Problemas de audición

Los lectores escriben sobre las deficiencias auditivas, el acoso sexual, la situación política y los contratos de investigadores en España

Una mujer, durante una prueba de audición.Getty

Tener problemas de audición es un verdadero calvario. En España, un porcentaje muy alto de personas sufre sordera o deficiencia auditiva, casi un 10% de la población. En muchas ocasiones, el problema no se puede resolver con drenajes, y muchas personas necesitan audífonos, una prótesis que en nuestro país debería ser costeada por la Seguridad Social, como lo es en Francia, o subvencionada total o parcialmente, como ocurre en otros países como Inglaterra, Noruega, Al...

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Tener problemas de audición es un verdadero calvario. En España, un porcentaje muy alto de personas sufre sordera o deficiencia auditiva, casi un 10% de la población. En muchas ocasiones, el problema no se puede resolver con drenajes, y muchas personas necesitan audífonos, una prótesis que en nuestro país debería ser costeada por la Seguridad Social, como lo es en Francia, o subvencionada total o parcialmente, como ocurre en otros países como Inglaterra, Noruega, Alemania o Suiza. El estigma social hacia las personas con problemas de audición es muy común y no debería ser así, porque eso hace que la tristeza de la persona que padece una deficiencia auditiva sea muy grande y a veces llegue a la depresión y al aislamiento social. El esfuerzo mental para escuchar lo que sucede alrededor deja agotada a la persona. Muchas veces la discriminación es un hándicap añadido. Debe haber concienciación social sobre este problema tan serio.

Elena Sáiz Sepúlveda. Cuenca

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En menos de dos meses hemos presenciado el bochornoso espectáculo fruto del enorme problema educacional y social del que este país está enfermo. Aún están las brasas calientes del vodevil montado por Rubiales, y justo esta semana presenciamos a un impresentable tocando a una reportera en directo, delante de la cámara, con la total convicción de que no hacía nada fuera de lugar. Sin cámaras, nos lo podemos imaginar. Ante las quejas de ella, le revuelve el pelo, como si fuera una niña pequeña. Superioridad, posesión, condescendencia. Luego, resulta que somos feminazis, que exageramos, que mentimos, que sacamos de contexto. Basta ya.

Ester Albalat Sastriques. Castellón

El que faltaba

Tras González, Guerra, Feijóo, Aragonès y Puigdemont, el inefable Aznar. Todos con el mismo trampantojo, la nación, da igual sea esta una España muy española o una Cataluña independiente. Todos nacionalistas. Les pueden más los supuestos derechos de las naciones que los reales derechos de las personas. Les puede más el continente que el contenido. España y Cataluña ¿para qué? Equidad, justicia, vivienda, cambio climático, dignidad salarial, empleo digno, emigración, demografía, igualdad de derechos, machismo, homofobia, crecimiento sostenible, cuentas públicas, educación, etcétera. No sigo, pero son ingentes los retos para gastar todas las energías en el manido y manipulado tema de siempre, la nación. No caigamos en la trampa.

Pablo de Vera Moreno. Madrid

Investigadores

Paciencia, la madre de la ciencia. Eso es lo que tenemos los investigadores en España. No es una profesión fácil, y el camino está lleno de incertidumbres y momentos en los que crees que es mejor dejarlo y dedicarte a otra cosa. Este año, las diferentes convocatorias de contratos pre y posdoctorales llevan un retraso extremadamente inusual. Hablamos de más de nueve meses esperando para saber si tendrás trabajo o no. Los beneficiarios de la convocatoria de 2022 comenzarán sus contratos en 2024. Yo tengo los bolsillos llenos de paciencia, pero con eso no me llega para pagar el alquiler.

Félix Juan Martínez Rivas. Madrid


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