Ucrania, las redes y el ‘gore’ bélico

Nunca antes se había documentado un conflicto de forma tan meticulosa y con tanto detalle

Un soldado ucranio en una trinchera, este miércoles en Avdiivka.CARLOS ROSILLO

La guerra en Ucrania la recordaremos, entre otras cosas, por sus dos campos de batalla: el físico y el digital. Este último aporta muchos datos, pero también está lleno de desinformación y brutalidad en tiempo real que no aparece en los medios tradicionales. Basta una búsqueda rápida en redes como Telegram o TikTok para llegar a lo peor del ser humano sin filtros: soldados rusos y ucranios cuelg...

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La guerra en Ucrania la recordaremos, entre otras cosas, por sus dos campos de batalla: el físico y el digital. Este último aporta muchos datos, pero también está lleno de desinformación y brutalidad en tiempo real que no aparece en los medios tradicionales. Basta una búsqueda rápida en redes como Telegram o TikTok para llegar a lo peor del ser humano sin filtros: soldados rusos y ucranios cuelgan imágenes de cadáveres y torturas para humillar al contrario. Activistas y simpatizantes de ambos bandos confeccionan memes macabros. Los algoritmos los recomiendan y el horror acaba moviéndose por el mundo.

Uno de los vídeos más duros es el de la ejecución de Evgueni Nuzhin, un preso ruso reclutado por los paramilitares de Wagner para luchar como mercenario en el frente. Al poco de llegar, se entregó al Ejército de Kiev, pero lo devolvieron a Rusia en un intercambio de prisioneros. Parece ―porque todo es difícil de comprobar― que fueron los propios Wagner quienes lo ejecutaron a mazazos y difundieron el vídeo en Telegram en noviembre. Para esta milicia, la violencia es su marca. Son extremadamente crueles e irónicos: a la guerra la llaman el “concierto”, ellos son la “orquesta” y los soldados, los “músicos”. Por mucho que el Kremlin haya querido mantenerse al margen, su jefe está tan ligado al régimen que se le conoce como el chef de Vladímir Putin.

El trágico vídeo de Nuzhin es solo un ejemplo. NewsGuard, una empresa americana que analiza la desinformación en internet, ha documentado centenares de vídeos de gore bélico que acumulan millones de visualizaciones. Algunas plataformas los van retirando, pero es un engranaje muy complicado de parar porque cada día aparecen más. Este miércoles, por ejemplo, el Ejército ucranio colgó en Telegram el vídeo del momento en que sus soldados localizan a mercenarios rusos con un dron y los liquidan con ametralladoras. Son clips que se cuelgan sobre todo para destrozar la moral del contrario o mermar el apoyo popular, porque la mayor parte de la gente en Rusia o en Ucrania tiene a un familiar o un conocido en el frente. Aun así, los analistas militares no tienen claro que funcione. Al final se alimenta una competición perversa por ver quién llega más lejos.

Esta no es la primera guerra que se hace viral. En Siria, las redes le sirvieron al Estado Islámico para reclutar combatientes y promover sus atrocidades. Allí también se curtieron en redes los Wagner rusos. Pero nunca antes se había documentado el conflicto de forma tan meticulosa, con tanto detalle, como en Ucrania. Es cierto que eso tiene una parte positiva: gracias a las redes y aplicaciones móviles, los ucranios han podido acceder a información y enviar mensajes cifrados. Los familiares de los soldados rusos en el frente han podido seguir su paradero. Y las autoridades podrán juzgar los crímenes de guerra. Material no les faltará.

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