Que suba la vivienda. ¿Y qué más da?

El otro día, se publicó un anuncio en Idealista —el portal inmobiliario ha entrado ya en una nueva dimensión— que ha acaparado las miradas de muchos compradores, inversores y tuiteros. La situación de la vivienda en Madrid ha llegado a unos límites que hasta el propio alcalde, José Luis Martínez-Almeida, anunció en octubre de 2021 que iba a tomarse muy en serio este asunto. Trazó un plan para rebajar los precios del alquiler en la capital. ¿Qu...

El otro día, se publicó un anuncio en Idealista —el portal inmobiliario ha entrado ya en una nueva dimensión— que ha acaparado las miradas de muchos compradores, inversores y tuiteros. La situación de la vivienda en Madrid ha llegado a unos límites que hasta el propio alcalde, José Luis Martínez-Almeida, anunció en octubre de 2021 que iba a tomarse muy en serio este asunto. Trazó un plan para rebajar los precios del alquiler en la capital. ¿Qué iba a hacer? “Nada”, tuiteó entonces en referencia a posibles medidas para regularlos.

Pues nada. Dos años después, el plan de Almeida ha comenzado a dar sus frutos. El Ayuntamiento anunció el pasado jueves la construcción de la primera piscina municipal para la capital de España en los últimos 32 años. La anterior infraestructura de esas características que se puso en funcionamiento fue Las Palomeras, en Puente de Vallecas, en 1992. Ahora, 32 años después —conviene repetirlo una y otra vez, porque a veces se nos olvida que la principal función de una Administración es gestionar—, los madrileños tendrán su piscina número 23. Este verano habrá una municipal por cada 140.000 vecinos. Nada. Nada. Y a vivir.

El anuncio de Idealista —cómo olvidarlo– dice lo siguiente: “Estudio en venta en calle de Oviedo. Cinco metros cuadrados. Bajo exterior sin ascensor. 32.000 euros”. Las características básicas —como para no tener características básicas semejante chollo— son un baño, una terraza y ya. No hay habitación. ¿Para qué? Si cuando uno sale de trabajar en Madrid lo primero que hace es irse a nadar unos largos. Los metros cuadrados —benditos metros cuadrados— son cinco, por supuesto construidos. Es importante recordar que en los construidos se cuentan los pasillos, las ventanas, las puertas. Vamos, que los metros cuadrados hábiles serán tres o cuatro. Una ganga, en definitiva.

El piso —que en Madrid ya no significa un lugar para vivir, sino solo para pisar— se encuentra en el barrio de Cuatro Caminos, a un cuarto de hora a pie del Santiago Bernabéu. Ante semejante oferta, no había más opciones que llamar a la inmobiliaria InmoB&G, que fue la que subió el anuncio. Hubo suerte. A la quinta llamada, pasadas las diez de la mañana de este lunes, una trabajadora responde:

–Buenos días.

–Hola. Llamaba por el bajo de Cuatro Caminos de 32.000 euros.

–Ya está reservado.

–¿Ya está reservado?

—Sí. Ya hay un acuerdo firmado.

En ese momento no había otra opción que jugar la carta del inversor.

—¿Se puede subir la oferta?

—No. Ya hay un acuerdo firmado.

—¿Ha habido muchas llamadas?

—Bastantes. Más de 10.

Más de 10 personas creen posible vivir en cinco metros cuadrados. Es decir, que ellos no van a vivir ahí, pero quieren que la gente resida ahí. Si el comprador es inteligente, que lo será, pondrá cuatro habitaciones en ese bajo, a metro cuadrado cada una. E igual lo reformará e instalará una bañera para hacer apnea, que no es lo mismo que nadar, pero por lo menos haces deporte en casa. ¿Y si lo alquila? Se adaptará a los precios del mercado. Este lunes, en Cuatro Caminos y, según Idealista, el zulo en venta se había actualizado y contaba, de pronto, con 20 metros construidos en vez de 5. También se alquilaban 133 casas por la zona. De ellas, solo una por debajo de los 800 euros mensuales. 775 por 30 metros cuadrados hábiles. Es un primero interior con ascensor. Para firmar el contrato, eso sí, piden un mes de fianza, dos meses de depósito y el mes corriente: 3.100 euros a tocateja. La nada, vamos.