Un relato de desigualdades y pobreza
Los lectores escriben sobre las consecuencias sociales de la pandemia, la diferencia entre soberanía y representatividad y la polémica entrada en Australia del tenista Djokovic
Como si de un cuento se tratase, la pandemia está marcando la vida de los habitantes del planeta. En dicho relato, estamos viendo cómo la capacidad de los distintos gobiernos para dar solución a la misma se somete a unas pruebas, ante las cuales todos han dado positivo. Las distintas estrategias que cada región o país ha establecido son insuficientes en este mundo globalizado. La famosa película No mires hacia arriba viene como anillo al dedo para comprender la situación que tenemos. Hay que elevar la vista para ver los cambios transcendentales que se están produciendo, ante los cuales ...
Como si de un cuento se tratase, la pandemia está marcando la vida de los habitantes del planeta. En dicho relato, estamos viendo cómo la capacidad de los distintos gobiernos para dar solución a la misma se somete a unas pruebas, ante las cuales todos han dado positivo. Las distintas estrategias que cada región o país ha establecido son insuficientes en este mundo globalizado. La famosa película No mires hacia arriba viene como anillo al dedo para comprender la situación que tenemos. Hay que elevar la vista para ver los cambios transcendentales que se están produciendo, ante los cuales nuestros políticos tienen puesta una venda en los ojos porque no saben resolverlos. En particular, la digitalización, que ha tomado un fuerte impulso durante la pandemia. Aún no se ha iniciado ningún cambio en la formación y educación escolar para digitalizar la escuela pública. No sabemos cuántos episodios restan aún para finalizar este cuento, un relato de desigualdades y pobreza que, de momento, continuará.
Pedro Marín Usón. Zaragoza
Soberanía popular y Parlamento
En EL PAÍS del lunes 10 de enero, en una información firmada por mi estimado José María Brunet, aparece dentro de la misma, en un recuadro destacado en letra negrita, una frase sorprendente: “El Parlamento es el órgano donde reside la soberanía popular y los demás poderes del Estado emanan del mismo por lo que, tarde o temprano, deberán reflejar las mayorías parlamentarias”. No sé si ese recuadro se debe a su pluma, pero en todo caso quiero expresar, como constitucionalista, mi absoluto desacuerdo. Aparte de que es en el pueblo y no en el Parlamento donde reside la soberanía (el Parlamento representa al pueblo, pero no lo sustituye) y de que del pueblo y no del Parlamento emanan todos los poderes del Estado (art. 1.2 de la Constitución), la idea que se transmite en el párrafo resulta por completo contraria a la democracia constitucional, que tiene, como uno de sus principios fundamentales, el de la limitación del poder de las propias mayorías parlamentarias.
Por ello el Tribunal Constitucional, en su antigua sentencia sobre la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985, ya advirtió que trasladar la lógica de las mayorías parlamentarias a los órganos jurisdiccionales significaría, sin duda, la vulneración de la Constitución. Si la justicia está politizada, o aparenta estarlo, el Estado de derecho, simplemente, desaparece.
Manuel Aragón. Madrid
Novak Djokovic versus Rafael Nadal
Djokovic y Nadal, dos formas de jugar al tenis y dos formas de ver el mundo. Los dos Grandes del tenis mundial están protagonizando en las redes un partido soterrado de tipo ético: ¿hay que vacunarse o no? El tenista serbio se ha erigido en el icono del negacionismo obtuso, mientras que el jugador español pugna por convertirse en el baluarte de la ciencia. La contumacia del supersticioso frente al espíritu solidario de quien considera la vacuna la condición esencial para derrotar al virus. Los dos cuentan con gran tirón entre sus seguidores, pero confiemos en que el giro de muñeca de la razón empírica triunfe sobre el revés del bulo. Nos jugamos mucho.
Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño