Iberdrola descarta nuevas inversiones en México ante los obstáculos a la generación eléctrica privada
El presidente de la multinacional española afirma que no prevé más desembolsos hasta que se aclare el marco regulatorio
Iberdrola echa el freno a la inversión en México. El presidente de la empresa española, Ignacio Sánchez Galán, ha descartado este miércoles nuevas inversiones en el país latinoamericano hasta que se aclare el marco regulatorio. La multinacional, como el resto del sector, se ha enfrentado a las crecientes trabas impuestas por el Gobierno mexicano para limitar la participación privada en la producción eléctrica y, además, se ha convertido en un blanco frecuente de las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, impulsor de una política energética de tinte nacionalista.
Sánchez Galán ha tratado de minimizar el impacto de las turbulencias en el mercado mexicano, que supone el 8% de los ingresos totales del grupo, “muy poca cosa en el balance”, en palabras del empresario. “No estamos haciendo las políticas energéticas, las elaboran los Gobiernos”, ha afirmado durante la presentación de resultados financieros. “Si dicen que no inviertan empresas estratégicas, no lo haremos”. En los nueve primeros meses del año su beneficio neto en México ha caído un 23% respecto al mismo periodo de 2019, con un saldo de unos 273 millones de dólares, según las cuentas de la compañía presentadas este miércoles.
La advertencia del máximo ejecutivo de la multinacional supone un giro de 180 grados. Hace año y medio, en una visita a México en la que se reunió con altos cargos del Gobierno, Sánchez Galán anunció inversiones por 5.000 millones de dólares durante el sexenio de López Obrador y expresó su compromiso con “el desarrollo energético y económico de México, el fortalecimiento de su sector industrial y la generación de empleo de calidad”. Iberdrola aterrizó en el país en 1999 y con los años se ha convertido en el mayor productor privado de electricidad, con 10.000 MW de capacidad instalada en casi una treintena de centrales.
Desde entonces, el panorama se ha vuelto más negro. De los 5.000 millones de dólares anunciados, Iberdrola apenas ha alcanzado a invertir alrededor de 550 millones en dos plantas, según fuentes de la empresa. El resto está en el aire. La central de ciclo combinado de Tuxpan, en el Estado de Veracruz, en la que tenía previsto desembolsar más de 1.000 millones de dólares y cuyo desarrollo se hallaba en un estado avanzado, se encuentra detenida ante los obstáculos que ha puesto la paraestatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) al suministro de gas que requiere la planta. Negociaciones recientes para conseguir gas a través de proveedores privados y así salvar la inversión tampoco han dado resultado.
Iberdrola ha sido atacada por el presidente en sus conferencias matutinas. López Obrador la ha llegado a acusar de “saqueo” y de corrupción, sin presentar pruebas. El nombramiento como consejero en una de sus filiales del expresidente Felipe Calderón, rival del actual mandatario, también ha sido una fuente de rispidez. En septiembre, López Obrador y directivos de la compañía mantuvieron una reunión para rebajar la tensión. “Acaba de estar el director de Iberdrola. Hablé con él en muy buenos términos para decirle que estamos en la mejor disposición de que se revisen contratos y que se mantenga el Estado de derecho”, dijo el mandatario.
Pero los intentos por desatascar la relación han chocado con la aprobación de nuevas normas que restringen la operación de las plantas privadas en un aparente intento por favorecer a la CFE. Hace unas semanas, la Comisión Reguladora de Energía, un organismo con autonomía técnica, limitó la posibilidad de añadir nuevos socios a los esquemas de autoabasto, asociaciones por las que centrales particulares abastecen de electricidad a fábricas y comercios. Ha sido la última de una serie de medidas que Iberdrola y otras empresas del sector han llevado a los tribunales por considerar que violan el marco legal. La gran mayoría de estos recursos han desembocado en la suspensión de las medidas hasta que concluya el juicio.
Mientras México pierde atractivo como destino de inversión, la multinacional se torna hacia otros mercados. Sánchez Galán ha anunciado este miércoles la compra de la empresa estadounidense PNM Resources, activa en Texas y Nuevo México, por 4.318 millones de dólares. “La operación es consecuencia de la estrategia que hemos seguido durante más de 20 años: operación amistosa, centrada en negocios regulados y en energías renovables, en países con buena calificación crediticia y estabilidad jurídica y regulatoria y que ofrecen oportunidades de crecimiento futuro”, ha dicho.
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