Un asteroide muy extraño

Se acerca a la tierra un aerolito de gran tamaño. Trae templos y murallas de una civilización que se había perdido en el espacio

Asteroide en el espacio, en una imagen facilitada por la NASA.NASA

Algunas veces he imaginado que esto podría suceder. Hace 66 millones de años un asteroide de aproximadamente 10 kilómetros de diámetro hizo impacto sobre la tierra, el polvo oscureció la luz del sol durante años y al carecer de alimento se extinguieron los dinosaurios y otras especies de animales. Entre los pocos que sobrevivieron se hallan unos pequeños roedores de los que desciende el ser humano. Toda el agua del mar proviene de asteroides de hielo y en alguno de ellos desde el fondo del universo tal vez llegó una bacteria que fue origen de la vida. Más o menos esto es lo que nos cuentan los...

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Algunas veces he imaginado que esto podría suceder. Hace 66 millones de años un asteroide de aproximadamente 10 kilómetros de diámetro hizo impacto sobre la tierra, el polvo oscureció la luz del sol durante años y al carecer de alimento se extinguieron los dinosaurios y otras especies de animales. Entre los pocos que sobrevivieron se hallan unos pequeños roedores de los que desciende el ser humano. Toda el agua del mar proviene de asteroides de hielo y en alguno de ellos desde el fondo del universo tal vez llegó una bacteria que fue origen de la vida. Más o menos esto es lo que nos cuentan los científicos. Ahora se está acercando a la tierra un asteroide, el 2024 YR4, que mide entre 40 y 90 metros. Se trata de una roca del tamaño de un edificio y su trayectoria la vigila el sistema de Alerta de la NASA. Se espera que pase de largo. Pero algunas veces he soñado que esto podría suceder. Imagino que un día podría acercarse a la órbita de nuestro planeta un asteroide muy extraño hasta el punto que los astrónomos no dieran crédito a sus telescopios al descubrir que sobre una enorme roca perdida en el espacio se vislumbraban algunas murallas, aparecían un templo, un anfiteatro, columnas de atrios, estatuas de Apolo derribadas, y otras ruinas semejantes a las que ha dejado nuestra civilización. Los técnicos de la NASA conseguían desviar su trayectoria con un cohete para evitar una inmensa catástrofe que acabaría con la historia de la humanidad aplastada por su propia historia. En ese caso el asteroide se perdía en la oscuridad del universo, como un sueño y los científicos, poetas, filósofos y teólogos se preguntaban en un largo y absurdo debate de qué lugar del tiempo había sido extraída esa roca, quién fue su creador, qué clase de seres la habitaron, cuál era su destino. Según los astrónomos, ese esteroide navegando por el espacio con nuestras propias ruinas se acercará de nuevo a la tierra dentro de miles de años, cuando aquí ya no quede nadie para soñarlo.

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