Desmantelando la sanidad, que es gerundio

Los lectores escriben sobre el cierre de los servicios de urgencias en los centros de salud de Madrid, la homofobia en los colegios, la decisión de ser ama de casa y los estudios sobre la contaminación en las ciudades

Un grupo de personas esperan en la puerta de un centro de salud de Madrid.Eduardo Parra (Europa Press)

No deja de sorprenderme la falta de respuesta de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid ante el descarado desmantelamiento de la sanidad pública. El cierre de 20 de los 37 servicios de urgencias de atención primaria (SUAP) obliga a muchos pacientes a acudir a las urgencias hospitalarias por problemas que se podrían resolver en los centros de salud, ...

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No deja de sorprenderme la falta de respuesta de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid ante el descarado desmantelamiento de la sanidad pública. El cierre de 20 de los 37 servicios de urgencias de atención primaria (SUAP) obliga a muchos pacientes a acudir a las urgencias hospitalarias por problemas que se podrían resolver en los centros de salud, que también se encuentran en estado de abandono. El anuncio de que de los 17 SUAP que existen sólo habrá personal médico en siete y que en ellos se atenderá con cita previa eleva al máximo los despropósitos de la Consejería de Sanidad. ¿No es una contradicción obligar a pacientes con patologías que pueden ser graves a pedir cita para ser atendidos de urgencia? ¿Y qué decir del proyecto, ya en fase de pilotaje, de concentrar a los pediatras en algunos centros de salud para encargarse de atender las urgencias infantiles, pero no para el seguimiento de su crecimiento y desarrollo como hasta ahora era el objetivo de la pediatría en atención primaria? Descanse en paz la atención primaria.

Luis Carlos Aragón Buñuel. Leganés (Madrid)

Maricón: una herida al corazón

No había flechas que le pudieran hacer daño en su vida. Pero hubo una que le hirió el corazón: maricón. Cada mañana, al cruzar aquella verja del colegio, intentaba corregir sus expresiones para ser un niño como los demás. Se le acumulaban los recuerdos de cuando salía al patio y veía aquellas miradas de odio, murmullos por los pasillos e incluso codazos. A pesar de todo, no guarda rencor. Quizá tristeza. Aquella sociedad no tenía conocimientos de igualdad efectiva y menos de aires de liberación. Fue la etapa más importante de su vida; aprendió a perdonar, pero no a olvidar.

Antonio J. Rodríguez Franco. Madrid

Soy ama de casa, respétame

No entiendo cómo ser ama de casa te hace hoy ser una mujer de segunda categoría. Al tiempo que defendemos el feminismo, no respetamos que una mujer decida dedicarse a poder estar al cuidado de sus hijos, su bienestar y necesidades. Pues yo soy ama de casa y no me considero una mujer de segunda. Me siento realizada, agradecida, luchadora, valiente, empoderada y, sobre todo, feliz porque hago lo que yo quiero, como quiero y cuando quiero. Por favor, respetemos y no juzguemos.

Raquel Zapatero Romero. Parla (Madrid)

Llevar la teoría a la práctica

En una calle con 100 metros de longitud y 10 árboles plantados, la melia (Melia azedarach) absorbería diariamente el dióxido de carbono emitido por hasta 10.373 vehículos. Son datos obtenidos de un estudio realizado hace ya años en la Universidad de Sevilla que subrayaba la importancia de la vegetación como sumidero natural de dióxido de carbono. El estudio revelaba que entre el arbolado urbano las especies más eficaces son la melia, la acacia de las tres espinas, la jacaranda y el olmo; y las menos eficaces, la catalpa, el árbol del amor y el ciruelo japonés. Desde la publicación de ese estudio no he visto aumentar en nuestras calles el arbolado más ecoeficiente. ¿De qué sirven los estudios sobre medio ambiente si no tenemos en cuenta los resultados de la investigación?

Mª Carmen Ortega Navasa. Soria

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