Pedro Sánchez deja X unos días (entre otras cosas)

Los tuiteros analizan la decisión del presidente de parar y reflexionar. Y también hacen algún que otro chiste

Pedro Sánchez y María Jesús Montero, este miércoles en el Congreso.Claudio Álvarez

El presidente, Pedro Sánchez, necesita parar y reflexionar. En realidad, todos necesitamos parar y reflexionar. Vivimos demasiado deprisa, y el móvil suena todo el rato y tenemos unos horarios loquísimos. Pero él aún más, parece: lo ha anunciado este miércoles en X con una carta en la que explica que no sabe si debe “continuar al frente del Gobierno o renunciar a este honor” por culpa de los ataques contra su esposa, Begoña Gómez. El lunes que viene aclarará si dimite.

Quienes no paran son los tuiteros cuando se encuentran una noticia así. En menos de una hora, el tuit de Sánchez sumaba más de 7.000 respuestas y 11.000 retuits. Sí, Sánchez ha cancelado su agenda estos días, pero ni aun así le va a dar tiempo a leer todos los mensajes, ni los “tienes todo mi apoyo, presidente”, ni los “se esconde para no dar explicaciones”, ni desde luego los “mucho texto”.

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Además de estas respuestas, los tuiteros analizan esta decisión del presidente desde un punto de vista político, estratégico y humorístico. Podemos agrupar las reacciones de la siguiente manera:

1. Otra jugada maestra del perro. Los simpatizantes del líder socialista recuerdan que estas apuestas le suelen salir bien, desde que fue obligado a dimitir como secretario general del PSOE en 2016 y salió de gira en un Peugeot 407 para hablar con los socialistas de toda España, hasta que convocó las elecciones de 2023. La decisión también se interpreta como una manera de plantarse ante una campaña mediática cuyo último golpe viene dado por Manos Limpias, un sindicato cuyo nombre parece irónico si tenemos en cuenta su historial de procedimientos judiciales desestimados y las veces que se les ha investigado por denuncias falsas. Es la versión más cutre del lawfare, la judicialización política, que ya de por sí es cutrísima.

2. Algo esconde. Por supuesto, no todo el mundo simpatiza con la izquierda, y menos en las redes sociales, así que también hay tuiteros que solo ven una estrategia para ocultar la verdad. Se va o, al menos, se esconde unos días porque tiene miedo y, en fin, algo hay.

3. “Soy un hombre profundamente enamorado”. Si hablamos de X, siempre, incluso en los momentos en los que se tambalea España, hay hueco para buscar algún detalle humorístico. Y la carta de Sánchez incluye una frase muy bonita. Pero, como es bonita, también deja hueco para alguna que otra broma: “Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también”. Me encantaría poder decir esa frase. Lo malo es que si la digo yo se me ríen en la cara. Normal, no tengo ni una mísera agenda que cancelar. El caso es que en X esta frase ha servido para parafrasear a Quevedo (“perro será, mas perro enamorado”, de @arcitecta), para recordar al actor Matthew Macfadyen en Orgullo y prejuicio, y para aconsejar a todas las mujeres que no se conformen con menos. La frase tiene madera para convertirse en un meme atemporal.

4. El tuit clásico de Pedro Sánchez. En las grandes ocasiones siempre se rescata un tuit de cuando Sánchez aún no era famoso porque siempre hay un tuit suyo de hace 10 o 15 años que encaja casi a la perfección con la actualidad. Ya sea jugando a la oca con sus hijos (”vaya paliza me están dando”) o el clásico “con mis colegas en el restaurante Luna Rossa, comiendo una pizza cojonuda”. Pues bien, hay un tuit de 2014 que dice: “En unos días retomaré mi actividad normal en Twitter. Abrazo a todos y mil gracias por vuestros mensajes :))”. El tuit puede ser profético y puede que Sánchez retome su actividad en Twitter en unos días, como esos tuiteros que hace años se iban dando un portazo (metafórico) y cerraban su perfil, pero volvían a las pocas horas, un poco decepcionados porque nadie se había dado ni cuenta de que se habían marchado. De todas formas, yo suelo perder todas las apuestas; así que mejor que nadie me haga caso.

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