Los días ‘horribilis’ del Gobierno

Si el Gobierno no repara la crisis con Argelia o afronta la inflación esto puede convertirse en ‘annus horribilis’ o, incluso, terminal

Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.Eduardo Parra (Europa Press)

Podría considerarse mala suerte que, el mismo día en que Bruselas autoriza la excepción ibérica que permitirá reducir el recibo de la luz, un país vecino con el que tenías un excelente historial te arruine la buena noticia al suspender un acuerdo de amistad y cortar relaciones comerciales como si fueras Vladímir Putin. Pero no es mala suerte. Es la inoperancia del Gobierno en una suma de errores que ha generado la peor crisis con nuestro ...

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Podría considerarse mala suerte que, el mismo día en que Bruselas autoriza la excepción ibérica que permitirá reducir el recibo de la luz, un país vecino con el que tenías un excelente historial te arruine la buena noticia al suspender un acuerdo de amistad y cortar relaciones comerciales como si fueras Vladímir Putin. Pero no es mala suerte. Es la inoperancia del Gobierno en una suma de errores que ha generado la peor crisis con nuestro principal proveedor de gas en tiempos energéticamente muy delicados.

Cambiar la política histórica hacia el Sáhara, y hacerlo por el chantaje perpetuo de Marruecos en la frontera sur, siempre habría tenido consecuencias. Pero estas son mayores cuando la decisión se toma en solitario, sin compartir preocupaciones, reuniones y debate con la oposición y sin medir la potencial onda expansiva en un país tan involucrado y estratégico para España como es Argelia.

El enemigo de mi enemigo es mi amigo, dice la sabiduría guerrera, y el amigo de mi enemigo se convierte en enemigo. Es por ello que, ante dos socios enfrentados como son Argelia y Marruecos, uno debe esforzarse con ahínco por mantener un equilibrio que te beneficie y que hasta pueda ser de provecho en algunos momentos para ellos dos.

Más allá de la rectificación de anoche, la bomba argelina estalla además en momentos demasiado complicados, cuando la inflación persiste en el 8,7%, cuando la subida de los combustibles ya devora la bonificación que aprobó el Gobierno para contrarrestarla y las encuestas muestran que el PP puede confirmar en Andalucía el ambiente de cambio de ciclo que se ha instalado en el escenario nacional.

Son muchas las cosas que ha logrado el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, desde los fondos de recuperación al Ingreso Mínimo Vital o la subida del salario mínimo, pero todas se verán neutralizadas si comprar fruta y pan se vuelve una pesadilla, si los salarios siguen en precariedad mientras crecen las facturas o las pensiones corren el riesgo de dar otro zarpazo a las cuentas nacionales o quedarse menguadas.

La crisis con Argelia, la inflación y una previsible derrota de la izquierda el 19-J en Andalucía están marcando estos días horribilis del Gobierno. De su capacidad para reparar lo ocurrido y salvar el poder adquisitivo de los ciudadanos dependerá que no se convierta en annus horribilis (parafraseando a la reina de Inglaterra el año en que la princesa Diana desveló la verdad de su matrimonio y se incendió el castillo de Windsor) o, incluso, en año terminal.

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