Sobre el consumo cultural
Los lectores escriben de la falta de cines independientes, el ahorro fiscal en Madrid, los médicos que emigran para encontrar empleo y la precariedad maquillada
Me apena que existan capitales de provincia donde no quedan, por ejemplo, salas de cine independiente. Tengo la suerte de vivir en una que las mantiene, pero para salvar dicho emblema cultural hicieron falta movilizaciones ciudadanas, miles de firmas y presiones. El milagro se obró en forma de cooperación público-privada: el gobierno municipal cooperaría con el proyecto y, a cambio, la sala cedía un porcentaje de pantallas a proyecciones más generalistas. Y funcionó. Nuestro cine a...
Me apena que existan capitales de provincia donde no quedan, por ejemplo, salas de cine independiente. Tengo la suerte de vivir en una que las mantiene, pero para salvar dicho emblema cultural hicieron falta movilizaciones ciudadanas, miles de firmas y presiones. El milagro se obró en forma de cooperación público-privada: el gobierno municipal cooperaría con el proyecto y, a cambio, la sala cedía un porcentaje de pantallas a proyecciones más generalistas. Y funcionó. Nuestro cine ahora es un lugar de referencia, tiene una cartelera envidiable y una asistencia de público que justifica de sobra su salvación. ¿Cuántas ciudades pueden permitirse dicho lujo? ¿Por qué ver un documental independiente en una sala de cine es un lujo? Leí en EL PAÍS un artículo sobre el consumo cultural, pero surgen muchas más cuestiones que respuestas: ¿por qué se reduce la cultura a un bien secundario y de escaso retorno? ¿Cuánta responsabilidad institucional hay en ello? ¿Es necesaria cierta descentralización de las propuestas más vanguardistas para romper con la sensación de inaccesibilidad?
Jesús Galeote. Málaga
Supuestos beneficios
He recibido una carta de la Comunidad de Madrid indicándome que me he ahorrado 257 euros por los beneficios fiscales derivados del impuesto de sucesiones por el fallecimiento de mi padre, quien vivía en Madrid. Estaba pensando en remitir una carta a la presidenta agradeciéndoselo. Pero para tener una mejor perspectiva y hacerlo en su justa medida, sería bueno que en estas cartas se incluyese la cantidad total que se han ahorrado el 25% de los contribuyentes que más deberían haber pagado y también la cantidad del 25% de los contribuyentes que menos deberían haber pagado. Comparando ambas, me podría hacer una idea del daño social de este supuesto beneficio al conjunto de los madrileños.
Julio Merino Velasco. Toledo
Médicos expatriados
¿Se puede permitir España formar a médicos para que se vean obligados a marcharse fuera? Los médicos de Atención Primaria y Pediatría han dicho basta. Y es comprensible; se sienten abandonados por el sistema y por una gran parte de la sociedad, que mira para otro lado cuando nuestro sistema sanitario se derrumba. Estos profesionales se forman durante un mínimo de 11 años, se esfuerzan desde mucho antes de empezar la Universidad. Su formación es cara y exigente. ¿De verdad no vamos a hacer nada para evitar que se tengan que marchar? Es una auténtica tragedia y un despilfarro de recursos.
Magdalena Torres. Pozuelo de Alarcón (Madrid)
Más precariedad
Llevamos ya algunos años escuchando términos como nesting (no salir de casa en todo el fin de semana), trabacaciones (compaginar el trabajo con vacaciones) o job hopping (cambiar frecuentemente de trabajo). Más recientemente, se han añadido otros como coduching (ducharse en pareja para ahorrar agua), job sharing (compartir sueldo y puesto de trabajo)... La problemática esencial de esta terminología radica en su clara tendencia a poner el foco sobre el individuo y su experiencia, desviando la responsabilidad y atención del origen de esa situación. No busca responsables, porqués, ni causas.
Martina Cabrero de Diego. Valladolid