El salario mínimo
Los lectores escriben sobre la subida del SMI, la necesaria mejoría de la sanidad pública, los movimientos políticos y la importancia de la investigación científica
Gobierno y sindicatos han llegado por fin al acuerdo de subir el salario mínimo interprofesional un 8%, quedando en 1.080 euros brutos por 14 pagas. Los empresarios no están de acuerdo, ni se han presentado a las reuniones en las que se ha debatido el asunto. Es comprensible que no les parezca bien pagar a sus trabajadores 80 euros más al mes, pero ¿vivirían ellos con 1.080 euros brutos? El salario mínimo beneficia a 2,5 mi...
Gobierno y sindicatos han llegado por fin al acuerdo de subir el salario mínimo interprofesional un 8%, quedando en 1.080 euros brutos por 14 pagas. Los empresarios no están de acuerdo, ni se han presentado a las reuniones en las que se ha debatido el asunto. Es comprensible que no les parezca bien pagar a sus trabajadores 80 euros más al mes, pero ¿vivirían ellos con 1.080 euros brutos? El salario mínimo beneficia a 2,5 millones de trabajadores, especialmente a mujeres y jóvenes. En Alemania, el salario mínimo está en 1.703 euros por 14 pagas, en Francia en 1.465 euros por 12 pagas. No es excesivo un salario mínimo como el que ha aprobado el Gobierno español, pero cada vez que se plantea esta cuestión cuesta Dios y ayuda llegar a un acuerdo entre las partes implicadas. ¿Qué tiene el salario mínimo que tantos quebraderos de cabeza suscita? Las comparaciones son odiosas, pero es bueno recordar que los banqueros españoles, los que aconsejan sueldos moderados para los demás, cobraron en 2021 una media de 2,16 millones de euros.
Antonio Nadal Pería. Zaragoza
¡Una solución ya!
Me entristece el desprecio que muestran algunos dirigentes políticos cuando hablan de la sanidad pública, sobre todo cuando llevamos ya varios meses con huelgas de médicos y pediatras de la atención primaria en Madrid. La pelota está en el tejado de la Consejería de Sanidad, porque esto hay que solucionarlo cuanto antes. Dejen a un lado la soberbia y tiendan una mano a todos estos profesionales, que trabajan sin descanso por todos nosotros. Los políticos tienen el deber y la obligación de velar por las necesidades de los ciudadanos. La sanidad pública es uno de ellos. Dejen de empujarnos en manos de la sanidad privada.
Ana Fernández. Madrid
Creen que no sabemos
Los políticos, en general, suelen pensar que los ciudadanos somos lerdos. Leo en EL PAÍS que Begoña Villacís descarta la oferta del PP y anuncia que se queda en Cs: “No me voy porque nunca me he ido”. No somos lerdos. Puede que haya ciudadanos desinformados, que pasen de política, pero los mínimamente informados deducimos que Isabel Díaz Ayuso le ha cerrado la puerta en las narices a Villacís cuando Génova se las estaba abriendo de par en par, por tacticismo electoral. Otra evidencia más de quién manda en el PP. Lo advirtió públicamente la presidenta: “Lo mejor de Ciudadanos ya se vino conmigo hace tiempo”.
Marcos Ruiz Cercas. Colmenar Viejo (Madrid)
Apoyar la investigación
La talidomina vuelve a comercializarse. Es un fármaco con un oscuro pasado debido a las malformaciones que produjo en los bebés cuyas madres ingerían medicamentos con talidomina para combatir náuseas o mareos durante el embarazo. A pesar de sus efectos secundarios, los médicos descubrieron que ayuda a regular el sistema inmunitario y a ralentizar el proceso que usa el cuerpo para crear vasos sanguíneos. Según la investigación, se sabe que ayuda a tratar enfermedades en la piel y el cáncer. Deberíamos ser conscientes de todo el trabajo que lleva la investigación científica e invertir un mayor presupuesto para mejorarla y, así, gracias a los investigadores, mejorará nuestra salud y por ende, nuestra calidad de vida.
Paula Ruiz Talavante. Alcorcón (Madrid)