua potable e instalaciones sanitarias mejoradas, y el 23,5% defeca al aire libre.

Medidas oficiales

El Gobierno nigeriano ha tomado algunas medidas para controlar la enfermedad. Está aplicando programas de mejora del suministro de agua, de saneamiento básico y de prácticas de higiene adecuadas, pero normalmente estas se implementan después de los brotes. El Gobierno, y más concretamente el Ministerio Federal de Recursos Hídricos, suministró 510.000 litros de agua diarios en 39 localidades del estado de Adamawa, donde se registraron el 50% de los casos de cólera de 2019.

Además, ha proporcionado pozos móviles que funcionan con energía solar. Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones mantiene 58 pozos de energía solar en el estado de Borno, perforó 11 nuevos en 2019, y rehabilitó 10 y los conectó a la energía solar. En respuesta a un brote en los campamentos de desplazados del estado de Borno en 2017, el organismo nacional de desarrollo de la atención sanitaria y otros socios realizaron campañas de vacunación oral del cólera.

Esta inmunización no forma parte de la vacunación rutinaria en Nigeria, su eficacia no es del 100% y no protege contra otras enfermedades en los alimentos o el agua. No es una solución a largo plazo y solo disminuye la brecha entre una respuesta de emergencia y un control duradero del cólera.

Los equipos de investigación de brotes del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades en Nigeria realizan campañas de educación sanitaria tras la confirmación de los brotes. Unicef fomentó la cloración del agua en comunidades que constituyen focos de cólera, lo que ha beneficiado a unos 4,5 millones de personas en los estados de Borno, Adamawa y Yobe, entre ellas las 680.000 personas desplazadas en centros urbanos.

Lo que queda por hacer

Queda mucho por hacer. El cólera se conoce como la “enfermedad de la pobreza” porque los factores de riesgo social desempeñan un papel fundamental en la transmisión. Junto con las mejores prácticas de asistencia multisectorial, las recomendaciones indican lo siguiente:

  • Los Gobiernos de los países afectados por el cólera deben tomar la iniciativa con apoyo de los socios del Grupo Especial Mundial de Lucha contra el Cólera. Las intervenciones multisectoriales para controlar el cólera de manera efectiva están basadas en una serie de medidas que deben estar bien coordinadas. Estas incluyen la creación de acceso al agua potable y el saneamiento, la mejora de la vigilancia, la notificación y la preparación, así como la participación colectiva para concienciar y fomentar buenas prácticas de higiene.
  • Es necesario impartir educación regular durante los brotes y después de ellos. El compromiso colectivo ayudaría a identificar a las personas que se encargarán de notificar de los posibles casos de cólera a tiempo. Los equipos que gestionan los brotes a nivel local, estatal y federal tienen que estar bien coordinados y responder con rapidez cuando se les informe de un brote.

Se ha demostrado que estos pasos funcionan en Sudán del Sur y en Tanzania, pero se necesita voluntad política para que otros sectores colaboren.

Olayinka Stephen Ilesanmi es profesor del Departamento de Medicina Comunitaria de la Universidad de Ibadan (Nigeria).

Este artículo fue originalmente publicado en inglés en The Conversation.

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