El dedazo de Alito y los ciudadanos
El líder priista no puede tomar la decisión de bajar a Beatriz Paredes sin un acuerdo que no pase por los ciudadanos, sin que estos beatifiquen el sacrificio
Las encuestas electorales publicadas el lunes en Reforma y El Financiero muestran de manera un tanto sorpresiva que Beatriz Paredes cuenta prácticamente con los mismos respaldos ciudadanos, a la hora de enfrentar a Claudia Sheinbaum, que Xóchitl Gálvez, la otra precandidata frentista.
El Financiero establece que, si la pelea de 2024 es contra la exjefa de gobierno, la senadora Paredes tendría 35% de los votos opositores, mientras que Gálvez alcanzaría 37%. En el primer caso Sheinbaum sacaría 47% y en el segundo 46%. El margen de error reportado por la encuesta es de +/-4,4%.
En Reforma, con un margen de error reportado de +/-4%, los números oscilan en el mismo rango: en un careo de las opositoras en contra de Claudia, ésta ganaría hoy por 17 puntos a Xóchitl y por 21 a Beatriz.
Sí, la tlaxcalteca iría un poco más rezagada que la hidalguense. Y en las campañas muchas cosas pueden pasar, pero eso dicen hoy dos importantes casas encuestadoras: tomando en cuenta el margen de error, su competitividad es la misma.
Pero la lectura que ha hecho de esos números, o de otros que no reporta, el jefe máximo del PRI Alejandro “Alito” Moreno es que su correligionaria está a la zaga y que por tanto, dijo el lunes por la tarde, este miércoles ha de dar un importante anuncio sobre lo que harán los priistas en pos de la unidad.
El giro de Alito, que en todos estos meses ha defendido el método acordado, ese que implica una encuesta que se está levantando estos días y una consulta con urna programada para el domingo, se presta a múltiples interpretaciones, pero dice claramente una cosa: va a bajar a Paredes.
La propia senadora manifestó, en mensaje que permite lectura entre líneas, su sorpresa luego de conocer las declaraciones de su líder y pidió esperar a ver los números de las encuestas.
Dicen que hay dos tipos de crueldad. Una es del tipo que llega un día y de la nada te pega; la otra del que, capaz de propinar un golpe, te anuncia que al día siguiente habrá de hacerlo. Con estos últimos, pasarás la noche en vela sin saber cuán grave será a la hora de la verdad el impacto.
En esa línea, Alito Moreno anunció el lunes que sería hasta el miércoles cuando aplique el descontón, y este martes muy temprano con Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula ha dicho con todas sus letras que como presidenta que fue del PRI, Paredes sabrá lo que le toca hacer una vez que el tricolor asuma una postura, frente a la que –por si hace falta aclararlo al hablar del partido surgido a balazos— se demanda la máxima disciplina.
Veremos cómo el largo oficio de Paredes en la política le lleva a resistir o negociar frente a esta dirigencia de su partido, que encima ha demostrado que a la hora de la verdad no acepta disidencia ni pluralidad.
Mas el affaire Alito tiene implicaciones para un sector de lo que se autonombra ciudadanía organizada.
El frente opositor no está compuesto solo por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Revolucionario Institucional. El pegamento de esa alianza, se supone, lo componen ciudadanas y ciudadanos que ven en Morena tal peligro que privilegian uniones incluso entre opuestos.
Para decirlo rápido, Alito no puede tomar la decisión de bajar a Beatriz sin un acuerdo que no pase por los ciudadanos, sin que estos beatifiquen el sacrificio; de espaldas a quienes tanto han trabajado en el formato, y en la legitimidad que éste pretendía, de la primaria de la oposición.
A doce horas de conocerse las declaraciones de Alito la voz que no había reaccionado de manera clara es la de los colectivos que decidieron jugarse su suerte con PRI, PAN y PRD. O sabían que venía la operación descarrilamiento de la exembajadora, o nuevamente Alito les jugó a la Alito: los madrugó.
La irrupción de Xóchitl Gálvez en la competencia de la oposición estuvo aparejada de algarabía mediática. Era obligación de los partidos opositores el haber detectado que esa emoción inicial tenía origen y retorno más allá de la prensa en comunidades que ansiaban un perfil competitivo.
En ese momento, en vez de plantearse cambiar la interna para cuidar a Gálvez --quien era obvio que tenía cosas para entusiasmar y crecer--, pues una elección primaria podría significar un desgaste innecesario o riesgoso porque, como ella misma ha reconocido, no tenía un plan y una preparación a nivel nacional, la oposición y los ciudadanos que en ella comulgan en forma de comité hicieron que la hidalguense cumpliera con todo el trámite.
El resultado es mixto. Xóchitl algo maduró con los foros, pero salió con bastantes raspones; y es posible –nunca lo sabremos- que con el crecimiento de Beatriz Paredes en los mismos hasta moméntum haya perdido.
Ahora el PRI quiere cuidar la competitividad de Xóchitl. Un poco tarde, pero lo que sería más grave es que la salida de Beatriz se opere sin que ésta pueda salvar cara, máxime si en el último foro la senadora tlaxcalteca fue contundente al decir que mujeres que se pliegan a pactos de hombres a sus espaldas están “jodidas”.
¿Los ciudadanos están de acuerdo con lo que hace Alito, y con la forma en que pretende consumar la caída de su representante? ¿No se suponía que ellos eran copartícipes de las decisiones? ¿Asumirán madruguetes o han estado de acuerdo todo el tiempo en sacarse de encima a Paredes?
Quienes se sientan con PRI, PAN y PRD se dicen representantes o parte de esa ciudadanía que salió dos veces en forma históricamente masiva a protestar por las formas y propósitos del presidente de la República en contra del INE y de la Suprema Corte.
¿Los ciudadanos que están en el comité, tomarán en cuenta a la marea rosa a la hora de operar un cambio drástico de plan, al obviar la consulta y la encuesta? ¿Aceptan parir una candidata opositora por la vía de una oscura y sorpresiva designación cupular?
¿La decisión de Alito implica un quid pro quo con el PAN, un intercambio de candidaturas, cuotas o prebendas? ¿El banderín opositor de la CDMX es para el PRI?
Sin la alianza ciudadana pasarían semanas antes de conocer si la suerte de Beatriz se ha canjeado por otras cosas, si fue más que el declarado intento de hacer más competitiva a Gálvez. Pero en el formato actual, con ciudadanos en la cabina de pilotos, tenemos derecho a saber qué se habló y negoció.
El Frente prometió que su interna se haría con la ciudadanía. En parte por eso se decidió Xóchitl Gálvez a abandonar su intención de gobernar la Ciudad de México y se fue a la competencia por la grande. ¿Dejarán colgados a los ciudadanos que se registraron y quieren elegir a su candidata opositora?
Aceptar el dedazo de Alito, dejarle la decisión de quién será candidata, va mucho más allá de la suerte de Paredes y su carrera de soldadera del PRI. Sería otra muestra de que los ciudadanos no saben con quien se metieron a hacer política. Y lo que falta.
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