Hay que parar a la extrema derecha
Los lectores escriben sobre las políticas de Vox, los opositores, la salud mental y los excesos navideños
La llegada de la extrema derecha al Gobierno de una comunidad autónoma empieza a dejar su poso de hiel. Castilla y León se ha convertido en su comunidad piloto. El modelo de sociedad que proponen para España comparte más señas de identidad con el que proponen los talibanes en Afganistán o los ayatolás en Irán que con las propias de una sociedad avanzada, europea y moderna. Nadie está libre de su yugo ni...
La llegada de la extrema derecha al Gobierno de una comunidad autónoma empieza a dejar su poso de hiel. Castilla y León se ha convertido en su comunidad piloto. El modelo de sociedad que proponen para España comparte más señas de identidad con el que proponen los talibanes en Afganistán o los ayatolás en Irán que con las propias de una sociedad avanzada, europea y moderna. Nadie está libre de su yugo ni de sus flechas envenenadas. Hoy son las mujeres, a las que quieren someter con presiones inaceptables para que no aborten, pero detrás desfilaremos a su son los demás por la causa que toque. La extrema derecha supone hoy la mayor amenaza para la democracia en este país, en Europa y en todo el mundo. Y ni ganándoles en las urnas hay seguridad de frenar su ímpetu violento. Basta fijarse en Estados Unidos y en Brasil, donde ya han enseñado los dientes en cuanto han perdido las elecciones. Hay que pararles.
Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño
Opositores
Nos conocimos con tres años. Metimos un gol y nos hicimos amigos. Del colegio fuimos al instituto, nos separamos en la Universidad. Ahora ambos opositamos. Los contactos en las Big Four y los puestazos no pasan por Villaverde Bajo. Aquí, la vida se construye desde ese lugar donde cada familia y cada país pone sus esperanzas: la educación pública. Por suerte, aún no se la han podido cargar. Que la suerte de aquel gol te acompañe en tu último examen hoy, Sergio. En el barrio lo celebraremos, amigo.
Gonzalo Matías de Lara. Madrid
La salud mental
El bienestar mental pleno es una utopía. No habitamos un planeta que dé pie a ser optimistas, desde los problemas más locales y cotidianos hasta los más globales. Hay mucha violencia, muchas injusticias, desigualdades y soledad. Estamos acostumbrados a afrontar verdaderas adversidades, y eso nos lleva a carecer de bienestar mental. Cada uno debemos encontrar la vía de escape a tantos problemas que nos limitan para encontrar la plenitud de nuestra salud mental. Es inherente al ser humano defender nuestra felicidad, pero los problemas externos a nosotros lo ponen verdaderamente difícil.
Elena Sáiz Sepúlveda. Cuenca
Derrota
Después de haber sobrevivido, malheridos, a los ataques desde diferentes frentes durante el mal llamado período navideño, intentamos recuperarnos de los encuentros familiares no deseados, de los lugares comunes de las felicitaciones, de la gula desmesurada de comida, bebida y regalos y de los efectos lumínicos, que parecen destinados a cegar. Es como si se escuchara, al final, una voz que grita: “Cautiva y desarmada la incauta multitud de pobres ciudadanos, las tropas comerciales y publicitarias han alcanzado sus últimos objetivos consumistas. La Navidad ha terminado. ¡Arriba el capital! ¡Viva el consumo!”. Hasta la próxima campaña.
Pedro Catalán. Madrid