Pablo Iglesias y la vejez tuitera

El exvicepresidente llamó “corruptos” a los periodistas que nominaron a las ministras de Podemos para el premio “azote del Gobierno”. Belarra recogió orgullosa el galardón

Ione Belarra e Irene Montero, en un acto de Podemos el pasado 17 de diciembre en Madrid.JUAN BARBOSA

La Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) celebra cada año una cena en la que entrega, en ambiente distendido, premios a colegas, diputados y senadores. Hay varias categorías, a saber: mejor orador/a; azote del Gobierno y de la oposición; mejor y peor relación con la prensa; el más activo, el revelación... El pasado 12 de diciembre, Pablo Iglesias, cofundador de Podemos, tuiteó: “A las que fueron las ministras más atacadas y acosadas del Gobierno, los periodistas parlamentarios las nominan como ‘azote del...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) celebra cada año una cena en la que entrega, en ambiente distendido, premios a colegas, diputados y senadores. Hay varias categorías, a saber: mejor orador/a; azote del Gobierno y de la oposición; mejor y peor relación con la prensa; el más activo, el revelación... El pasado 12 de diciembre, Pablo Iglesias, cofundador de Podemos, tuiteó: “A las que fueron las ministras más atacadas y acosadas del Gobierno, los periodistas parlamentarios las nominan como ‘azote del Gobierno’. La mayor violencia no viene de la ultraderecha, viene de un periodismo delincuente y corrupto que se siente impune y que no tiene límites”. El miércoles por la noche, en el hotel Palace de Madrid, se celebró la gala de la APP. La veterana periodista María Rey enumeró a los candidatos al premio “a quien mejor saca los colores al Gobierno”: Irene Montero, Ione Belarra, Cuca Gamarra y Alberto Núñez Feijóo. Ganó la exministra de Igualdad. La secretaria general de Podemos y exmininistra de Derechos Sociales recogió orgullosa el galardón en su nombre, ya que Montero no había podido asistir. “No voy a dejar pasar la oportunidad de sacar pecho de ser azote del Gobierno. Ha sido muy difícil arrastrar al PSOE hacia los cambios, había que azotar un poquito, pero creo que ha sido en interés general del país”, dijo en su discurso de agradecimiento.

Los tuits nacen, crecen, se reproducen y envejecen, algunos mejor que otros. Había tanto cable por recoger que Pablo Echenique, quien había retuiteado a Iglesias y sus acusaciones de periodismo corrupto por las nominaciones, escribió este jueves en su cuenta de X: “Aunque, en su lógica cortesana, ser azote del Gobierno desde el Gobierno es algo negativo, para nosotros es un honor. Nosotros, a diferencia de otros, no venimos a calentar la silla del ministro. Cuando nosotros gobernamos es para que nuestro pueblo tenga más derechos”.

Durante la pasada legislatura y hasta la constitución del nuevo Ejecutivo, las dos nominadas de Podemos como azote del Gobierno y el partido al que representaban dentro de la coalición aseguraron que el presidente, Pedro Sánchez, no estaba “a la altura” de la gravedad de lo que está pasando en Gaza (Belarra, 29 de octubre); que en la guerra de Ucrania hacían “seguidismo de EEUU” y que nada garantizaba que España no fuera a enviar tropas (Belarra), o que la reforma de la ley del solo sí es sí pactada entre el PSOE y el PP suponía “traicionar al feminismo”, “volver al Código Penal de La Manada” (Montero) y preguntar otra vez a las mujeres “si cerraron bien las piernas” (Lucía Muñoz, Echenique).

Las fricciones dentro del anterior Gobierno de coalición fueron recurrentes, pero el bipartito agotó unido la legislatura. A lo largo de la misma, Podemos presumió a menudo de haber torcido el brazo o haber azotado a su socio a la hora de aprobar determinadas leyes. Declaró, por ejemplo, Belarra el pasado 30 de abril: “Jamás hubiera habido una Ley de Vivienda que regulara los precios del alquiler con un Gobierno en solitario del PSOE. El PSOE lleva formando parte décadas del consenso político del pelotazo urbanístico”.

Para marcar perfil propio y mantener y agrandar sus respectivos espacios, las marcas que compiten electoralmente entre ellas -PP y Vox, por un lado y PSOE y Podemos, por otro- suelen atacar al que tienen más cerca. En la izquierda, cuyo tema de discusión favorito es decir qué o quién no lo es “verdaderamente”, esa pugna es tan tradición como la Navidad misma. En la ultraderecha, la formación que lidera Santiago Abascal tira frecuentemente en redes sociales de la etiqueta #soloquedaVox para acusar a su partido matriz de pusilanimidad, por ejemplo, al aceptar el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, reunirse con el presidente del país. Nominar a las ministras de Podemos como “azote del Gobierno” no era violencia, corrupción o delincuencia periodística. Si acaso un piropo a la obstinación, una broma navideña en un ambiente distendido donde el peor premio, el de mala relación con la prensa, suele recibirse con risas y propósito de enmienda. Bien por Belarra y Montero por salirse de la teoría de la conspiración y tomárselo como es debido: con humor.

Sobre la firma

Más información

Archivado En