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Los trumpistas están comprando nuestra atención

El objetivo de la derecha es mover la llamada ventana de Overton, el rango de comportamientos y actitudes que creemos como sociedad que son normales

Este lunes se anunció que la editora de videojuegos Electronic Arts pasaba a manos de un grupo de inversores encabezado por un fondo de inversión saudí y participado por Jared Kushner, yerno de Donald Trump, por casi 47.000 millones de euros. EA, como se la conoce, es la editora de la mayor franquicia de juegos de fútbol del mundo (que, tras la pérdida de la licencia de la FIFA, ahora intenta hacerse conocer por otro nombre) y de otros videojuegos como Battlefield o Los Sims. “Los Sims empezaron como un comentario sobre el capitalismo”, recordaba una usuaria en Bluesky. “A lo que hemos llegado”.

EA games getting bought out by Trump's son-in-law and the Saudi investment fund was not on my 2025 bingo card, yikes The Sims started out as a commentary on capitalism... How far we have come

— Jaz (@jazcayz.bsky.social) Sep 29, 2025 at 17:11

La operación simboliza el creciente control de las formas de entretenimiento e información en Estados Unidos (y, también, en buena parte del mundo) por empresarios cercanos a Donald Trump. La semana pasada, Delia Rodríguez alertó en estas páginas sobre el creciente poder mediático del oligarca Larry Ellison, dueño de Oracle, y su hijo David. Larry forma parte del grupo que se ha hecho con las operaciones de TikTok en Estados Unidos junto a Rupert Murdoch, el perejil de todas las salsas en los medios conservadores de EE UU. Entre TikTok y EA, solo este mes gente cercana al trumpismo se ha hecho con buena parte del entretenimiento de una sustancial porción de los quinceañeros estadounidenses. Y si piensan que eso no tiene relevancia política, escuchemos al propio Donald Trump, que preguntado en el Despacho Oval dijo que, si fuera por él, “TikTok sería 100% MAGA”.

REPORTER: Now that Americans will have operational control of TikTok, do you want to see the algorithm suggest more MAGA-related content? TRUMP: I always like MAGA-related. If I could make it 100% MAGA I would, but it's not gonna work out that way unfortunately.

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— Aaron Rupar (@atrupar.com) Sep 25, 2025 at 22:31

La experiencia muestra que aunque con el presidente de EE UU nunca se sabe si está hablando en serio, siempre es mejor tomárselo como tal. Y más habida cuenta de que, según el Instituto Pew, TikTok ha sido la plataforma que ha crecido más deprisa como fuente de información para los estadounidenses: si un 22% de los encuestados decía en 2020 que se informaba a través de esta red social, la cifra en 2025 era del 55%, rozando a X (antes Twitter, y también de un empresario afín a las ideas del presidente) como la plataforma más influyente.

More than half of Americans get their news regularly from Tiktok. And this has more than doubled in 5 years. Tiktok has become a key gateway to news and politics. This makes ownership of and content on the platform even more important. Source: @pewresearch.org

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— Claes de Vreese (@claesdevreese.bsky.social) Sep 30, 2025 at 8:24

Lo que vemos aquí es el trumpismo haciéndose con la industria cultural e informativa más importante del mundo chequera en mano. Y donde no llega el dinero, el miedo basta. Ayer mismo, Google anunció que pagaba 24 millones de dólares a Trump para quitarse de encima una demanda del hoy presidente tras suspender su cuenta de YouTube tras el asalto al Capitolio. Como en casos anteriores, era una demanda que los expertos consideraban frívola, pero Google ha preferido pagar para quitarse el problema de encima. Es la clase de respuesta que Trump ve como un permiso para redoblar el acoso.

¿Significa eso que se van a convertir los videojuegos, las películas y las redes en un bombardeo constante de propaganda trumpista? En los tiempos que corren, los implicados saben que hay que ser más sutiles que eso. De lo que se trata es mover la llamada ventana de Overton, el rango de comportamientos y actitudes que creemos como sociedad que son normales. Es un desplazamiento que ya estamos viendo, en nuestras casas, en nuestras calles, en nuestras escuelas. El objetivo es seguir moviéndola a la derecha y que no se desplace más hacia el otro lado. La sociedad civil debe ser consciente de esta constante gota malaya y responder en consecuencia. Pero, en países como España, con una clase política y periodística que no abandona su adicción a X —donde empezó todo— la respuesta habrá de venir de otra parte.

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