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Luis Arce
Tribuna
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Visita de Lucho Arce: una reivindicación histórica

La próxima visita del presidente de Bolivia a México marcará un punto de inflexión en la relación entre ambos países

Luis Arce presidente de Bolivia
El presidente de Bolivia, Luis Arce, en un acto en febrero pasado.Gaston Brito Miserocchi (GETTY IMAGES)

Las visitas presidenciales son momentos importantes y cada una tiene un trasfondo en lo particular. Sin embargo, la visita del presidente de Bolivia, Luis Arce, Lucho, tendrá una significancia singular debido a los hechos que le precedieron.

El presidente Arce regresará a México en condiciones muy distintas a las de finales de 2019 cuando había llegado a nuestro país en calidad de asilado político. Él, su esposa y su familia —junto con otros nacionales bolivianos— recibieron acopio en México en lo que, con toda seguridad, fue uno de los momentos más complejos de sus vidas.

Su visita representará un hecho extraordinario que dejará entrever el vínculo y cariño especial que el presidente de Bolivia le tiene al pueblo mexicano. Pero más allá de esta conexión personal, existen elementos de fondo que hacen de México y Bolivia importantes socios que comparten una visión sobre el futuro de nuestros países y de la región en su conjunto.

Se tratará de la primera visita en su calidad de jefe de Estado después de su contundente victoria electoral en octubre de 2020. Su presencia marcará un punto de inflexión en la relación con Bolivia tras el capítulo más complejo de la relación bilateral. Sin duda, será un hecho cargado de simbolismo, pero también de contenido y avances sustantivos.

El mandatario boliviano aceptó la invitación que el Gobierno de México le extendió para participar como invitado de honor y orador distinguido en la conmemoración del Día de la Victoria de Chakán Putum en Campeche, en el marco de los festejos del “Año de la Independencia”. Asimismo, durante el presente año, también haremos homenaje a los 190 años de relaciones diplomáticas, lo que supone otro importante hito.

En el ámbito regional, tenemos una visión compartida y una coincidencia de intereses. En primer lugar, ambos países defendemos el multilateralismo, los valores y principios universalmente reconocidos como la no intervención en asuntos internos y la libre autodeterminación de los pueblos, entre otros. Ambos queremos un sistema interamericano con igualdad jurídica de los Estados y basado en reglas claras. Actuaciones como las de la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Bolivia en 2019 no deberían repetirse y, por ello, abogamos por misiones técnicas e imparciales. En cuanto a la integración regional, tenemos amplias coincidencias y es motivo de alegría contar con el apoyo boliviano para los trabajos de la presidencia pro tempore de México en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Con ese trasfondo, durante la visita se seguirá una hoja de ruta para reactivar y sacar el máximo provecho a los mecanismos bilaterales existentes. A ello se sumarán objetivos a alcanzar en el mediano y corto plazo en materia migratoria, como el establecimiento de un régimen de exención de visas; en la promoción del comercio y las inversiones en áreas estratégicas como el litio y biodiesel; en incrementar la cooperación técnica y científica y en la cooperación cultural, incluyendo la apertura de una sede del Fondo de Cultura Económica en La Paz.

La historia nos ha asistido para llegar a este punto y tenemos el deber de honrar los vínculos entre nuestros pueblos y gobiernos. Debemos aprovechar este aprecio mutuo y singular entendimiento para lograr las metas que nos hemos trazado y así consolidar una relación benéfica para nuestros pueblos.

Maximiliano Reyes Zúñiga es subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

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