Opinión

Una ley ganada a brazo partido

A pesar de todo siento que hoy nos despertamos a la idea de una sociedad más justa y más abierta

Manifestantes a favor de la interrupción legal del embarazo celebran la aprobación de la ley de laborto frente al Congreso de Buenos Aires, este miércoles por la madrugada.AGUSTIN MARCARIAN (Reuters)

Estoy pasando estos días de fin de año muy al norte de Argentina, en una de las provincias más pobres y más postergadas. Aquí el sistema de salud pública es muy frágil; gran parte de la población vive por debajo del índice de pobreza, es decir con menos de lo mínimo, y además buena parte de esa población es indígena. A pesar de todo siento que hoy nos despertamos a la idea de una sociedad más justa y más abierta; que por una vez la iglesia (católica, evangélica) no pudo meter la cola y frenar una ley que nos permite a las mujeres y a las personas con capacidad de gestar decidir sobre nuestros ...

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Estoy pasando estos días de fin de año muy al norte de Argentina, en una de las provincias más pobres y más postergadas. Aquí el sistema de salud pública es muy frágil; gran parte de la población vive por debajo del índice de pobreza, es decir con menos de lo mínimo, y además buena parte de esa población es indígena. A pesar de todo siento que hoy nos despertamos a la idea de una sociedad más justa y más abierta; que por una vez la iglesia (católica, evangélica) no pudo meter la cola y frenar una ley que nos permite a las mujeres y a las personas con capacidad de gestar decidir sobre nuestros cuerpos. Una ley que tuvimos que conquistar a fuerza de marchas, de salir a la calle, de exigir derechos, de alzar la voz. En 2018 sacamos al aborto del clóset: nuestras madres, abuelas, tías se animaron a decir que alguna vez habían abortado. Tenían la suerte de seguir vivas mientras que miles murieron y siguen muriendo a causa de prácticas clandestinas.

Esta es una ley ganada a brazo partido y me emociona pensar en las pioneras de la lucha, las compañeras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, y también muchas otras antes de ellas; en las adolescentes que abrazaron la causa en estos últimos años; en lxs niñxs que van a crecer en un país donde nadie más deberá recurrir a perchas, mejunjes caseros, agujas de tejer, ni curanderxs, ni médicxs con altísimos honorarios, para poder interrumpir un embarazo no deseado. Donde nadie más estará obligadx a parir si no quiere.

Por supuesto una ley tan resistida habrá que seguir acompañándola y exigiendo que se cumpla. Pero es ley. Aquella consigna #QueSeaLey o #SeráLey que nos sostuvo tanto tiempo se ha convertido por fin en un hermoso presente: #EslLey.

Selva Almada es escritora.

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