Checo Pérez y el Autódromo Hermanos Rodríguez lloran de rabia: “Ha sido mi peor Gran Premio en México”

México colecciona dos carreras tan ilusionantes como dolorosas. El año pasado, Checo Pérez terminó por estrellarse en la primera curva en busca de la punta en la carrera; este domingo buscó salir de un pozo para rescatar puntos o encontrar una remontada idílica. Lo que encontró fue otro revés en el Autódromo Hermanos Rodríguez, sede de la gran fiesta mexicana y un templo de lamentos. Pérez finalizó en la posición 17 tras intentar buscar una hazaña y terminó con una riña codo a codo con Liam Lawson, del equipo satélite de Red Bull y quien aspira a quitarle su asiento. “Ha sido un fin de semana complicado, digamos que mi peor Gran Premio. El año pasado choqué llegando primero. Siempre lo he dicho: mi sueño es ganar el GP en México”, contó un desangelado Pérez que intentaba ocultar la rabia tras el resultado. Carlos Sainz se llevó el triunfo, seguido de Lando Norris y de Charles Leclerc. Verstappen terminó sexto.

En la arrancada los mexicanos necesitaban un golpe de suerte. Una de estas tardes descomunales e insólitas para que un incidente permitiese a Checo Pérez escalar en la clasificación tras salir desde el puesto 18. Un favor del azar, algo bueno para el chico favorito del Autódromo Hermanos Rodríguez. En las primeras dos curvas hubo un impacto entre Albon y Tsunoda y eso parecía a iluminar un poco a las gradas porque ayudó al mexicano a llegar al lugar 13. Pero el drama tenía que estar presente en el asfalto porque los comisarios iniciaron una investigación por una salida en falso. “No, fue una gran largada”, replicó con molestia el mexicano a través de la radio. La justicia automotor le sentenció con un castigo de cinco segundos. El de Guadalajara quería ser todo un luchador, como el diseño que tenía en el casco de este domingo, aunque por ser osado descuidó ese pequeño detalle de acomodarse bien en la salida.

Pérez pudo darle a su gente rebases en pista contra Alonso y Stroll. Cuando se encontró delante a Liam Lawson, de RB, al mexicano se le atragantó la estrategia. Lo llevó al límite, pero el neozelandés no le dio ningún espacio. “¿Qué demonios está haciendo este idiota?”, replicó el mexicano. La batalla tiene una intrahistoria porque es Lawson uno de los aspirantes por su lugar y es un proyecto a futuro para el equipo de la bebida energética. El Red Bull recibió una estocada en uno de sus laterales que terminó por afectarle el resto de la carrera. “Teníamos todo para ir para adelante, pero desafortunadamente vino el incidente con Lawson y eso nos perjudicó bastante. [Fue] totalmente innecesario. Estaba fuera de la pista, le había hecho la maniobra en la curva cuatro y en la curva cinco se queda por fuera, cruza la curva por fuera y llegamos a tener daños. Arruinó mi carrera, arruinó la suya, hizo lo mismo con Fernando [Alonso] en la carrera pasada. Una pena porque pudimos haber sumado puntos”, contó Pérez.

El mexicano fue a cambiar de neumáticos en la vuelta 22, pero ya con una desventaja de más de 20 segundos. A su vecino de garaje, Verstappen, le sancionaron con 20 segundos por competir con demasiada agresividad contra Norris. No fue una gran tarde para Red Bull. El mexicano no podía salir del fondo de la clasificación. No podía hacer mucho con una herida en el auto, solo batallarle a Lawson, una pelea en el barro que terminó con el de RB superándole. Tuvo que hacer un segundo cambio de neumáticos para intentar cambiar su suerte. Lo poco que pudo conseguir fue superar a un débil Guanyu Zhou de Kick Sauber. Pérez lanzó un dardo venenoso por la radio cuando le contaron que había escombros en la pista, “supongo que fue el mismo idiota que chocó antes”, dijo en referencia a Lawson. A Pérez le pidieron buscar la vuelta rápida en los dos últimos giros, aunque no pudo arrebatarla a Charles Leclerc.

“[Lawson] no entiende. Es un chavo que está llegando a la F1, quizá trae demasiada presión, con ganas de traer protagonismo. Fernando intentó hablar con él en Austin. Si no aprende, si no abre la cabeza seguirá haciendo este tipo de maniobras que quizá le cueste el contrato el próximo año”, lanzó Pérez, a quien le vuelven a poner en la diana de las críticas debido a su rendimiento. “Me voy [de México] con mucha energía después de todo el apoyo. La gente que me ha dado demasiado. No me voy a rendir por ellos”, sentenció.

La esperanza mexicana

Israel López presumía su saco verde, un tono tan incandescente que se podía ver a metros y metros de distancia. Sobre esa prenda planchó todos los logotipos de las marcas que patrocinan al equipo Red Bull, en la espalda está estampado el número 11 del piloto consentido, Checo Pérez. Normalmente, López ve las carreras en su restaurante, Tony Joe, junto a los clientes que se han maravillado del mundo de la Fórmula 1. “Nuestro boom fue en 2021, gracias a Netflix por su serie y que Checo haya saltado a una gran escudería. Checo es el gran termómetro del estado de ánimo: se me llena el restaurante cuando él clasifica entre los primeros 10 lugares”, cuenta este aficionado mientras aguardaba a la arrancada del Gran Premio.

Pérez tuvo un pésimo sábado de clasificación, que se tradujo en una mala carrera. “Lo que nos queda es apoyar al Checo. Es nuestro piloto, en las buenas y en las malas, pero sobre todo: si te gustan las carreras, así son, es normal que haya malos días. Quien no entienda eso realmente no es aficionado”, opina Israel López. “Sigo las carreras al día, creo que ha sido una mala temporada de Checo. No ha estado enfocado en su profesión, ha estado distraído. Todos como seres humanos nos sucede. Habrá que retomar el camino, va a volver a ser el piloto que era hasta hace un año”, consideraba el señor Ignacio Morales. “¿Ver a Checo Pérez fuera al final de la temporada? No es factible. Creo que es de los pilotos que tienen mayor apoyo económico y que le da mucha economía a la escudería”, agrega.

Alberto Ramón, de 51 años, se perdió la clasificación de Pérez: algo bueno para el estado de ánimo, malo por perder un día del festival del GP mexicano. “¡Qué mala suerte! Pero ya ves que hubo un Gran Premio, el de Sahkir, donde estaba en el último lugar y ganó. No hay que perder la esperanza. No perdemos la esperanza como mexicanos porque somos luchones”, cuenta. El último intento de valentía de Pérez terminó en un chasco, aunque la gente intentó sobrellevarlo y festejar el triunfo de Sainz. El que se llevó la rechifla fue un Norris que acecha al campeonato del mundo.