Carlos Serrano: “Las remesas van a romper el récord y superar los 60.000 millones de dólares”
El economista en jefe del BBVA en México considera un acierto los aumentos salariales y cree que con López Obrador ha habido estabilidad macroeconómica y una política fiscal prudente, aunque recomienda un viraje en la política energética y dar más seguridad jurídica a las empresas
Con 30 años de trayectoria, el economista en jefe del BBVA México, Carlos Serrano (Ciudad de México, 1970), vislumbra claroscuros en el horizonte económico del país. Tras el batacazo que supuso la pandemia para todos los sectores productivos, el economista por el ITAM, con experiencia en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial, avizora una ventana de oportunidad para México de la mano de la relocalización de empresas o nearshoring. Sin embargo, como especialista en economía internacional, banca y macroeconomía, también advierte de que mantener una política restrictiva con...
Con 30 años de trayectoria, el economista en jefe del BBVA México, Carlos Serrano (Ciudad de México, 1970), vislumbra claroscuros en el horizonte económico del país. Tras el batacazo que supuso la pandemia para todos los sectores productivos, el economista por el ITAM, con experiencia en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial, avizora una ventana de oportunidad para México de la mano de la relocalización de empresas o nearshoring. Sin embargo, como especialista en economía internacional, banca y macroeconomía, también advierte de que mantener una política restrictiva con altas tasas de interés y el latente riesgo de una próxima recesión en Estado Unidos podrían frenar estas expectativas de crecimiento económico que el año pasado llegaron al 3,1%. Ante estos nubarrones, Serrano hace hincapié en la necesidad de que la política económica del Gobierno de López Obrador brinde más certeza del Estado de derecho a los inversionistas, así como un replanteamiento de la política energética que hasta ahora favorece a la empresa estatal, la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Pregunta: El dato de inflación en México en febrero se ubicó en 7,62%, un decenso respecto a enero, ¿es el inicio de una definitiva tendencia a la baja?
Respuesta: Nosotros creemos que ya estamos en una tendencia de reducción de la inflación. La inflación ya tocó su pico en México en agosto y septiembre pasado. Es cierto que tuvo un muy ligero repunte en enero, pero ese pequeño repunte no ha marcado un cambio de tendencia. Me parece que la inflación sigue descendiendo y va a seguir descendiendo este año. No, no va a ser un camino fácil, es posible que veamos algunas quincenas donde haya pequeños retrocesos, pero la tendencia que anticipamos es que la inflación continuará descendiendo para ubicarse a fin de año en 4,7%.
P. ¿Cuáles son los factores que sustentan su pronóstico a la baja?
R. Hay bastante evidencia que la inflación en Estados Unidos está descendiendo también. Buena parte el periodo inflacionario de México obedece, sobre todo, a factores externos. Somos una economía muy abierta y era imposible pensar que íbamos a ver inflación muy alta en el mundo sin que esto fuera a traducirse en una inflación en el país. Entonces, yo creo que a medida que la inflación en EE UU vaya bajando, también lo hará en México. Además, tenemos ya una política monetaria muy restrictiva, yo creo que debería empezar a bajar pronto, pero oyendo el tono de los comunicados del Banco México me parece que quizá no empiecen a bajar hasta el año que viene. Aunque yo en lo personal pienso que tenemos ya una tasa de interés muy alta que, en parte, también hará que los precios vayan a bajar.
P. ¿Qué tanto ha ayudado el plan del Pacic, instrumentado por este Gobierno a frenar la escalada de precios?
R. No ha tenido un efecto importante. Algunas de estas políticas son positivas, por ejemplo, la reducción de aranceles, facilitar trámites aduanales, pero esas medidas tienen efectos en el mediano plazo y yo creo que lo que estamos viendo ahora es más bien resultado del proceso desinflacionario en EE UU y de que los cuellos de botella en mercancías se han ido resolviendo
P. El Gobierno federal esgrime que si no hubiera subsidiado las gasolinas, la inflación estaría en doble dígito...
R. Sí, la inflación hubiese sido mayor, ahora ya no, porque ya las gasolinas y el petróleo han bajado ni mucho, pero creo que si no hubiese sido por esto, en lugar de alcanzar este pico de 8,7% probablemente habríamos alcanzado uno o dos puntos más, algo por encima de10%. Eso no quiere decir, desde mi punto de vista, que se haya tratado de una buena política ¿por qué? Porque es una política social regresiva. Las gasolinas favorecen a las personas de mayores ingresos, eso está muy claro. Subsidiar las gasolinas tampoco contribuyen en las políticas contra el cambio climático, yo creo que no es una buena política pública.
P. ¿Anticipa que el Banco de México seguirá subiendo la tasa de interés?
R. Va a depender fundamentalmente de la Reserva Federal, porque el Banco de México ha dicho que quiere mantener un diferencial amplio de tasas respecto a la Fed. Me parece que ahora es factible que vengan dos subidas más de 25 puntos básicos y en ese sentido podríamos llegar a 11,50% u 11,75% y creo que esa sería la tasa terminal de este ciclo de subidas.
P. ¿Qué tanto afectará una tasa de interés del 11,75% a la economía mexicana?
R. Ya empieza a afectar y afectaría todavía más, sobre todo al crédito a empresas, porque a estas tasas hay proyectos que no se vuelven viables. Estamos viendo algo de debilidad en la demanda de crédito por parte de las empresas, además de efectos negativos en el consumo de bienes duraderos y en crédito automotriz.
P. Aunque los precios están al alza, el consumo sigue creciendo ¿por qué?
R. El consumo está muy resiliente y eso es algo positivo. Estamos viendo una etapa de crecimiento salariales importantes. El año pasado los salarios reales en México crecieron en torno al 2% porque el mercado laboral es relativamente fuerte. Tenemos tasas de desempleo bajas. El año pasado se crearon 753.000 empleos formales y eso crea presiones en los salarios y la otra son los aumentos del salario mínimo. En el país el salario mínimo se había rezagado enormemente en términos reales y creo que este año va a seguir relativamente fuerte el consumo porque los salarios van a seguir aumentando. La otra razón por la que el consumo ha estado resistente es por las remesas. Las remesas son una fuente muy importante para el consumo en México, sobre todo para familias de menores ingresos en ciertos estados y las remesas tuvieron crecimientos del 15%, llegando a más de 57.000 millones de dólares, las remesas ya representan el 4% del PIB, pero en algunos Estados supone un 10%.
P. ¿Considera que las remesas a México van a seguir rompiendo récords en 2023?
R. Sí, creo que van a romper el récord. Creo que no van a crecer al mismo ritmo que el año pasado, porque eventualmente el mercado laboral en Estados Unidos va a resentir el efecto de las tasas altas. Entonces, el año pasado crecieron el 15% y este año nosotros pronosticamos que pueden crecer entre 7% y 9%. Entonces no van a crecer al mismo ritmo, pero van a estar por encima de los 60.000 millones de dólares.
P. ¿Advierte un riesgo de recesión en Estados Unidos?
R. Sí lo vemos por el aumento de tasas de interés. Hay una gran discusión si hay recesión en EE UU o no, pero hay un consenso en el hecho de que sí se va a desacelerar. Y si Estados Unidos se desacelera, México también y por eso creo que este año México puede crecer algo menos que el año pasado, porque no tendremos ese motor de la economía.
P. ¿Cuál es su pronóstico de crecimiento económico para este año?
R. Nuestro pronóstico de crecimiento este año es de 1,4% porque creemos que sí puede haber esta pequeña recesión en Estados Unidos. Si logra evitar la recesión, México podría crecer hasta el 2%.
P. Aún así con estos posibles riesgos, la moneda mexicana se mantiene fuerte contra el dólar ¿cómo se explica la reciente fortaleza del peso?
R. Son varios factores, uno es la situación fiscal de México. El país tiene hoy una situación fiscal que compara favorablemente con la media de los países avanzados, tenemos una deuda como porcentaje del PIB que es relativamente baja, por debajo de 50% y eso compara muy bien con la gran mayoría de países emergentes que tienen una deuda más alta. Por ejemplo, Brasil, país con el que competimos por flujo, está encima del 80%. El segundo factor es que México es un país que no tiene desequilibrios externos. Tenemos un déficit de cuenta corriente muy pequeño. La tercera razón, es la política monetaria de las elevadas tasas de interés.
P. El Gobierno se ha atribuido como un logro de su administración la paridad fuerte del peso mexicano.
R. El que haya un buen anclaje macroeconómico da estabilidad y eso es positivo. Pero también hay que ser cauto y decir que un peso muy fuerte no necesariamente es algo positivo para la economía, porque puede llegar a tener efectos negativos para el sector exportador y para el sector turismo. Nosotros creemos que para el cierre del año, el tipo de cambio se ubicará en 18,50 o 19 unidades por dólar.
P. Ahora que se habla cada vez más del famoso nearshoring, ¿advierten más interés y apetito de las empresas por relocalizarse en México?
R. Sí, muy fuerte, el nearshoring ya es una realidad. La inversión de maquinaria, equipo importado y de bienes de capital está creciendo a ritmos importantes desde finales de 2021, también estamos viendo que la ocupación en naves industriales en el norte del país está en niveles históricamente altos, con ocupaciones de cerca del 99%. El anuncio de la llegada de Tesla a Nuevo León es un ejemplo y un anuncio tan grande como este puede atraer más inversión. Es una realidad que las empresas están reduciendo su exposición a China y México tiene la posibilidad de atraer muy buena parte de esa inversión, sobre todo, en electrónicos, autos y autopartes y metalmecánica. México es el país del mundo más beneficiado de procesos de nearshoring por tener un tratado de libre comercio moderno que pocos países tienen, por ya tener cadenas de valor muy integradas y por tener una fuerza laboral capacitada y que ya está insertada en estas cadenas de valor. Ahora, creo que México podría ser el más beneficiado, pero todavía no lo está siendo.
P. ¿Qué está haciendo falta?
R. Un viraje en la política energética. Las empresas que se están relocalizando requieren garantía de que van a tener acceso a la energía, electricidad suficiente, a precios competitivos y no contaminante y la política energética que se sigue actualmente quiere privilegiar más a la empresa estatal, que tiene problemas de capacidad, que es más cara que los generadores privados y más contaminante por producir con técnicas de ciclo combinado y combustible. La segunda cosa que me parece que debería hacer México es fortalecer el estado de Derecho y lanzar la señal de que México es un país donde los contratos se respetan y no se van a cambiar de forma arbitraria las reglas y creo que ha habido algunas decisiones de política que han ido en sentido contrario como la cancelación de una planta cervecera y la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México.
P. ¿Cuál es su balance de la política económica del Gobierno de López Obrador?
R. Hay aciertos, ha habido estabilidad macroeconómica, ha habido una política fiscal prudente, un respeto a la autonomía del Banco de México. Ha sido un acierto, también, que hayan aumentado los salarios y que se haya combatido el outsourcing y eso va a resultar en empleos más permanentes, en mayor acceso al crédito, eso es positivo. Creo que hay algunas que podrían mejorar. Una es la política energética y otra es que sí se ha generado cierta incertidumbre para la inversión con estas señales de política y creo que sin ellas podría haber un nivel de inversión mayor y por lo tanto mayor crecimiento y eso podría permitir, incluso, un gasto social más potente.
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