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Huérfanos de identidad: el adiós a los abuelos de la posguerra

Los lectores y las lectoras escriben sobre la desaparición de la generación que vivió la Guerra Civil, el hospital de Torrejón y los equipos femeninos de fútbol. Ernesto Ekaizer responde a la interpretación que EL PAÍS hace de sus palabras en un programa de RTVE

Navegando por Instagram veo a personas de mi generación compartir la pérdida de sus abuelos, los mismos que pertenecían a la generación de los míos, y se me encoge el corazón. Este duelo no es solo mío: somos las nietas de las abuelas de la posguerra y nos estamos quedando huérfanas. Eran quienes nos dieron lo que ellos no tuvieron; quienes compartían lo que ellos tenían aunque fuese poco. Abuelos de sombreros y boinas, abuelas de plantas en latas de conservas, de zaguanes abiertos y despensas compartidas. Sin ellos me cuesta saber quién soy y en qué país vivo. Nos estamos quedando huérfanas de identidad. Y no solo nosotras, también una sociedad que, mientras ellos vivieron, aún conservaba algo de lentitud, de comunidad, de reparación; de la honestidad de unos cuerpos atravesados por la carencia, la violencia y el olvido. Como este dolor no es solo mío, quiero al menos recordarlos. Porque la memoria que perdemos con ellos es también la historia de este país.

Rosa Roldán Ojeda. Luque (Córdoba)

Palabras intolerables

En este tiempo vaporoso, incluso la ley de la gravedad acabará estando bajo sospecha. Digo esto porque, tras escuchar las grabaciones del gestor del hospital público de Torrejón, habrá quien se sorprenda de que, en efecto, una empresa privada prime los beneficios sobre cualquier otra consideración. Discutir lo elemental solo conduce a la melancolía. Si diéramos por sentado que los derechos básicos no se pueden vender al mejor postor, otro gallo nos cantaría. Pero hace tiempo que nos dejamos enredar en las redes y seducir por los jinetes del apocalipsis.

Juan Fernández Sánchez. Madrid

Invertir el orden

No soy futbolero. Alguna vez sigo algún encuentro, casi siempre de la selección o de competiciones internacionales. Solo hace poco, creo que hemos descubierto que existe el futbol femenino. Sobre todo por sus merecidos triunfos (¡ay! también por otro conocido incidente). Escucho en los boletines informativos, en primer lugar, si uno u otro equipo (masculino, por supuesto, —parece que siempre estarán por delante—, que no hay otro) está el primero en la clasificación o con quién les toca en la siguiente jornada. Y al final, mencionan el triunfo de nuestra selección femenina. Señores periodistas, den importancia a lo importante, y en el correspondiente orden. O seguiremos igual.

Francisco Castro Fernández. Madrid

Aclaración

En la información El gran poder de José Pablo López en RTVE, EL PAÍS se refiere a una frase que dije en el programa Malas Lenguas sin contexto, lo que supone una versión sensacionalista en un diario de referencia. Nunca interrumpo en una tertulia al que expone. El coordinador del programa me hizo una pregunta. Cuando razonaba, otro tertuliano me interrumpió y me urgió a terminar. Como eso es potestad del que dirige, le dije: “¿Quién coño eres tú para decirme que termine?”. Según la información de su diario, que ha sido mi casa durante muchos años, eso “ya es un emblema”. Como la letra utilizada es romana —no cursiva, usada para opinión— entiendo que es una versión espuria. Informativamente hablando.

Ernesto Ekaizer Wolochwianski. Madrid

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