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El Chori, el jefe de una mafia atomizada

Las autoridades de la capital señalan al cabecilla detenido como “uno de los principales generadores de extorsión” y apuntan a las progresivas escisiones de La Unión Tepito tras la captura de varios líderes en los últimos años

detencion de el chori
Eduardo Ramírez Tiburcio, alias El Chori, al ser detenido este lunes en Azcapotzalco (Ciudad de México).Rogelio Morales Ponce (Cuartoscuro)
Pablo Ferri

Las autoridades de Ciudad de México han dado detalles este martes de la detención de la enésima cabecilla del crimen chilango. Se trata de Eduardo Ramírez, alias El Chori, capturado el lunes en la carretera Picacho-Ajusco, una congestionada avenida del sur de la capital, que conecta con su región montañosa. A juzgar por los cinco millones de pesos –alrededor de 300.000 dólares– que las autoridades ofrecían por información que ayudara a su captura, El Chori, parte de La Unión Tepito, era uno de los principales objetivos de las fuerzas de seguridad de la ciudad.

Su captura abre cantidad de interrogantes sobre la situación del crimen local, preocupación para el Gobierno de la ciudad hace seis años, motivo ahora de orgullo para la exjefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que destaca sus logros en materia de seguridad, principalmente la reducción de la tasa de homicidios. La detención de El Chori, presunto cabecilla de la Unión, muestra además el aparente declive del gran grupo criminal local, tras la caída estos años de El Betito y luego El Lunares. La cuestión es si la estructura que deja será capaz de funcionar y a qué nivel.

Pablo Vázquez, jefe de policía de la capital, ha explicado que agentes de la corporación seguían a El Chori desde hacía al menos un mes. “En febrero, empezamos a dar seguimiento a una camioneta blanca, en que se movían él y una mujer”, ha detallado. El acecho se dio en varias alcaldías de Ciudad de México y en el municipio de Naucalpan, en el Estado de México, parte del área metropolitana de la capital. Los agentes detectaron que El Chori frecuentaba dos domicilios, uno en Iztacalco, en la zona oriental de la ciudad, y otro en Naucalpan.

Vázquez ha explicado que El Chori se movía en otras zonas de Morelos y el Estado de México. Ulises Lara, fiscal interino de Ciudad de México, ha añadido que el ahora detenido era uno de los “principales generadores de violencia de la ciudad”. La Fiscalía, ha señalado, tenía órdenes para su captura por un caso de asesinato y otro de intento de asesinato. Vázquez ha añadido que El Chori está implicado en casos de “lesiones, cobro de piso, secuestro y extorsión”.

El futuro de la Unión Tepito, uno de los grupos criminales más longevos de la capital, con base en los barrios del centro, Tepito, desde luego, pero también la colonia Morelos o la Guerrero, e intereses en media ciudad, se coloca así en el centro de la historia. La Unión y su rival principal, que se ha hecho llamar La Unión Insurgentes o, más recientemente, Fuerza Anti Unión, han protagonizado cantidad de enfrentamientos y eventos violentos en la ciudad, caso por ejemplo del secuestro de 13 jóvenes en el bar Heaven, en la zona rosa, en mayo de 2013, y su asesinato posterior.

El Chori era parte del grupo que había tomado el poder de la Unión, tras la salida de escena de Juan Juárez, alias El Abuelo, detenido en 2012 en Panamá. Ramírez era parte de la red de cabecillas del grupo, a las órdenes de Alberto Maldonado López, alias El Betito, detenido en 2018. A El Betito le sucedió supuestamente Óscar Flores, alias El Lunares, célebre por el altar que manejaba en Tepito, donde las autoridades hallaron, en 2019, decenas de cráneos y demás huesos humanos. El Lunares cayó en prisión en enero de 2020.

El Chori era uno de los pocos cabecillas que quedaban libres de la última administración mediática de La Unión, encabezada por El Betito. Ni el jefe de policía ni el fiscal interino han informado de qué homicidio se le imputa. En el libro El Cartel Chilango, publicado en 2020, el periodista mexicano Antonio Nieto cuenta que El Chori podría estar detrás de la desaparición de su expareja, Antzín Molina, en 2019.

Sin decirlo abiertamente, Vázquez ha sugerido que, a día de hoy, La Unión Tepito no existe como tal. “En los últimos cinco años, la organización se ha atomizado y ahora tenemos suborganizaciones de lo que un día fue la Unión”, ha dicho. La duda apunta en realidad a si la captura de cabecillas limita el alcance del crimen organizado. Durante su comparecencia y la del fiscal, algunos reporteros le han preguntado por la extorsión, marca de la casa de La Unión y grupos rivales, un delito que, históricamente, tiene una “cifra negra muy alta”, como ha explicado el propio Vázquez.

“En 2020, se creó una unidad especializada para el delito de extorsión, una de las más especializadas del país”, ha dicho el jefe de policía. “Una detención como esta cae justamente en uno de los ejes de atención a la extorsión. Lo que estamos haciendo es detener a uno de los principales generadores y articuladores de los procesos de extorsión. Esperemos que tenga impacto en este tipo de conductas, pero eso no quiere decir que no vayamos a seguir atendido el problema”, ha añadido.

De los nueve objetivos prioritarios de las autoridades de la capital, quedan ahora siete en libertad. La captura de El Chori sucede a la de José Francisco Martínez, alias Paco, en octubre del año pasado. Paco era parte de un grupo criminal distinto al de El Chori. De los otros siete, el jefe de Gobierno, Martí Batres, ha lamentado hoy que uno de ellos, Fabián Solís, alias El Cachorro, detenido hace unas semanas, dejará la prisión porque un juez le permitió “salir por la puerta de atrás”. Entre los restantes figura el propio sobrino de El Chori, Víctor Hugo Ávila Fuentes, alias Huguito, y Alberto Fuentes Castro, El Elvis, uno de los cabecillas de La Unión.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).
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